Desde 2017 funcionan en Ajupe los talleres de Psicomotricidad, a partir de un convenio de esta institución con la Universidad de la República, y a los que han asistido y asisten decenas de adultos mayores por los múltiples beneficios que estas sesiones aportan a su calidad de vida. Este año asisten unas cincuenta personas, de acuerdo a lo informado a Pasividades por la licenciada en Psicomotricidad Luciana Báez Vitalis, a cargo de la actividad.
Se trata de “un espacio de práctica pre profesional para los estudiantes que cursan segundo año de la licenciatura en psicomotricidad”, puntualizó.
Respecto a los objetivos, aclaró que no se puede identificar uno en particular, pero “los fundamentales son que las personas mayores cuenten con un espacio donde se resignifique al cuerpo, donde se trabaja con sus posibilidades, fortaleciendo la confianza en sí mismas, y la autonomía”.
En tal sentido, aclaró que “es un abordaje de atención primaria a la salud. Actualmente se trabaja en red con la doctora en medicina y con personal del Centro Diurno ‘Pasionaria’, con miras de realizar un enfoque interdisciplinario de algunas situaciones y establecer las derivaciones correspondientes oportunamente”.
En cuanto a la rutina, “la sesión se organiza en momentos, algunas veces los objetivos se centran en prevenir caídas y otras en prevenir el deterioro cognitivo. Siempre mediante una mirada integral del sujeto”, puntualizó.
UN ESPACIO MUY VALORADO
Desde el punto de vista profesional, Báez destacó sentirse “muy gratificada”, con la realización de este tipo de actividades, “buscando fortalecer mi rol debido a que es un espacio y una disciplina muy valorada por las personas mayores, que buscan y vuelven o persisten desde el inicio en las sesiones de psicomotricidad”. Resaltó que se trata de “un espacio muy apreciado”, en el que los asistentes “se sienten contenidos y muy agradecidos con estudiantes y conmigo que tengo el rol docente”.
