Francisco Llanes dejó atrás su gira europea, que terminó no como quería dado que una tendinitis le robó la posibilidad de estar en la cancha durante las últimas semanas.
Pero el tenista sanducero ya apunta a un nuevo horizonte: el desafío de ser convocado para el equipo uruguayo que el próximo mes afrontará la Copa Davis.
“Tengo un poco de dolor, pero entrené esta semana dos veces con Pablo (Cuevas), que estaba en Montevideo, y no tuve problemas”, remarcó tras contar cómo fue esta vuelta al país.
Después, aprovechó para estudiar, salvó Contabilidad y ahora solo resta una materia para finalizar el liceo.
“Hacía cinco meses que no venía a Paysandú, porque arranqué en Córdoba, luego tuve dos o tres semanas fuertes de preparación en Buenos Aires, vine a pasar la cuarentena con la familia y después me fui a Europa”, repasó.
Y recordó que lo vivido en lo que va del año ha sido más que positivo, luego de mucho tiempo sin actividad debido a la pandemia. “Fue todo de menos a más, porque si comparo lo que fue aquel debut en Córdoba al último partido en Turquía, hay un abismo y para bien”, dijo.
Igual, “este último mes en Europa se me hizo eterno, pero no perdí la confianza”, dado que no optó por “no jugar, dado que no había necesidad de hacerlo a un cuarto de máquina debido a la tendinitis, lo que me hubiera hecho seguramente perder la confianza”. Tanto, que “ahora volví a entrenar y parecía que nunca había parado”.
Como toda experiencia, el aprendizaje es positivo. “El rodaje de Europa no te lo da otra gira, porque todas las semanas estás jugando a un excelente nivel”, dijo. Y contó que “lo de Turquía era impresionante, porque si te iba bien jugabas todos los días, o tenías un torneo paralelo que te permitía clasificar”.
El jugar casi todos los días, más allá de que “físicamente se siente”, fue clave. “Me ayudó porque hacía tanto que no jugaba, que me terminaba guardando cosas. Con tantos partidos vas automatizando cosas, vas para adelante, te soltás más y al final el tenis es eso: cuando sos más agresivo le agarrás buen ritmo a eso, y es importante”.
Ahora mira hacia adelante. Volver por estas horas a Montevideo y seguir entrenando pensando en lo que se viene. Por lo pronto, la Davis los días 18 y 19 de setiembre (“si estoy en condiciones voy a estar en el equipo”), y luego “viajar a full hasta el Montevideo Open, así que voy a tener bastante rodaje y recuperaré el tiempo que perdí en Europa”.
Eso significará “competir en Sudamérica, si es que se confirma que habrá torneos”, o bien “volver a Europa o ir a Estados Unidos”.
Pero mientras tanto espera confirmar su cuarta experiencia dentro del equipo que jugará la Davis. “Mi debut en la Davis fue a los 15 años”, recordó. En aquella ocasión jugó el que hasta el momento es el único partido.
“Es difícil porque Pablo y Martín (los hermanos Cuevas) están en un excelente nivel y merecen el lugar, pero tengo que estar listo para cuando me toque jugar. Hay que estar al nivel, y eso te motiva mucho”, dijo el sanducero.
Y después tiró toda la carne en el asador a la hora de proyectarse a futuro: “Me encantaría representar a Uruguay el día de mañana, ser el líder de Uruguay, jugar con toda la gente. Cuando sos más chico lo ves como un sueño, pero vas creciendo y ves que no es tan lejano, pero primero hay que ganarse el puesto”.
