En Paysandú descendió 60% uso de tobilleras por violencia de género

Mónica Bottero, directora del Instituto Nacional de las Mujeres.

El uso de tobilleras electrónicas en Paysandú descendió un 60% entre el año pasado y lo que va de 2021, aseguró la directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Mónica Bottero. “Disminuyó el uso de tobilleras electrónicas en Paysandú. En este momento hay 9 colocadas, cuando el año pasado había 23”.
Las tobilleras electrónicas se utilizan para violencia de género y arresto domiciliario. Son dispositivos de geoposicionamiento que permiten monitorear en tiempo real que las órdenes judiciales que establecen perímetros de protección y arrestos domiciliarios sean cumplidas.

“No es por falta de tobilleras, porque hay”, por lo que una de las causas –aunque no la única– de esa reducción es que “no se están detectando porque los equipos que son los encargados de detectar estas situaciones no pueden hacer seguimiento. A veces es la maestra, la propia policía. En el sistema de salud estamos limitados al acceso a mujeres que pueden confiarle a una enfermera su situación. Es probable que se mantengan situaciones latentes, que no necesariamente son de violencia física, pero sí situaciones que afectan a los niños y mujeres”, agregó Bottero.
Esto puede variar “ahora que se está reabriendo la educación de Primaria por lo menos. Vamos a tener que reafirmarlo en campañas animando a las personas –no solamente las afectadas– sino a quienes lo rodean a llamar y pedir apoyo a nuestro servicio”.
“Por otro lado hay algo que también es importante decir. El hecho de que en Uruguay no haya habido confinamiento obligatorio pudo haber ayudado a que la situación no explotara. Una cosa es si no puede salir de ninguna manera de la casa y otra es se tiene la posibilidad de ir a trabajar, de hacer mandados. La posibilidad que las mujeres pudieran ir al Mides a consultar, permitió amortiguar en parte la situación”, destacó la directora de Inmujeres.

Mónica Bottero recordó que “desde el principio de la pandemia se vio como un gran desafío para las mujeres, sobre todo para las políticas públicas, cómo responder a un aumento que se considero explosivo en violencia de genero a partir de que las personas tenían una convivencia permanente dentro de su casa, lo que incluía el abuso a niñas y niños”.
“Se dispuso que los servicios de atención de mujeres no dejaran de atender en ningún momento a pesar de todas las incertidumbres que hubo el año pasado. Pero nunca Inmujeres dejó de atender. Tenemos 270 técnicos por todo el país, que son contratados a través de organizaciones de la sociedad civil”.
Asimismo Bottero indicó que “junto con la Intendencia que está muy dispuesta a colaborar y el Poder Judicial, trabajamos para que uno de los tres juzgados especializados en familia del interior, que está obligada a instalar la Suprema Corte, se instale en Paysandú”.