Por algo será

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) es un organismo autónomo que, a partir de la Ley General de Educación, es el encargado de evaluar el desempeño del sistema educativo en el país a través de su programa Aristas.
Esta evaluación nacional realiza una muestra representativa de los estudiantes de tercero y sexto de educación primaria y de tercero de educación media, en los centros educativos públicos y privados, urbanos y rurales. El informe analiza lectura, matemática, habilidades socioemocionales, factores socioeconómicos, oportunidades de aprendizaje, convivencia, participación, entre otros aspectos.
La Evaluación Nacional de Logros Educativos comenzó a aplicarse en 2017 en ambos subsistemas, con la publicación de sus datos en 2018. Un monitoreo similar efectuaron el año pasado y a esta altura del año debieron darse a conocer sus resultados, pero esto no ha sido posible. Las discusiones y diferencias que mantiene su consejo directivo motivó que el consejero Pablo Cayota –uno de los insistentes referentes para su publicación– solicitara licencia desde mediados de setiembre hasta el 30 de noviembre.
Las actas de las sesiones publicadas en el sitio web del Ineed dan cuenta de la incomodidad ante la demora en la discusión y tratamiento del documento, con la mira puesta particularmente enla educación media uruguaya. Una moción planteada por la presidenta del instituto, Alex Mazzei, cambiaba por enésima vez el orden del día y la sesión postergaba nuevamente a Aristas, que debe divulgarse antes del último día de novembre.
El acta correspondiente a la sesión del pasado 16 de setiembre es esclarecedora. “Considero que el proceso de discusión que está siguiendo el Instituto con respecto a Aristas se ha prolongado excesivamente. Estamos ya, creo que en la quinta sesión de la Directiva, discutiendo el informe que tenemos plazos que cumplir, vinculado a las metas que tienen que ver con los presupuestos aprobados por lo cual frente al Parlamento estamos comprometidos a darlo a conocer”, dice Cayota.
Ante la insistencia de Mazzei de cambiar el orden del día con la necesidad de evaluar asuntos pendientes de consideración, Cayota cuestionó si ese sería el método a aplicar en las próximas sesiones. “O sea, ¿vamos a seguir, en todas las sesiones, planteando el mismo tema? Cuando en la sesión pasada discutimos si se discutían primero los Protocolos o Aristas, y resolvimos que se discutía primero Aristas. Ahora, en esta sesión, volvemos a hacer un planteo novedoso de este tipo. Por tanto, mociono para que se pase a considerar inmediatamente el tema Aristas, tal como vino el orden del día”. Ante la desaprobación y mucho antes de la finalización de la reunión de ese día, Cayota se retiró de sala. En las sesiones siguientes se detalla que el consejero está “ausente”, al igual que el tratamiento del informe Aristas.
Sin embargo, debemos recordar que el informe presentado en octubre de 2018 señalaba que siete de cada diez niños que residen en los barrios más desfavorecidos no comprende a cabalidad los textos cuando finaliza su lectura y el 47,6%, ni siquiera tenía una comprensión global de lo que leía.
El documento concluía que el desempeño académico de los estudiantes estaba condicionado por su contexto y evaluaba que el 5,7% de los escolares de tercero, en barrios carenciados, lograba distinguir las preguntas retóricas o la ironía. Pero en los centros educativos de mejor nivel económico, ese porcentaje se elevaba al 34%.
El año pasado, solo la mitad de los estudiantes de sexto de primaria era capaz de calcular el perímetro de una cancha de fútbol, a partir de los datos del metraje de los lados del rectángulo. Y así tuvimos una idea cabal del nivel educativo con el que ingresaban a educación media o UTU, donde los docentes confirmaban que casi la mitad no sabía calcular el área de un triángulo. El informe del año pasado reconocía un alto nivel de distracción en las aulas y su directa relación con las asistencias o las llegadas fuera de hora.
Este documento de 2018 no pasó, precisamente, sin pena ni gloria. Si no todo lo contrario. Apenas una semana después de su divulgación, renunciaron el director ejecutivo del Ineed, Mariano Pilamidessi, y el director de la Unidad de Evaluación de Aprendizajes y Programas, Juan Soca.
Ambos denunciaron “presiones” e injerencias políticas en un organismo que, de acuerdo a su conformación, es –debería ser– independiente y de rango específicamente técnico. Las presiones y las críticas a su funcionamiento interno se hicieron tan fuertes y evidentes que era notorio el mal relacionamiento entre Pilamidessi y Mazzei. De hecho, Pilamidessi reemplazaba desde 2015 a Pedro Ravela, también renunciante por diferencias con la presidenta del instituto.
Pilamidessi retornaba así a su ciudad natal, Buenos Aires, con una frase que aún muchos recuerdan: Uruguay es “un país con tres millones de habitantes, que quizá llegue a cuatro en 2050. Si no tiene una población altamente educada va a tener muchos problemas”. Es que en el Ineed hoy es prioritario el tratamiento del documento realizado por la Unidad de Comunicación, basado en las críticas recibidas al informe pasado.
Y como el problema continúa radicado en el Bachillerato, desde donde egresan menos del 40% de los uruguayos, es comprensible la demora de esos resultados estrictamente técnicos, pero en un tiempo rabiosamente político-electoral, cualquier discurso cae al instante, cuando se contraponen los datos de los egresos de la educación media y bachillerato contra la retórica de la accesibilidad, incremento de posibilidades y –la tan usada– primera generación de universitarios en una familia. Por el simple hecho de que en todas las épocas hubo una primera generación de universitarios hijos de padres obreros, como por ejemplo el presidente de la República y tantos otros.
En junio pasado se supo que el presidente del Codicen, Wilson Netto, pidió posponer la publicación de los resultados porque en un año electoral “podía ser utilizado en contra de la educación y tergiversar” la realidad. Algunos tomaron esa postura como una presión y otros se encargaron de desmentirla. Lo cierto es que los resultados de Aristas no aparecen y por algo será.