Residenciales adaptaron sus actividades en pandemia para el cuidado de personas mayores

Sebastián Cobas.

“Con los primeros casos de coronavirus detectados el año pasado en residenciales para personas mayores, estas instituciones empezaron a ser noticia recurrente en los medios de comunicación, dándoles una visibilidad ante la población como tal vez nunca habían tenido. Muchas personas se encontraron con datos que desconocían y les sorprendieron; por ejemplo al mencionarse la existencia de más de 1.200 residenciales en nuestro país. Pero el sensacionalismo de un sector de la prensa llevó a resaltar los aspectos más negativos de esta realidad”, precisó Sebastián Cobas, integrante del proyecto Soluciones Mayores.

“Por supuesto que es cierto que existen lugares que están funcionando sin contar con las mínimas condiciones edilicias y de servicios necesarios para garantizar la mejor calidad de vida posible y fomentar la autonomía de sus residentes. Pero el bombardeo de imágenes utilizadas en estos reportes provoca una sensación que lleva a que se generalicen algunos de estos conceptos sobre los establecimientos de larga estadía”, aclaró.

Recordó que “si ya antes había una serie de prejuicios negativos por parte de gran parte de la población, ahora frases como ‘depósito de viejos’ empezaron a escucharse cada vez más. Esta visión trae consigo miedos y preocupaciones a la hora de encontrarnos en la situación de una necesaria institucionalización. Sea esta de un familiar o de nosotros mismos”.

Según Cobas, “igual de preocupante es que este tipo de información va en demérito del trabajo de centenares de instituciones que realizan una gran labor apostando al bienestar de las personas mayores en esta etapa de su vida, lo que se ha visto demostrado de sobremanera durante esta pandemia en la que estos lugares no dudaron en invertir para minimizar el impacto que la cuarentena y el alejamiento social supuso en esta población”.

REINVENTÁNDOSE

En tal sentido, “reinventándose sobre la marcha, gran cantidad de residenciales adaptaron de manera creativa varias de las actividades de estimulación y recreación, así como el ‘contacto’ con los familiares. El personal de cuidados fue y es un elemento fundamental y poco mencionado, que ha demostrado un compromiso y vocación enorme, yendo muchas veces a trabajar aún en presencia de casos positivos dentro de la institución, redoblando el esfuerzo en sus diversas tareas y siendo vigilantes de todos los protocolos para evitar la propagación del virus.

Y por supuesto, conteniendo emocionalmente a los residentes en esta difícil situación. Este sector de trabajadores merece un aplauso que hasta ahora le ha sido negado”, reflexionó.

Cobas resaltó también que “una asociación como Aderama (Asociación de Residenciales para el Adulto Mayor), conformada por alrededor de 175 residenciales, apoyó la campaña del Ministerio de Salud Pública contratando vehículos para trasladar al personal de vacunación (y en otros casos, poniendo a disposición vehículos particulares y personal), logrando con esto aminorar los tiempos de espera para este sector especialmente vulnerable”.

Explicó que “importantes acciones como estas parecieran no ser contenido de interés para los medios, que prefieren mostrar, a veces rozando con el morbo, las peores situaciones que se dan en el sector, obviando en la mayoría de los casos, todo aquel esfuerzo, dedicación, inversión y cariño con el que muchos trabajan y marcan la diferencia”.

Concluyó que “de todos modos, no me cabe duda que el mayor premio para estas instituciones no es aparecer en diarios o televisión, sino la confianza y agradecimiento de las familias y la sonrisa de cada residente. Desde aquí, mis felicitaciones a todos aquellos que vienen haciendo tan bien su trabajo”.