Irma Firpo de Molinelli, una querida docente y una mujer feliz

Pocas semanas después de celebrar sus noventa años, Irma Firpo de Molinelli recibió a Pasividades en el living de su casa para charlar sobre los lindos recuerdos que le dejó su profesión de docente, así como de la hermosa familia que formó, todo lo que se conjugó para que fuera y sea una mujer feliz.

Irma nació el 21 de junio de 1932 en el hogar de los esposos Julio Firpo y María Esther Buenventura y se crió en pleno centro de nuestra ciudad –Uruguay entre 19 y Montevideo– junto a sus dos hermanos María Inés y Armando María. “En mi época andaban los carros tirados por caballos por 18 de Julio rumbo al Este; eso lo recuerdo y siempre lo comento con mis nietos”, contó la gentil entrevistada para ilustrarnos acerca del Paysandú de aquel entonces.
“Fue una infancia muy linda, con una familia muy unida, juntos todos siempre, habiendo vivido en mi familia sin problemas de relacionamiento con mis padres o con mis hermanos, lo que hasta ahora lo sigo teniendo”, dijo con gran satisfacción.

“Fui al Colegio María Auxiliadora toda la primaria y el liceo lo hice en el Colegio del Huerto y en el liceo Departamental. Cuando terminé el liceo, elegí la carrera de Magisterio porque siempre sentí esa vocación y de lo cual nunca voy a estar arrepentida porque siempre me gustó”, aseguró.
“Estuve trabajando muchísimos años en el Instituto de Formación Docente” dictando clases de Psicología del Aprendizaje y Psicología del Niño, refirió. Precisamente, de su actividad en la docencia “tengo muy buenos y muy lindos recuerdos”, aseguró.

“Muchas veces me encuentro con exalumnas de Magisterio, a las cuales aprecio, les tengo cariño”, comentó nuestra entrevistada.
Realmente su vida profesional le dejó “preciosas experiencias”, remarcó, citando “el relacionamiento con los demás, la unión con la gente. Cuando se presenta alguna de las personas que yo conocí durante la docencia, me siento muy feliz, porque todos hasta ahora han hablado y me recuerdan bien a mí, con mucho cariño”, señaló reconfortada por esos sentimientos que supo despertar en los demás y que, sin dudas, hablan de ella como persona, más allá de su rol académico. Reconoce que ella es una persona de buen carácter, que difícilmente se pueda enojar, y seguramente sea una de la razones que la hacen un ser querible, además de respetado por todos quienes la conocen.
“Por lo tanto, tengo muy buenos recuerdos de todos ellos”, reafirmó.

“ESPERANDO LA LLEGADA DEL BISNIETO”

“Me casé con un excelente compañero, Armando Molinelli, con quien estuvimos 64 años juntos. Lo conocí porque el trabajaba en la Farmacia Mundell y yo vivía por la misma vereda. Así nos conocimos, nos casamos y durante 64 años fuimos muy felices. Tuvimos 3 hijos, María Mercedes, María del Rosario y Armando María. Tengo 5 nietos ya grandes, Emiliano, Fernanda, Bernardina, Diego y Matías, y el mayor se casó con una muchacha de Montevideo y están esperando mi primer bisnieto”, contó Irma, reconociendo que “ahora yo estoy esperando ansiosamente la llegada del bisnieto”.

Irma es creyente y cristiana y junto a sus amigas de la Parroquia del Sagrado Corazón se reúnen en su casa todas las semanas. Años atrás en esta comunidad católica daba clases de catequesis y también de cocina. “Estuve mucho con los miembros que integrábamos la parroquia. Esa fue mi vida, siempre haciendo algo”, resume, reconociendo con cierta nostalgia que “ahora extraño, porque no manejo más”. Además, durante muchos años Irma integró la Asociación de Jubilados y Pensionistas Escolares.

El 21 de junio se celebró en Sagrado Corazón una misa de acción de gracias con motivo de sus 90 años, de lo que diéramos cuenta oportunamente en las páginas de Sociales.

Hoy vive tranquilamente en su casa, rodeada del afecto de sus amistades y familiares, y disfruta mucho de la lectura. Al hacer una retrospectiva de cómo vivió, Irma reconoce que ha sido una persona “muy feliz y lo haría todo igual porque fui feliz en el matrimonio, con mis hijos y sigo siendo feliz ahora con mis nietos, con todos los sube y baja que hay en el mundo, pero de cualquier manera sigo siendo feliz”.