“La solución contra el déficit hídrico en cultivos y pasturas es incrementar el riego”

La solución para terminar con las habituales deficiencias hídricas en cultivos y pasturas “claramente es incrementar significativamente el área regada en el Litoral del país”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Giménez, subrayando que para que esto ocurra “debe haber un compromiso amplio del Estado, los productores y las empresas que permita generar obras para almacenar agua, y esa agua que escurre en cantidades muy importantes pueda ser utilizada cuando falta”.

Un ejemplo que brindó el actual director de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, es que las lluvias de enero “fueron dos veces y media las del promedio para ese mes, si se hubieran podido almacenar parte de esas lluvias estaríamos asegurando un rendimiento elevado de soja”, aclarando que “esta agua que sobró escurrió y se transformará en agua salada en el océano Atlántico. La propuesta de incrementar la superficie de riego es transformar esa agua en alimentos y en trabajo para los uruguayos”.
Este problema de la falta de agua en primavera y verano “no se arregla importando equipos de riego sin impuestos, porque no hay fuentes de agua donde se precisa”, sostiene el investigador. El punto 1 de un programa de riego “debe ser incrementar las fuentes de agua en la región donde hay cultivos y pasturas que las puedan aprovechar y claramente esa región es el Litoral del país”, dijo.

Almacenar agua

La experiencia internacional indica que lograr el almacenamiento de agua “es muy difícil sin la participación activa del Estado y claramente debería ser en conjunto con los productores y técnicos que saben de este tema”.
“A nuestro entender el riego suplementario de cultivos y pasturas es un tema clave para incrementar las ganancias del país y concomitantemente el bienestar de la población, de los productores y a su vez un claro generador de trabajo”, sostiene Giménez. “El riego permitiría duplicar y en algunos caso triplicar los rendimientos de cultivos de verano y además estabilizarlos. Por tanto, incrementar en forma significativa el área regada es un tema, a nuestro entender, de importancia nacional”, aseveró. “Alguna vez hemos hecho estimaciones de cuánto dinero se pierde en una sequía, en base a los resultados científicos obtenidos, sin embargo, esos son datos puntuales de un año en particular”.

No obstante, lo que realmente importa “es que las pérdidas en granos y pasturas son todos los años, en situaciones de sequía las pérdidas son extremas, pero estamos perdiendo potencial de producción todos los años”. Y este aspecto es el que los tomadores de decisiones “no valoran bien porque no lo entienden o porque no se lo piden”, acota. “A su vez, los daños ambientales que provocan las sequías son también significativos, las pérdidas de especies, las muertes de animales son importantes. Y como decíamos todos los años perdemos mucho grano y eso es dinero y trabajo nacional que se pierde”.

No seguir quejándose

“No sé hasta cuanto tiempo más nos vamos a seguir quejando por las sequías y no tomar acciones concretas para solucionarlas”, enfatiza. “Y para realmente solucionar el problema hay que tomar bien las medidas, repito, bajar los impuestos a los equipos de riego está bien, pero no mueve la aguja. Hay que generar fuentes de agua para riego suplementario de cultivos y pasturas principalmente en el Litoral del país. Las obras deben ser bien estudiadas por expertos que permitan riegos colectivos, riegos individuales y cuando la situación topográfica no habilita, disponer de estructuras para riegos estratégicos en situaciones de sequía”.
El país tiene un potencial de producción y de generación de riqueza en verano “absolutamente desaprovechado, hay radiación solar suficiente, hay temperaturas adecuadas y suelos fértiles, se requiere agua para aprovechar en forma inteligente estos recursos naturales de manera de poder producir más y a su vez cuidar el ambiente y de esa manera construir el paradigma de intensificación sostenible de la producción de granos y pasturas”, según Giménez.