Acceso de niños de áreas vulnerables a tratamientos permite “hacer la gran diferencia” en cáncer infantil

El Club Paysandú fue escenario de la conferencia que ofrecieron integrantes de la Fundación Pérez Scremi

La mortalidad de cáncer infantil en el Uruguay entre 1992 y 1994 se ubicaba en 6,5 niños cada 100.000 menores de 15 años, en tanto en 2020, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, esa cifra se ubicó en 2,6, lo que posiciona a nuestro país entre los índices de los países desarrollados en este tema, como Estados Unidos cuyo índice es 2,2. Esta información fue presentada por el Dr. Luis Castillo, asesor de la Fundación Pérez Scremini, en ocasión de la conferencia que brindó junto al gerente general, Guzman Nion, en el Club Paysandú.

Si bien “en Uruguay no tenemos el centro de mayor desarrollo en la región”, como pueden encontrarse en Brasil donde acceden a las últimas tecnologías, a nuestro país “desde el 2002 lo hace único, que los chicos que vienen de áreas más vulnerables acceden al mejor lugar, y eso hace la gran diferencia. Uruguay tiene la menor tasa de mortalidad de todos los países del continente porque los chicos de menores recursos tienen el mejor lugar para ir”, explicó Castillo.

En diálogo con EL TELEGRAFO el profesional consideró que este descenso de la mortalidad “ha sido con muchas más armas, pero con la misma medicación, así que lo que hemos aumentado es la concentración en la fundación. Además, hoy tenemos una derivación casi total de todos los niños de áreas más vulnerables, que en otros países no acceden, a los mejores tratamientos disponibles en el momento”.
“Pero eso va a mejorar todavía más porque hoy sabemos mucho más de la biología de la enfermedad, es decir por qué se produce y cuáles son los mecanismos de crecimiento de las células. Ahora con esa arma se están desarrollando cantidad innumerable de tratamientos biológicos que seguramente van a disminuir aún más” esa cifra, explicó.

BIOLOGÍA MOLECULAR

“Hoy estamos desarrollando el laboratorio de Biología Molecular, que es el futuro”, adelantó Castillo, al ser consultado acerca de los proyectos del centro.
“Estamos invirtiendo mucho dinero, casi un millón de dólares, en la modernización de todo el instrumental primero para el diagnóstico, pero además estamos importando instrumental para el tratamiento con terapia inmunológica celular de las leucemias que todavía recaen, que es una tecnología que se llama Car T y ya la hemos adquirido. Estamos adiestrando a nuestro personal médico y paramédico para su utilización y gente del laboratorio también”, describió. Es decir, “que estamos apuntando justamente al porcentaje aquel de pacientes que no estamos curando, darle una chance de alta tecnología para rescatarlos y mejorar todavía más lo que es el futuro, que es la parte de diagnóstico de biología molecular”.

DIFÍCIL DIAGNÓSTICO

Consultado respecto a si es fácil para un pediatra detectar el cáncer en su consultorio, Castillo admitió que “la muestra que hay es que no es fácil porque el pediatra tiene dos funciones, una diagnóstico y manejo de enfermedades, pero la otra es control de niños normales para su correcto crecimiento y desarrollo y eso a veces implica –sucede en todos los países– que no tengan las suficientes sospechas de que un niño pueda tener cáncer porque los signos –excepto cuando hay un tumor visible–, son similares a síntomas que pueden ser confundidos con los de enfermedades comunes. Un dolor de cabeza, crecimiento de un ganglio en un niño, es una cosa frecuente, dolores en las piernas, que a veces se confunde con dolores de crecimiento, aparición de fiebre y ganglios que a veces se confunde con mononucleosis infecciosa”, puntualizó.

MEDIO MILLÓN  DE NIÑOS POR AÑO

“El cáncer pediátrico es un evento raro, infrecuente, a veces hay dificultades de diagnóstico por no ser frecuente como otras enfermedades”, reconoció Castillo durante su conferencia.
“Pero para los médicos y para la comunidad es un tema importante porque en los países subdesarrollados el problema es mayor, porque a veces pasa desapercibido y fallecen antes de tener un diagnóstico incluso. En los países desarrollados es la primera causa de mortalidad por enfermedad entre el año y los 18 años”, destacó.

