En la primera línea de ataque

“Un extenso sector de la zona céntrica de nuestra ciudad se vio sacudido al atardecer de la víspera, por el estallido de un incendio de espectaculares características que arrojó como saldo la hospitalización por quemaduras de dos combatientes del fuego y pérdidas materiales que, si bien aún no han sido avaluadas, se descuenta de antemano que ascienden a por lo menos varias decenas de miles de pesos”, escribía EL TELEGRAFO en su edición del 27 de diciembre de 1969 en nota de portada. Especificaba que se trataba de una finca ubicada en 18 de Julio 769, perteneciente a la familia Comas.
Cincuenta y dos años más tarde, EL TELEGRAFO dialogó con el hijo de uno de esos bomberos heridos, el Inspector Mayor de Bomberos Luis Massa Sassi, para relatarnos cómo vivió el difícil momento. “En el año 69, ese 26 de diciembre lo recuerdo perfectamente, mi padre ese día estaba de guardia, nosotros estábamos escuchando con mi madre una radionovela en CW39. Inusualmente en ese momento se corta la transmisión y un informativista dijo que había un incendio importante al lado del cine Astor, con explosiones y heridos. Con mi madre nos quedamos nerviosos porque sabíamos que mi padre estaba de guardia en la parte operativa del combate al incendio.
Pasaron pocos minutos y en la emisora dijeron que era el sargento Luis Massa y el bombero Roberto Taranto. Inmediatamente subí a la bicicleta y me fui hasta el destacamento de bomberos, y ahí el bombero de guardia me dijo que estaban en el hospital.
Fui hasta ahí y veo a mi padre que estaba todo hinchado, ennegrecido y temblando y me pidió no le dijera nada a mamá para no preocuparla, pero yo con 17 años ya presumí que era una situación muy grave, a pesar de estar consciente tenía gran parte del cuerpo quemado. Lo trasladaron para el Sanatorio Modelo donde lo atendieron. Estuvo varios días en estado grave. De los dos creo que fue el más afectado porque papá estaba en la primera línea de ataque, que se le llamaba en ese momento portalanza, la parte que lanzaban el ataque al fuego. Por suerte mi padre se recuperó –vivió hasta los 90 años– y los relatos del incendio los conozco por boca de él”.
Según su testimonio, “el fuego era a los fondos de la casa de una familia que vivía allí, como EL TELEGRAFO lo menciona, había una especie de galponcito y ahí tenían un acopio de combustible –nafta–, que es un producto altamente inflamable. En el momento que estaban atacando el fuego se quedaron sin agua, es decir la autobomba quedó sin agua, y costó alimentarla.
En esa instancia, como se lanzaron 2 puntos de ataque, en forma simultánea quedaron rápidamente sin agua y ahí debieron esperar que el autobomba fuera alimentado. En determinado momento ve que uno de los recipientes como que se empezó a inflar y él atinó a ponerse atrás de un arbolito y el tronco fue lo que aparentemente lo salvó de la deflagración que hubo”.
“También me comentó que, como demoraba el agua, él intentó salir, pero como era muy intrincado no encontraba la salida a la calle, cuando se produce la explosión no sabe cómo pudo salir, lo que sí recuerda es una llamarada de fuego ‘en la disparada’, como decía él. Le pareció ver el resplandor de fuego entre las piernas, y cuando llegó a la calle se tiró al suelo y empezó a dar vueltas y decir ‘me quemo, me quemo’. Eso sí lo recordaba”, concluyó.
Su padre ingresó como bombero a principios del 48 y se retiró a fines del año 78; su hermana ingresó en el 83 y se retiró en el 2015, como administrativa en Montevideo, y el comisario Luis Massa ingresó en 1970 y se retiró en 2008.