En Montevideo: Avanza el plan de sustitución de carros con caballos por motocarros

Basta de TAS (Tracción a Sangre), es una campaña que promueve el fin de la tracción animal, de la mano de la mejora laboral e inclusión social de las personas y el cuidado del ambiente. Consiste en una minuciosa Hoja de Ruta para sustituir paulatinamente los carros tirados por caballos por motocarros o similares vehículos motorizados. Este proyecto nació en el año 2011, de las organizaciones por los derechos de los animales, Libera! de España y Fundación Franz Weber, de Suiza.
La propuesta se está llevando a cabo en México, Argentina, Uruguay y Colombia; este último logró erradicar la TAS en todo el territorio nacional. En Uruguay ya van 61 caballos “jubilados”.
En el año 2012, Leonardo Anselmi, su vocero y coordinador en aquel momento, realizó una gira para presentar el proyecto que estaba funcionando exitosamente en Bogotá, y por medio de activistas uruguayos, en diciembre del mismo año, Anselmi trajo la propuesta a Montevideo y Paysandú.

En Uruguay se creó la Asociación Animalista Libera!, y desde ese entonces, Basta de TAS recorrió el país en reuniones constantes con autoridades, hasta que finalmente la Intendencia de Montevideo accedió a dar inicio al programa, en el año 2017.
“Un día, nos llamó Christian Di Candia (ex prosecretario IdM) convocándonos para una reunión –entre tantas que habíamos tenido en estos años con varias autoridades, entre ellos, quien fuera intendente en ese momento, Daniel Martínez–; fui muy cansada, con pocas expectativas y bastante desmotivada. Entró Di Candia y me dijo que ya se iba a poner en marcha el programa de sustituciones. Me acuerdo que no podía creer y le pregunté: ¿en serio?”, contó a EL TELEGRAFO, Karina Kokar, representante de Libera! en Uruguay.
La Hoja de Ruta de la campaña de erradicación de carros tirados por caballos incluyó un registro de carros, plan piloto de funcionamiento, preparación de los clasificadores para manejo de vehículos motorizados y capacitaciones varias; registro de adoptantes para los caballos que se jubilaban, y, finalmente, la puesta en marcha de la misma.

Formalización laboral

Mediante el Programa de Reconversión Laboral de Clasificadores de Residuos Sólidos Urbanos, al día de hoy, circulan por la ciudad de Montevideo más de 50 motocarros, conducidos por hombres y mujeres que optaron por la posibilidad de un cambio para sus familias, accediendo a la formalidad laboral como monotributistas; mientras que los caballos fueron dados en adopción para no volver a trabajar. Algunas de las tareas asignadas para estos trabajadores fueron limpieza de la ciudad, recolección de escombros, restos de poda, voluminosos y limpieza de contenedores desbordados y detección de residuos en la vía pública.

Financiación de los vehículos

En el proceso de sustitución, el clasificador entrega su caballo y su carro, siendo éstos tomados como parte de pago, para luego continuar con una financiación accesible y con la cobertura de seguro durante un año; después cada trabajador se hace cargo del mantenimiento.

Experiencias vividas

Para los activistas que presentaron el proyecto en Uruguay, que contemplaba la búsqueda de una solución para personas y animales, ver esta transformación en las calles de Montevideo, es la concreción –lenta pero efectiva– del sueño de devolver la libertad a caballos que han trabajado y soportado pesadas cargas en las calles toda su vida. A su vez, es una forma de dignificar la labor del clasificador, que cuente con vehículo e indumentaria necesaria, así como también la posibilidad de estar amparados a BPS y poder cobrar una jubilación cuando llegue el momento.
“Una vez, tuve que llamar a la Intendencia para que recogieran unos muebles de mi casa, y apareció uno de los clasificadores al que le habían entregado un motocarro; era un señor mayor que recuerdo que lloró emocionado el día de la sustitución. Él no me reconoció, entró a mi casa mirando para abajo como para no mirar la casa y sólo llevarse el mueble. Le ofrecí agua, el di propina y le pregunté cómo le estaba yendo, a lo cual respondió que ‘muy bien’”.

“Después de ese día, lo volví a ver en cada etapa de entrega de motocarros, con una actitud totalmente diferente, se lo veía adaptado y feliz con su nueva vida. Cada evento, nos llena los ojos de lágrimas; nos emociona mucho ver los resultados que se han logrado para los animales, las personas y el ambiente. Tenemos la esperanza de que el resto del país tome el mismo camino.”, dijo Kokar.

“Dejamos de comer  de la basura”

En diálogo con Andrea Cardozo, una de las mujeres que hace casi 2 años decidió modificar su sistema de trabajo y de vida, contó que “antes trabajaba de 5:30 a 14 horas reciclando papel, plástico, cartón y cosas para vender en la feria”. Las condiciones sanitarias cambiaron completamente porque pasó de tener todos los residuos en su hogar para separarlos, a salir en el motocarro con adecuadas medidas de salubridad y seguridad vial, para levantar los residuos y llevarlos a la planta de reciclaje.
Cuando le preguntamos qué sintió cuando entregó su caballo, para que un adoptante lo llevara al campo, respondió: “Sentí felicidad y tristeza a la vez. Gracias a él, crié a mis hijas; pero lo más lindo es verlo libre, se lo merecía”.
En cuanto a los recicladores que no se decidieron aún para anotarse en el programa, Cardozo comentó que “es un cambio muy lindo en la vida. Dejamos de comer de la basura. Es una nueva vida y lo más importante es tener esta oportunidad laboral que la Intendencia nos da”.

“Ahora, los vecinos nos felicitan”

Juan Soria, por su parte, comenzó con un carro de mano, con el esfuerzo físico que eso conlleva. Luego adquirió un caballo y salían a la calle hasta 15 horas diarias, recolectando todo lo que le sirviera a su familia numerosa, para subsistir.
Soria quebró en llanto el día que recibió su vehículo y habló de la dura realidad de tantos clasificadores que “sobreviven de lo que tiran otros vecinos”.
Sobre el caballo dijo que “fue un compañero durante muchos años y él también necesitaba el cambio de la libertad y el descanso, por eso lo jubilé. Se lo extraña mucho. Con ese animal, toda la familia logró sobrevivir”.
A Juan le preguntamos cómo es el trato con la gente ahora que es agente de reciclaje formalizado. “Antes cuando andábamos con el carro, la sociedad nos miraba de otra manera. Ahora, los vecinos nos felicitan. Hoy trabajamos para la Intendencia en mejores condiciones y muy contentos con el cambio”.

Próximamente  más entregas

Para los próximos días, está prevista una nueva etapa, donde se jubilarán Lluvia, Milonga, Moreno, Ramona, Jacinto y Paloma. Esta última yegua, pronto parirá un potrillo que no conocerá la ciudad ni los carros, y vivirá en un campo junto a su madre.