Mujeres que militan por el feminismo en pos de la igualdad de derechos y oportunidades

Mujeres militantes en acción.

Libia Leites Morerira (50) y Belén Weare Navarro (28), son dos mujeres de distintas generaciones pero con una causa en común: la militancia por el feminismo, una labor que definieron “no es fácil” y hasta a veces es “dolorosa”, pero que apunta al claro objetivo de “tratar que nosotras las mujeres tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades que han tenido los varones por siempre”.

Libia –madre de tres hijos– dijo a EL TELEGRAFO que “hace muchísimos años que estoy en esto de la militancia por el feminismo, especialmente acá en Paysandú donde hemos estado en las organizaciones de las marchas, hemos participado en diferentes comisiones de género”. Su motivación es que “las mujeres y las generaciones venideras se vean también motivadas con esto de trasladar a la población lo que es la lucha feminista, que es muy trabajosa, cuesta muchísimo, pues en donde estamos tenemos que tener a veces una visión de género que las demás personas no tienen, lamentablemente; esto es un problema cultural”, destacó.
El hecho de “manifestarnos y juntarnos entre mujeres para organizar todas estas actividades en distintos lugares donde armamos estas comisiones, hace que esto vaya creciendo y que podamos transmitirle a la población lo que realmente trabaja el feminismo, que es tratar que nosotras las mujeres tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades que han tenido los varones por siempre”, subrayó.

Sin embargo, por esta tarea “muchas veces nosotras en distintos ámbitos somos burladas. Otras compañeras de lucha nos han dicho que prefieren alejarse de esos ámbitos y no estar internamente luchando contra esto, contra el machismo, contra el patriarcado”, sostuvo.

Libia aclaró que “cuando mencionamos lucha, no es de violencia” y explicó que “nosotras tenemos que estudiar mucho para esto, tenemos que formarnos en las temáticas y resulta muy difícil que la gente entienda lo que estamos buscando, que es la igualdad de derechos y oportunidades, ese es nuestro rol feminista” en los distintos ámbitos.

“CAMBIAR EL CHIP”

“Yo soy feminista porque vengo de una familia hipermachista”, afirmó por su parte Belén, a la vez que ahondó: “me parece que el centro del machismo es normalmente la casa y uno va aprendiendo, creciendo y se da cuenta que hay actitudes con las que no estás de acuerdo”.
“En realidad empecé en el movimiento cuando me fui a estudiar a Salto y me acerqué a colectivos con compañeras que estaban en la misma historia que yo; después volví a casa y me dijeron ‘sos otra’, pero eso fue porque uno ya no tolera ciertas cosas, es un proceso. Darse cuenta que la gente que te rodea es machista, es violenta, que una misma es machista y es violenta, duele, porque al final somos todos hijos de la misma cultura y no podemos desprendernos de eso; podemos aprender, podemos trabajar en ese cambio”, sostuvo esta joven militante.

“Más allá de la formación, es hacer el cambio de chip, de decir esto no me gusta, esto lo quiero cambiar, por mí y por las compañeras. En mi caso, mi motivación es mi hermana, que tenga un futuro con menos violencia, que no tenga que pasar acosos, abusos, que no tenga que aguantarse insultos de jefes para conservar un trabajo, por ejemplo”, precisó.
Coincidió con su compañera de lucha que es un camino difícil porque “no es fácil poner un estado en Facebook o en Twitter y aguantarte las réplicas –a veces son muy violentas– de compañeras y de compañeros, porque el machismo lo tenemos incorporado todas y todos”.

ERRADICAR LA VIOLENCIA, EL MAYOR DESAFÍO

El mayor desafío que tiene hoy “no sólo el movimiento en sí, sino toda la sociedad, es erradicar la violencia y la violencia extrema que tiene esta sociedad uruguaya, que lamentablemente la visualizamos todos los días en distintos ámbitos, sobre todo la violencia contra las mujeres”, identificó Libia.
En ese sentido, describió que “desde hace mucho se vienen intensificando los femicidios, las desapariciones de mujeres, las denuncias por violencia doméstica, las violaciones, los abusos sexuales. Es impresionante para una sociedad donde no llegamos a tres millones y medio de habitantes que sea tan extrema la violencia que se da, sobre todo contra las mujeres”.

En la visión de Belén el tema “se ha visibilizado más porque también están las redes sociales, que están jugando un rol muy potente y creo que hoy las denuncias tienen más voz. Hoy una mujer va a hacer una denuncia a donde corresponde y capaz no le prestan atención y ella lo vuelca en una red social y en esa red tiene un círculo de contención y se empieza a expandir la información”.
La pandemia, por otra parte, ha sido una circunstancia que “jugó muy en contra, porque mujeres que sufren violencia de género se tuvieron que quedar en sus casas con su agresor”, comentó.
A la vez, observó que lamentablemente “se sigue poniendo el foco en la víctima y no en el agresor” y en ese sentido “creo que ese es otro reto tremendo que tenemos, trabajar en conjunto con los compañeros. No es mujeres contra hombres, es crear espacios donde escuchar; algo te tiene que resonar si hay una compañera que te está diciendo que se sintió violentada”, pues si eso no ocurre es que “sos parte del problema”.
“Como se dice siempre en redes sociales, no puede ser que todos hayamos sufrido algún episodio de violencia y ninguno conozca a ningún violento”. En realidad, “hay un manto de complicidad ahí, que hay que romper y hay que trabajar”, sostuvo.

Una de las herramientas podría ser “ofrecer talleres a cargo de mujeres expertas, por ejemplo, para trabajar en conjunto con ellos, porque un cambio sin hombres parece una utopía; los necesitamos de este lado, pero desde el compromiso, no basta con ir a una marcha, los necesitamos día a día”, subrayó Belén, considerando que “hay como pequeñas cositas que todas y todos podemos hacer para de a poquito avanzar más hacia una sociedad menos violenta”.

En la óptica de Libia, “si no tenemos de parte de quienes nos gobiernan la responsabilidad de trabajar esto como se debe, esto no va a parar; nosotros tenemos fuerza para caminar calles, para ir a pueblos del Interior, pero con eso solo no logramos cambios”, si no que el tema “hay que trasladarlo a las escuelas, a los liceos, hay que tomarse ese tema como prioritario”.

“AQUÍ ESTAMOS PRESENTES”

Como en cada marcha que se realiza el 8 de marzo, hoy se apuntará a “visibilizar, pedir justicia por las que no están, pedir que aparezcan las desaparecidas, esa es la lucha que se va a seguir insistiendo siempre con carteles, con pancartas”, dijo Libia, a la vez de recordar que esta fecha “es el día Internacional de la Mujer y personalmente no existe cabida para otra cosa. Nosotras mujeres no celebramos este día, pero sí nos juntamos y seguimos diciendo aquí estamos presentes, aquí recordamos lo que sucedió, por qué se conmemora”.
“Es reivindicar también nuestros derechos, los conseguidos y entender que siempre están medio en la cuerda floja y recordar a las que no están, que esos nombres no se olvidan, que haya justicia, hacernos sentir entre nosotras que estamos, que no estamos solas”, concluyó Belén.