Escuela 2 recordó a Aníbal Sampayo, su exalumno más célebre, con sendos actos

Los niños de 4°, junto a las practicantes y la profesora Mónica González, interpretaron las obras más conocidas de Sampayo.

Niños, maestros, practicantes, familias y amigos participaron de dos actos en homenaje a Aníbal Sampayo, cumplidos en el amplio patio de la Escuela 2 “José Gervasio Artigas”, en los turnos matutino y vespertino. Nacido el 6 de agosto de 1926, durante todo el ciclo escolar Sampayo fue alumno de este centro educativo.
“Es un acto sencillo. Todos los años, en agosto, la escuela siempre lo recuerda, le hacemos un homenaje”, recordó el maestro subdirector Juan González. “Los dos años anteriores, con la pandemia, estuvimos muy encerrados y no pudimos hacerlo. Y este año, los niños de 4° más que nada, estuvieron investigando sobre su vida, ensayando algunas canciones. Y queríamos, antes de terminar agosto, poder hacer este homenaje”.

Junto a la profesora Mónica González y las practicantes, los niños recrearon las canciones más difundidas de Sampayo –“Ky chororo”, “Río de los Pájaros”, “Garzas viajeras”–, que el público acompañó con palmas y coros. “La escuela es de práctica. Tenemos estudiantes magisteriales, y por esa conexión –porque la escuela no tiene profesor de música–, conseguimos que Mónica nos visitara y ensayara con los niños”, informó González.

Otra participante fue la maestra Rosario Caamaño, que tiene a su nieta aquí. Sabíamos que fue amiga de Aníbal, y queríamos que compartiera algunas anécdotas”. Tras trazar una semblanza del artista, Caamaño recibió como obsequio una copia de la hoja del Libro de Matrícula con la escolaridad de Sampayo –documento que valoró como “un tesoro”–, donde consta que fue alumno de la Escuela entre 1934 y 1940.

Otro invitado fue el músico Eduardo “Chito” Lemes, quien hizo algunas consideraciones sobre la obra musical de Sampayo e interpretó algunas otras canciones, menos conocidas.

Allí comenzó todo

González recordó que la escuela cuenta con un museo escolar, con dos salas. “Una de las dos salitas se llama Nené Echeverz, en homenaje a una vieja directora. Y la otra sala se llama Aníbal Sampayo, justamente, porque es como el orgullo de nuestra escuela. Creo que es el alumno más célebre que tenemos”.

El docente recordó que en el patio de la escuela fue donde Sampayo conoció al maestro Alberto Carbone, su primer maestro de música. “Sampayo cuenta una anécdota, que la estuvimos conversando con los niños. En este mismo patio, se acercó al maestro Carbone, con muchos nervios, y se animó a preguntarle si le enseñaría a tocar la guitarra. El maestro le contestó que necesitaba una guitarra para poder aprender. Entonces él habló con sus padres, que le compraron una guitarra, en cuotas. El maestro le enseñó gratis y luego lo integró al conjunto Fulgores, que lo hizo famoso ya desde niño”.