“Cada vez son menos afortunadamente y aspiramos que en 20 años, con todo el conocimiento que tenemos, sean aún menos, pero todavía sigue siendo un tema sanitario relevante”, observó.
Cada año aproximadamente medio millón de niños y adolescentes desarrollan cáncer en el mundo. En los países de altos ingresos, desarrollados, donde los centros de cáncer son muy accesibles, “más del 80% de los niños se curan”, en tanto, “en los países de ingresos bajos o medios, solo se cura entre el 20% y el 50%”, indicó.

DIAGNÓSTICO TEMPRANO

El cáncer infantil “en general no se puede prevenir, lo único que se puede hacer es trabajar en el diagnóstico más temprano; cuanto mas temprano mejor”, estableció Castillo, al tiempo que ilustró que “la mayoría de las enfermedades pueden ser curadas con terapias tradicionales, cirugías, radioterapia y quimioterapia, y actualmente hay terapias biológicas que mejoran todavía más y eso es el futuro”.

“Más terapias biológicas van a aparecer a partir de los años y más niños se van a curar porque ataca exactamente con un misil a la célula enferma, en vez de ahora que tiramos perdigonadas, atacamos todas las células”, explicó. El tratamiento “es costo-efectivo, es decir que cuánto más se invierte en pediatría y más niños se curan, más años de sobrevida conseguimos”, agregó.
En resumen, el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en niños y adolescentes, “la probabilidad de sobrevivir su diagnóstico lamentablemente depende del país donde el niño y su familia reside. Como no es posible prevenirlo, la estrategia más efectiva, para reducir la mortalidad y mejorar la curación es enfocarse en la mejor calidad de diagnóstico”, puntualizó.
“Nosotros tenemos el mejor centro de diagnóstico biológico de todo el país”, lo que posibilita “predecir el pronóstico y la intensidad de los tratamientos que tenemos que dar”, sostuvo.

ALTO PORCENTAJE DE CURACIÓN

ez Scremini trabajamos por la cura del cáncer en niños y adolescentes en Uruguay gestionando el servicio hemato-oncológico pediátrico del Hospital Pereira Rosell. Ofrecemos a todos nuestros pacientes un servicio integral de excelencia totalmente gratuito”, explica la entidad en un comunicado repartido en esta ocasión.
Precisamente, el gerente general Guzmán Nion aludió a la tarea que realiza la institución. Como reflejo de ese trabajo, presentó algunos datos, referidos a la atención en la Fundación de más de 1.500 pacientes por año de entre 0 y 18 años, con una tasa de curación del 80%. Informó además de las obras de remodelación y ampliación iniciadas en 2019, de más de 1.500 m², para el mejoramiento del Hospital de Día y en el sector Internación, ubicado en el edificio Beisso del Hospital Pereira Rossell.

22 EMBAJADAS

Por otra parte, informó que en el interior del país “tenemos 22 embajadas, con el objetivo de brindar el acompañamiento a las familias de esas localidades”, explicó. Ana Palermo, en representación de la Embajada de Paysandú se refirió a la tarea que se realiza en el departamento. “Estamos desde 1989; fuimos adquiriendo conocimiento y experiencia. Somos 16 voluntarias, que acompañamos a los pacientes de nuestra ciudad y de distintas localidades. Se ha trabajado ya con 82 niños y adolescentes. Vamos a tratar de seguir nuestro trabajo de la mejor manera posible”, indicó. En la actualidad están acompañando a 23 pacientes. Sus principales acciones de apoyo son: entrega de canastas de alimentos y ropa, coordinación de traslados dentro y fuera de la localidad, coordinación con instituciones u organizaciones locales por demandas específicas y gestión de espacios psicoterapéuticos y de fisioterapia.
Con el objetivo de recaudar fondos, para este año tienen previsto: un té solidario, una venta de hamburguesas, una correcaminata y venta de rifas.