Esta noche, El contador de cartas en sala 1° de Julio de EL TELEGRAFO

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Paul Schrader es recordado como guionista de Taxi Driver, pero es también destacado cineasta, aun cuando quizás se lo recuerde especialmente por American Gigolo. Es el director de la película que se exhibe hoy en el ciclo Cine en EL TELEGRAFO, El contador de cartas, con Oscar Isaac, Tye Sheridan, Willem Dafoe y Tiffany Haddish.

El protagonista, William Tell, está en prisión. Cumple una condena de diez años y se siente a gusto entre rejas. Le atrae la rutina del tiempo carcelario, las infinitas horas libres para llenar con ocupaciones que antes no dominaba o no le interesaban, tales como la lectura o aprender a contar las cartas del póker. Una estratagema que es perseguida con celo en todos los casinos, pues aumenta las probabilidades de ganar.

William Tell es un hombre extraño. No sonríe, observa el entorno desde la lejanía con un rostro frío e impenetrable. Sale de la cárcel y su existencia va a circunscribirse en continuas visitas a casinos, mientras se aloja en moteles cuyas habitaciones debe neutralizar para poder soportarlas. Parco en palabras, intenta no llamar la atención de los vigilantes de centros de azar.

Su vida se limita al juego hasta que un día, casualmente, conoce a un joven, Cirk, que busca ajustar cuentas con John Gordo, un excoronel del ejército con el que Tell también tuvo algunos problemas.

La película transita por temas como la redención, la venganza, el remordimiento y la liberación. El contador de cartas aborda la tortura dentro del ejército estadounidense como arma de guerra y sus consecuencias. No estamos aquí ante una película que trate sobre el juego; tampoco ante otra película de venganzas, ni de las consecuencias del maltrato en Guantánamo o Abu Ghraib. Hay algo de eso. El contador de cartas es ante todo una crítica a la política militar estadounidense, una máquina de monstruos y pesadillas vivientes condenadas a deambular por un mundo al que nunca podrán adaptarse.