El globito con cancha nueva y salón de primera

Uno de los clubes de fútbol más populares de la ciudad avanza en su nueva cancha, al tiempo que espera por disfrutar del salón que se edificó contiguo a la sede. Huracán, una institución que hace foco en su entorno social, crece de la mano del esfuerzo de sus dirigentes, cuerpo técnico, socios, allegados y jugadores.
El predio destinado para el campo de juego queda ubicado en Yapeyú y Enrique Chaplin, detrás de la escuela de tiempo completo Nº 15 y en una zona de chacras y chalés. El lugar, que pertenecía a la ANEP, es amplio y cómodo –unos 29.000 metros cuadrados–, con un gran potencial. Como para pensar en grande.
La cancha cuenta con medidas reglamentarias –108 metros de largo y 70 de ancho– y luce un pasto parejo en todos sus sectores; además, ya está circundada por rieles que hacen las veces de postes para el tejido, que aún no se colocó. “Ahora está medio parado; con la pandemia lo abandonamos un poquito”, comentó a EL TELEGRAFO, Ramón Silvera, director técnico del primer equipo del globito.
Caminando sobre el césped, el DT fue indicando qué se ha hecho hasta ahora y lo que se piensa hacer en el corto plazo. Detrás de un arco, el que da hacia la calle Yapeyú, se instalarán los vestuarios para locatario, visitante y árbitros; por lo pronto, ya se retiró tierra –“en más de 20 viajes”– y se colocó tosca. “Y acá hay un retiro para hacer los calentamientos” previo a los partidos, señaló.
“En la cancha estuvo plantado el pasto de invierno, y quedó espectacular. Ahora se vino el de verano. Lo cortamos el otro día, y como no había fútbol lo dejamos descansar un poco”, relató Silvera mirando hacia el verde del césped. En este aspecto, según el entrenador, tienen el asesoramiento del ingeniero agrónomo Mauricio Dotti.
Las obras en el campo de juego comenzaron en octubre de 2019. Dentro del acondicionamiento del terreno, estuvo el diseño del sistema de drenaje. “Llueve y no queda una gota de agua”, dijo y agregó que el club se encuentra en tratativas con la Intendencia para cavar un pozo semisurgente que los provea de agua potable y riego.
“Hemos crecido bastante, de la nada”, continúa Silvera con orgullo. De su lado, Luis Rivero, presidente de obras de Huracán y quien también participó de la recorrida, recordó que los planteles solían entrenar en una cancha ubicada en Grito de Asencio y Meriggi, donde hoy hay un grupo de viviendas. En 2018 se quedaron sin lugar donde practicar, por lo que comenzó con las gestiones para conseguir un terreno: luego de infructuosas gestiones en Los Sauces y en el Batallón, logró que la ANEP les cediera el actual predio.
A su vez, consiguió la concreción del negocio de los rieles, por los cuales se gastaron más de 3.000 dólares. Rivero se ilusiona con que Comisión Técnica Mixta de Salto Grande los pueda ayudar con la iluminación –se aprovecharían los rieles para las torres– y el tejido, que costaría unos 120 mil pesos.
“Acá todo es medio a pulmón”, insistió Silvera. Para este proyecto, el club ha tenido la colaboración de diferentes formas, proveniente de socios y allegados, de gente del barrio e hinchas, de directivos y jugadores. Estos trabajaron en la descarga de material, en la colocación de las columnas, en la plantación del pasto, etc.
El director técnico se ilusiona con ser “potencia”, ante este crecimiento en infraestructura y en que en lo deportivo les ha ido bastante bien, más allá de que en 2020 no hubo actividad por la pandemia del coronavirus. “Por suerte el club va creciendo, ojalá que no lo dejen caer”, señaló el exjugador y exentrenador de la selección de Paysandú.
Silvera teme que este contexto de emergencia sanitaria, termine por alejar del todo a muchos de los gurises que juegan en Huracán. “En lo social al barrio les brindamos un montón de cosas. Y si no jugamos al fútbol vamos a perder jugadores, porque van a tener 100 noches más y una cantidad dejará de jugar. Más en barrios comprometidos como el de nosotros”, aseveró.
De salón
De la mano del Presupuesto Participativo de 2018, por el cual ingresaron 1,5 millones de pesos, Huracán también se abocó a levantar un salón de primer nivel, tanto para los eventos de la institución como para alquilarlo para fiestas y así generar ingresos. Pero, como le sucede al fútbol, la pandemia del Covid-19 le impide funcionar. Al lado de la sede de bulevar Artigas, pero aislado de ella, la amplia y cómoda sala de 220 metros cuadrados tiene entrada por calle Tacuarembó. El espacio cuenta con piso de porcelanato, cinco aire acondicionados, baños en impecable estado, parrillero, mesas y sillas para 120 personas. Se hicieron a nuevo las cañerías y la parte eléctrica. Quedan aún algunas destalles para finalizar, como el sector de la cocina.
“Esto está para explotar. Pero con el Covid no podemos hacer nada. Veremos qué pasa”, dijo Silvera con resignación. De cualquier modo, recordó cuándo hicieron campaña para que se votara el proyecto de Huracán en el Presupuesto Participativo. “Salimos con él (por Rivero) por todos lados, por todos los barrios. Hicimos tremenda campaña”.
Rivero, que se hizo cargo de regularizar todos papeles de la institución, comentó que el siguiente paso será dejar la sede con dos pisos, para lo cual se buscará un convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Huracán se mueve y quiere seguir creciendo.