María Buidid Ramia es descendiente de sirio libaneses y nació el 27 de mayo de 1919. El pasado jueves cumplió 102 años y es una de las más antiguas residentes en la ciudad de Guichón.
“Nació 12 años después de la declaración de Guichón como ciudad y prácticamente vivió desde el principio todo el proceso de desarrollo de la zona. Es, además, una de las pocas residentes más que centenarias que quedan en el país”, asegura a EL TELEGRAFO su sobrino Nadir Rostom, hijo de una de sus hermanas, María Trinidad.
María nació en una familia de ocho hermanos en total. “Hoy es la única que queda viva y es importante destacar que cuidó de todos sus hermanos, tanto acá en Guichón, como en Paysandú e incluso en Montevideo”.
Asistió, “como ocurría con su generación, dos o tres años a la escuela 5 y después se dedicó a las tareas del hogar. Se casó muy joven pero enviudó en pocos años”. En su juventud, formaba parte de un grupo de mujeres guichonenses que se convocaba para realizar beneficios para el hospital, la escuela o la antigua casa cuna. “Siempre fue muy activa. Incluso hasta hace cuatro años cuidaba del jardín, a sus 98 años. A esa edad tuvo neumonía, pero gracias a la atención de los médicos y su familia, salió adelante. Hoy está completamente sana y cuidada las 24 horas por tres personas, que se turnan para acompañarla”.
No tuvo hijos, “pero adoptó una niña con quien se fueron juntas a Montevideo a trabajar. Con los años, ella quiso volver porque extrañaba su ciudad, pero la muchacha se quedó allá y formó su familia”. Una vez en Guichón, sus sobrinos le construyeron una habitación en la casa de Nadir. “Una de las primeras construcciones de la ciudad es la casa de los Buidid, que sigue en pie. Posteriormente, la madre de María mandó a construir la casa donde residimos actualmente y comparte, además, los domingos con sus sobrinos”.