Reloj, ¿por qué no marcas las horas?

NUESTRA SEÑORA DE LAS NUBES, SEGUNDO EJERCICIO SOBRE EL EXILIO, de Arístides Vargas por Grupo Teatral Cardona (Gruteca). Dirección: Carlos Daniel La Paz. Sonido: Yessica La Paz. Luces: Lourdes Leguina. Diseño de iluminación: Carlos Daniel La Paz. Con: Sari Cartagena, Octavio Pereira, Yesica Grasso, Daniel La Paz. 18ª Bienal de Teatros del Interior. Sábado 13 de noviembre de 2021.

Arístides Vargas, un argentino que muy joven tuvo que exiliarse en Ecuador ante la llegada de la dictadura y donde creó el grupo de teatro Malayerba, un referente del teatro latinoamericano, en su dramaturgia, no encuentra –o no quiere– manera de salir de ese viaje a la memoria, la identidad, la violencia, la pérdida y el desarraigo. En definitiva el exilio, retratado sin olvidar el humor.

Esta obra es la segunda de una trilogía de ejercicios sobre el exilio. La primera fue “Flores arrancadas a la niebla” y la tercera “Donde el viento hace buñuelos”.
Se trata de una serie de escenas que tienen como nexo sucesivos encuentros entre dos exiliados que en el transcurso de un tiempo impreciso recuerdan episodios de sus vidas, recuerdan su pueblo Nuestra Señora de las Nubes. La fundación del pueblo a partir de un matrimonio entre padre e hija, la abuela que le narra al tonto del pueblo esa historia, dos hermanos que saben de piropos, un poeta cantor, entre otras.

La puesta en escena queda atrapada en una telaraña de heridas no sanadas, de poesía que busca cubrir el sufrimiento. Valijas de todo tipo surgen como murallas en el escenario y entorpecen la propuesta. El elenco se mantiene estático, parado o sentado sobre valijas. La comunicación no llega, la languidez si. El tiempo pasa –¿por qué tan lentamente?– y falla la narración teatral. El realismo mágico que podría enarbolarse como eje de esta obra no lo es tal, y no transita por él Arístides Vargas.

No hay destaque en el elenco, uno en el que el director es multi tarea. Esta propuesta más que de exilio habla de destierro, por ese transitar en círculos el mismo tema sin poder o querer salir. Una suerte de autoflagelación. Si se tratara de una premiación estilo Oscar, esta producción se llevaría tranquilamente el Razzie.
E.J.S.