Mucho más que una vivienda digna

Hace pocas horas los sanduceros fuimos testigos –y compartimos– la alegría de 34 familias de la zona de Guichón a las que se entregaron las respectivas viviendas por autoridades del Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir), en presencia de autoridades nacionales y departamentales, dando la pauta de que el aporte de este movimiento al medio rural mantiene la continuidad que felizmente se ha dado durante décadas, con altibajos, pero con gobiernos de todos los partidos, desde su creación en 1967 por impulso del Dr. Alberto Gallinal Heber, lo que por lo menos constituye, más allá de matices e improntas, una política de Estado que tiene a los residentes de las áreas rurales como leit motiv de estas acciones.
A su vez, en el acto de inauguración del referido complejo “José María Rivero”, el intendente sanducero, Nicolás Olivera, anunció el visto bueno del organismo para la inscripción y construcción el próximo año de sendos complejos en el Este del departamento, más precisamente en Morató y Merinos, desde donde hace años vienen reclamando emprendimientos de este tipo ante las necesidades de residentes en la zona.
Paralelamente, la próxima semana, más precisamente el 15 y 16 de diciembre se inaugurarán soluciones habitacionales de Mevir en el departamento de Salto, con la entrega de 62 llaves en total. De estas, 47 viviendas corresponden a la localidad de Garibaldi, 35 conforman el plan nucleado de viviendas y el resto son soluciones en el área urbana y rural. El plan nucleado de Osimani que se inaugurará, está conformado por 15 viviendas.
El nuevo barrio de Mevir de Garibaldi se nombrará “Homero Guglielmone”, quien fue un productor rural de la zona y amigo del fundador e impulsor de Mevir, Dr. Alberto Gallinal Heber.
Por otro lado, el plan nucleado en Colonia Osimani que se inaugura se llamará “Intendente Eduardo Malaquina”, quien fuera intendente de Salto en tres oportunidades y delegado de la Comisión Mixta de Salto Grande.
Haciendo historia, tenemos que Mevir es una persona pública de derecho privado, creada por ley en 1967 a impulsos del Dr. Alberto Gallinal con el objetivo de erradicar la vivienda insalubre del asalariado rural. Con los años Mevir amplió su objetivo original, pasando a trabajar en forma integral tanto a asalariados rurales como a pequeños productores familiares de bajos recursos (menos de 60 UR de ingreso mensual), facilitando no sólo la construcción o refacción de viviendas sino también edificaciones productivas, servicios comunitarios, infraestructura (agua, electricidad, saneamiento).
En este sentido, implementa un sistema de acceso a la vivienda adecuado al medio rural y basado en un concepto integral de hábitat según el cual la vivienda es un elemento dentro de un sistema complejo donde interactúan equilibradamente varios factores: el territorio, la producción de bienes y servicios, el ser humano en comunidad, los servicios comunitarios y las infraestructuras físicas.
Se establece entre los objetivos el tratar de asegurar que la población rural pueda ejercer su derecho a la vivienda de calidad, haciendo un adecuado uso de los recursos destinados por la sociedad, en el marco de las políticas de desarrollo integral (productivo, social, ambiental, territorial).
Ello en el marco de una visión de contribuir al desarrollo integral del país, planificando, ejecutando, evaluando e innovando desde la dimensión habitacional en la construcción del territorio rural sostenible, según se establece en las motivaciones del organismo.
A su vez, debe tenerse presente que con la aprobación de la Ley de Urgente Consideración (LUC), se amplió el marco de actuación de Mevir. Es así que por un lado, y en caso de emergencia de vivienda declarada por el Poder Ejecutivo, la institución tiene la potestad para actuar a nivel de todo el territorio nacional. Por otro lado, se fijó como límite de intervención las localidades de hasta 15.000 habitantes. Antes la atención institucional comprendía hasta las localidades de 5.000 habitantes, lo que significaba un 16% de la población nacional. Con este cambio a través de la LUC se busca dar respuesta a una nueva ruralidad ampliada, al ampliar Mevir su cobertura territorial a un 26% de la población, es decir, 40 localidades en el marco de intervención.
Sin dudas que desde la instrumentación de los programas Mevir se ha logrado ir cambiando el panorama de los asentamientos habitacionales en el medio rural, y se ha obtenido excelentes resultados en cuanto al propósito inicial de ir erradicando las taperas, los “ranchos”, pero naturalmente, con las particularidades del medio rural, donde la construcción de viviendas y los asentamientos de familias dependen en gran medida del trabajo que haya en la zona. Como todos sabemos, hay fuerte movilidad en las fuentes de trabajo, como característica intrínseca a este ámbito, aunque la instalación de polos de desarrollo productivo en determinadas áreas –las zonas forestales son un ejemplo– ha propiciado que se pueda cumplir con proporcionar vivienda decorosa pese a las dificultades y avatares del trabajador y las familias rurales.
Han sido significativos además los cambios que se han incorporado para los programas, habida cuenta de esta realidad cambiante, y por ejemplo entre otras posibilidades que se han habilitado, figura el de la construcción de viviendas en terrenos particulares, además de las que se levantan tradicionalmente en terrenos del propio organismo.
La vivienda en terrenos particulares comprende la construcción de viviendas nuevas en terrenos de la familia localizados en área urbana (es decir dentro de la localidad) o en área rural. La vivienda se construye con el aporte en horas de la familia participante y obreros proporcionados por Mevir junto a un equipo técnico integrado por un capataz, arquitecto y asistente social que acompañan durante todo el proceso. En los casos de las unidades con producción se integra un ingeniero agrónomo al equipo técnico.
El programa está dirigido a hogares con necesidad de vivienda, en particular aquellos que están en situación de mayor vulnerabilidad que cuentan con un terreno propio, con ingresos mensuales del núcleo familiar de hasta 60 unidades reajustables. Sin dudas el aporte de Mevir atendiendo la realidad del Interior profundo, el gran postergado históricamente por acción y/o omisión por la dirigencia política, ha marcado un antes y un después para atender una problemática que aunque tiene el eje en la vivienda, es mucho más amplia y compleja.
Por cierto, es parte fundamental en las respuestas que se necesitan en el Interior profundo, donde es preciso aplicar políticas diferenciadas para que a través de una mejor calidad de vida y oportunidades, se pueda enlentecer y eventualmente revertir el proceso de emigración campo-ciudad, que está haciendo del Uruguay un país cáscara, con todo lo negativo que ello implica.