Exposición en homenaje a Rodó en el Día del Patrimonio

Durante el festejo del Día del Patrimonio se inauguró en la galería Eurípides Bellafont de Casa de la Cultura una exposición dedicada a la figura de José Enrique Rodó, el homenajeado este año. Se trató de una exposición con fotografías de Héctor Testoni, organizada en su momento por la Sociedad Rodoniana.
La inauguración contó con la presencia de integrantes de la Comisión Departamental del Patrimonio Cultural, cuyo presidente, Jorge Pedoja, destacó algunas frases “que hablan por sí mismas de la vida y el pensamiento de Rodó”. Una de ellas fue “Cada uno de nosotros es sucesivamente no uno sino muchos, y estas personalidades sucesivas, que emergen las otras, suelen ofrecer entre sí los más asombrosos contrastes”; la siguiente dice “La tolerancia, término y coronamiento de toda labor de reflexión, cumbre donde se aclara y engrandece el sentido de la vida”.
Luego la investigadora Susana Gonçalvez repasó aspectos salientes de la biografía de Rodó, de quien destacó su vigencia, al decir que “hace tanto tiempo bregó por causas que aún se están bregando; en el siglo XIX, principios del siglo pasado, tuvo una riqueza de ideas, por eso es que se lo homenajea. Fue filósofo, ensayista, fue profesor de la Universidad de Montevideo que luego fue la Universidad de la República, escritor, político, dos veces diputado en la época de Batlle”.
También, dijo, “desarrolló una riquísima y prolífica producción escrita, desde los 12 años empezó a publicar. En la escuela Elbio Fernández saca un diario sobre biografías y a los 14 tuvo que empezar a trabajar, pero evidentemente que continuó su producción filosófica y reflexiva”.
Gonçalvez agregó que pese a no haber concluido estudios universitarios, “debido a la profundidad de su pensamiento y a toda su producción, fue llamado como profesor a la Universidad de la República. En 1900 publicó Ariel, origen de una corriente que se llamó Arielismo”.
Rodó, recordó, “fue criticado por promover los ideales griegos de la estética y el espiritualismo, pero no dejó de ser utilitario. Si bien él en lo pedagógico decía que no solamente se debe hacer, formar personas utilitarias, sino que también personas espirituales”, enfatizó en que “combatió lo que hoy tanto se combate, el consumismo, el materialismo”.
También valoró su lucha “por la equidad social; fue el vocero de Batlle cuando sacó las 8 horas (regulación de la jornada laboral). Defendió la idea de sacar impuestos de los libros importados, para abrir la mente de la gente. Quería que no solamente se formaran personas que sean útiles a la sociedad, sino además personas que sean pensantes”.
Destacó asimismo que “bregó por la paz, por la unidad, por la armonía, sin dejar de comprender la existencia de las diferencias” y que “fue un hombre que reconoció los derechos de las mujeres, Juana de Ibarbourou fue una de las que lo enaltecen a Rodó”. Con esta afirmación coincidió la maestra Susana Oyarbide, que agregó que “las hermanas Luisi, adalides del feminismo al comienzo del siglo XX, eran defensoras de Rodó, y con eso decimos todo”.
Oyarbide también dio lectura a una respuesta de Rodó a un grupo de estudiantes del departamento de Salto, que lo invitaron a una peregrinación a la Meseta de Artigas, que por ese entonces se realizaba periódicamente. Rodó, si bien excusó su presencia, hizo en esa respuesta una exaltación de la figura de Artigas.