Tiempo de cambios

En todos los departamentos los museos abrieron sus puertas el pasado fin de semana para sumarse a la celebración del Día del Patrimonio. Se trata de un hecho significativo en el contexto de la nueva normalidad, luego de haber sido otras de las instituciones culturales fuertemente afectadas por la pandemia de COVID-19.
Según las encuestas elaboradas por el Consejo Mundial de Museos y el programa Ibermuseos los museos del mundo vivieron un gran impacto por la pandemia, dado que todos cerraron sus puertas con consecuencias que van más allá de la situación sanitaria, debido a la afectación de presupuestos y suspensión de contratos del personal. Recordemos en este sentido que no todos los museos funcionan bajo la órbita estatal, de hecho la gran mayoría son museos privados y que dependen en gran medida de los ingresos que generan para funcionar, e incluso muchos de los museos dependientes de organismos estatales dependen de los recursos que generan por sí mismos.
En América Latina y el Caribe, la situación de las instituciones culturales –que ya era muy frágil con anterioridad a la crisis sanitaria– también hubo importantes impactos en este sector de gran importancia cultural y económica.
“Las organizaciones culturales son parte fundamental de la Economía Naranja que en América Latina representa el 2,2% del PBI, emplea a más de 1,9 millones de trabajadores, lo que equivale a la fuerza laboral de la economía de Costa Rica y Uruguay combinada. Además de su innegable aportación económica y generación de empleo directo e indirecto, los museos e instituciones culturales no sólo son el corazón que atesora nuestra identidad y nuestro patrimonio artístico y cultural, son centros educativos, lugares de encuentro de la comunidad, centros vitales de las ciudades, atraen turismo, investigación y conocimiento”, afirmó Julieta Maroni, registradora de la colección de arte del Banco Interamericano de Desarrollo y artista plástica.
Una encuesta realizada por Ibermuseos para conocer en profundidad la situación de las instituciones museológicas de la región iberoamericana, comprender sus desafíos, identificar las necesidades inminentes y poder actuar en consecuencia, reveló que más de un 50% de los museos reajustaron sus actividades en respuesta a las medidas restrictivas. Sus resultados constataron una gran preocupación por la gestión interna de las instituciones, pero también cuestiones centradas en la relación de los museos con su entorno, tanto vinculadas al uso de herramientas virtuales con las que mantener vigente su labor y discurso museológico, como en lo relativo al diseño de planes de reapertura y estrategias para la recuperación de la confianza del público.
Según el análisis del Banco Interamericano de Desarrollo, un punto clave de la profundidad del impacto ha sido la escasa preparación para la transformación digital del sector: sólo el 29% de las instituciones culturales tiene personal a tiempo completo dedicado a las actividades digitales. Por otra parte, más del 80% de las instituciones afirmaron que no tenía un plan de transformación digital antes del COVID-19.
En el camino de las soluciones para enfrentar la crisis y ante la fragilidad en que la pandemia situó a museos y otras instituciones culturales latinoamericanos, el BID creó la plataforma Open Museum, con la finalidad de acompañar la transición digital del sector y con el objetivo de ayudarles a transitar a la era digital, mantenerse relevantes y ganar resiliencia para el futuro.
Se trata de una plataforma en línea que ofrece programas para crear exposiciones virtuales, softwares abiertos para digitalizar colecciones y poder seguir conectándose con las audiencias, o buenas prácticas e ideas inspiradoras de otros museos del mundo.
En el mismo sentido, Ibermuseos realizó webinarios en línea para reflexionar en torno al presente y futuro de los museos y mini cursos virtuales para capacitarse con especialistas iberoamericanos en temas urgentes como el diseño de planes de reapertura, el uso de las herramientas virtuales, la sostenibilidad de los museos entre otros temas. Asimismo, creó el Repositorio COVID-19 para los museos, una herramienta online con un amplio conjunto de informes, protocolos y decretos de referencia producidos por los museos de la región y puestos a disposición del sector para apoyar la gestión. Con el mismo objetivo se lanzaron una Herramienta de autodiagnóstico de accesibilidad y un Centro de Documentación de Ibermuseos.
También adaptó el 11º Premio Ibermuseos de Educación y el Fondo Ibermuseos para el Patrimonio Museológico, destinado por primera vez a proyectos educativos virtuales, se entregó a 20 proyectos de la región –entre ellos dos de Uruguay: el Museo de la Revolución Industrial de Fray Bentos y el Museo de la Memoria en Montevideo–, a la vez el referido Fondo se destinó a la protección de bienes museales de 5 museos afectados por su cierre.
Los museos –que junto con las bibliotecas y los centros de documentación suelen ser las cenicientas de los presupuestos públicos– son un medio importante para los intercambios culturales, el enriquecimiento de las culturas, el avance del entendimiento mutuo, la cooperación y la paz entre los pueblos, así como para el acceso al conocimiento y la información y, fundamentalmente, la construcción de ciudadanía. Y no deberíamos perder de vista este rol social tan relevante a la hora de pensar su futuro.
La historia reciente muestra en Uruguay una mayor preocupación de las esferas gubernamentales y administrativas por la mejora de las condiciones de nuestros museos, la formación de sus recursos humanos y la coordinación de esfuerzos para la preservación y divulgación de sus colecciones. El sacudón de la pandemia y su impacto en los museos y otras organizaciones culturales han sido también fuente de experiencia y aprendizajes.
Las nuevas herramientas antes mencionadas, que apoyan un avance hacia la transformación digital requieren también de trabajo especializado de museólogos, bibliotecólogos y archivólogos así como otros funcionarios asignados a diferentes actividades en estas instituciones culturales y se requiere también contar con recursos y, en muchos casos, capacitación. Son éstos aspectos claves que deberían ser tenidos en cuenta por los tomadores de decisión.
Expandir audiencias, generar nuevos públicos y redefinir el rol de los museos en el ecosistema de las industrias creativas y culturales de la región son procesos que seguramente deberán acompañar su transformación hacia nuevas etapas que seguramente se caracterizarán por su hibridez porque si bien visitar un museo es básicamente una experiencia presencial –y a veces intransferible– es innegable que la era digital amplía las posibilidades y –quizá– las potencialidades de una de las más antiguas instituciones culturales de la Humanidad.