Doctor Gustavo Curbelo: “Ser amigables con personas mayores que han demostrado gran sabiduría será nuestro mayor desafío de pospandemia”

Director Técnico de ADAP y director del Hospital Escuela del Litoral, doctor Gustavo Curbelo.

La contingencia sanitaria empeoró el estado de las personas con deterioro cognitivo a nivel general, al igual que afectó a cuidadores y familiares que reconocieron un retroceso en aquellos que llevaban adelante talleres de estimulación, como por ejemplo a través de Atención de Alzheimer Paysandú (ADAP).
A fines del año pasado, el Ministerio de Salud Pública alertaba sobre el panorama existente en el país, donde unas 50.000 personas padecen esta patología que produce un deterioro en los pacientes y genera alto grado de dependencia. Incluso el escenario futuro será igual de complejo en Uruguay, en tanto calculan que ascenderá a 112.000 en los próximos 30 años.
Mientras la población llega a la vejez en un mayor porcentaje en comparación a otras épocas, en forma paralela aumentan los factores de riesgo. La información producida en las últimas décadas en el país, permite sostener que existen otras circunstancias que se suman al deterioro, como el bajo nivel educativo, diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, alcoholismo, traumatismos craneales, inactividad física, depresión y aislamiento social.

Retrocesos

“Somos conscientes de este grupo de riesgo y, como lo dijimos desde el comienzo de la pandemia, son los más vulnerables y es la población que forma parte de ADAP. Son personas mayores y, sobre todo, con patologías asociadas que tienen una enfermedad crónica, progresiva e irreversible que se anexa a una cantidad de comorbilidades. A todo eso se agrega este escenario de pandemia”, dijo Curbelo a Pasividades.
Enumeró que las afectaciones se encuentran en la vulnerabilidad física de las personas con demencias, pero fundamentalmente por el efecto de la interrupción de las actividades del centro, donde efectuaban estimulación cognitiva.

“Lo que tienen las terapias de estimulación cognitivas es que cuando cesan, el paciente detiene su evolución y deja de ser efectiva automáticamente. En enero de 2020 hicimos la experiencia de los talleres de verano hasta marzo y habíamos pensado en mantener esa actividad el mayor tiempo posible que, lógicamente, se cortó por efecto de la pandemia”. En tal sentido, reconoció la “afectación a familiares y cuidadores con el distanciamiento social que se suman a otros factores que afectan al paciente, como la ausencia de contacto y el alejamiento de los vínculos. Pero estas consecuencias eran esperables”, aseguró.

Desafíos

Curbelo aseguró que el reto estará orientado al tiempo pospandemia, cuando sea posible la reapertura de las actividades. “El desafío será lograr la reconstrucción y comenzar de nuevo, porque para muchos pacientes tuvo consecuencias negativas. Pero la ventaja es que en ADAP tenemos todo armado”.
Recordó que el año pasado estaba prevista la inauguración de la ampliación del local el lunes 16 de marzo, cuando el Poder Ejecutivo resolvió la declaración de emergencia sanitaria el viernes 13 y la suspensión de actividades. “A pesar de todo, el equipo técnico de profesionales y el liderazgo de Marta Pasarello y Felipe Medina están intactos. Están listos los voluntarios y la casa está en orden para comenzar, pero todo dependerá de la evolución del país en la pandemia”.

La respuesta de los mayores

Consultado por la respuesta de las personas mayores a los mensajes de las autoridades sanitarias con respecto al necesario aislamiento y, posteriormente, a la campaña de vacunación contra la COVID-19, Curbelo resaltó la alta adhesión de esta población.
“Es que con la edad, una persona mejora en una cantidad de cosas y se vuelve más sabia. Parece un mito que con la vejez se aumenta la capacidad de juicio, cuando en realidad eso está comprobado. Nuestros cerebros se tallan de acuerdo a la experiencia. Por eso es que dos cerebros de dos personas de 80 años son muy diferentes, porque cada uno está tallado de acuerdo a su experiencia en la vida”.
Explicó que a medida que aumenta la edad, esta población “trabaja mejor. Son más eficientes en la capacidad del juicio, aunque quizás los vemos más lentos. Pero adhirieron en forma sabia a las medidas y lo vimos en el vacunatorio del Hospital. Utilizaron todas sus capacidades para llegar a la vacunación, con ayuda de sus nietos, hijos o vecinos y lo hacían con alegría”.
Comparó que “adhirieron totalmente a las consignas y, sin embargo, fueron los que más padecieron los aislamientos y las separaciones. Sin dudas, que nuestro deber pospandemia será recuperar ese tiempo perdido y minimizar el daño será nuestra obligación como institución”.

Amigables

Curbelo reseñó que Paysandú fue declarada “ciudad amigable con el Alzheimer”. Sin embargo, luego de esta contingencia sanitaria, apostó a que los sanduceros “seamos amigables con las personas mayores, más allá de las demencias. Hacer una comunidad accesible, pero no solamente desde el punto de vista de las estructuras y sus construcciones, sino desde el punto de vista cultural. La accesibilidad debe darse para que las personas lleguen a lugares de decisiones de los temas que son importantes para nuestra comunidad. Y dejar de poner a nuestros mayores en un rincón para abandonarlos afectivamente”.
El médico subrayó la necesidad de “tener la capacidad para acompasar los tiempos de las personas mayores que nos darán consejos sumamente útiles, pero lo harán a su tiempo”.

Fortalezas y debilidades

La pandemia visibilizó la situación social y económica de esta población. Expuso el panorama de los establecimientos de larga estadía para las personas mayores, sus afecciones, depresión y soledad.
“La pandemia es como toda crisis mundial. Deja en evidencia las fortalezas y debilidades de las comunidades. Se evidenciaron las grandezas y las miserias, pero –por suerte– pudieron más las situaciones de nobleza y mucha solidaridad. Y los medios de comunicación participaron en estas cuestiones que se hicieron públicas para aprender y rescatar”, reflexionó Curbelo.
Recalcó que las problemáticas existían, “pero se evidenciaron aún más. Sirvió para buscar una solución, pero nunca, culpables. Hay que asumir responsabilidad y compromiso para focalizar el problema. Cada uno tiene que poner su parte, porque esta problemática no se enfrenta con individualismos. Tenemos que tener la capacidad de cuidarnos entre todos con un equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Siempre con capacidad de autocrítica”.