La demencia es una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones, que interfiere en la realización de las actividades de la vida diaria de una persona. Puede tener graves efectos en quienes la padecen, ya que dejan de ser ágiles e independientes.
No se puede prevenir la demencia. Sin embargo, existen una serie de hábitos que pueden adoptarse con el objetivo de ralentizarla. La alimentación es uno de ellos.
Llevar una dieta sana y equilibrada puede afectar sobre la salud cognitiva de una persona.
Dietas ricas en grasas
Un artículo del año 2015 que fue publicado en la revista Nutrients señalaba “que el exceso de energía puede perjudicar la condición, pero lo que es más importante, las dietas ricas en grasas o azúcar también pueden perjudicar la cognición”.
Para corroborar esto, investigadores realizaron un estudio sobre los efectos de una dieta rica en grasas sobre la memoria, la atención y el estado de ánimo.
Los hallazgos, señalaron que en sujetos masculinos adultos jóvenes sanos, una dieta rica en grasas “fue suficiente para afectar la atención, la velocidad de recuperación y el estado de ánimo depresivo después de solo cinco días”.
Para descubrirlo, un grupo de hombres fueron asignados al azar a cinco días de una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. Los científicos encontraron que los sujetos que consumían una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos tenían un 44% más de ácidos grasos libres en plasma. Con estos resultados, concluyeron que “aumentar los ácidos grasos libres en plasma reducía la cognición, lo que sugiere que una dieta rica en grasas es perjudicial para el corazón y el cerebro en sujetos sanos”.
Dietas altas en azúcares
Otras investigaciones afirmaron que una sola comida con una carga glucémica alta puede afectar el rendimiento de la memoria en niños y adultos jóvenes sanos.
Según el doctor Shahrukh, quien se centró en la investigación, explicaba que, “por lo general, las personas con glucosa en sangre crónicamente alta, especialmente una vez que la glucosa es lo suficientemente alta como para estar técnicamente en el rango diabético, son las que tienen una atrofia cerebral acelerada, especialmente en los centros de memoria”. Las personas que padecen diabetes tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar demencia.
Reducir el riesgo de demencia
La demencia es muy difícil de prevenir, pero existen ciertos hábitos saludables que ayudan a reducir el riesgo de padecerla o a retrasar su aparición. “Hay cosas simples que puede hacer para reducir su riesgo”, señala el doctor Shahrukh, quien insiste en que hay que evitar “comer alimentos que necesiten altos niveles de insulina para metabolizarse”.
Por ejemplo, el experto señala que los edulcorantes artificiales son problemáticos y son comúnmente utilizados en bebidas gaseosas.
En cambio, una dieta rica en frutas y verduras, junto con pescado rico en omega-3 puede ofrecernos una protección a nuestro cerebro.
