Coviappay inauguró complejo de 34 viviendas; primera en el terreno de antigua Paylana

La cooperativa de viviendas Coviappay 2017, construida por ahorro previo y nucleada en Fecovi, inauguró su complejo de 34 unidades –erigido en altura– ubicado en Luis Batlle Berres entre avenida Salto y Horacio Meriggi, con la presencia de autoridades departamentales y nacionales. Es la habilitación del primer edificio construido dentro del terreno de la antigua Paylana, enmarcado en un proyecto que comenzó bajo la administración de Guillermo Caraballo y culminó, de acuerdo al tiempo establecido por el Ministerio de Vivienda, en la gestión de Nicolás Olivera.
En la oratoria, encabezada por su consejo directivo que preside Zoraima Artía, destacó la relevancia del cooperativismo y agradeció la posibilidad de acceder a préstamos “que tienen como garantes a las federaciones que posibilitan sortear dificultades o gastos en los procesos de obra” y recordó que “estuvimos al borde de tomarlos en más de una oportunidad”.

Política de estado

El encargado de la Unidad de Comunicación de la Agencia Nacional de Vivienda (ANV), Nelson Gianoni, destacó la necesidad de continuar con una “política de Estado que logre los objetivos trazados, sin importar el color político porque la necesidad de viviendas es de todos, así como es un derecho alcanzar el sueño del techo propio”. A su turno, la directora de la ANV en representación del Frente Amplio, arquitecta Verónica Dodera, instó a continuar con el proceso para un “pronto retorno a Paysandú” con la inauguración de las restantes cooperativas de viviendas que se encuentran en diferentes etapas de construcción.

El director de Obras de la Intendencia, Horacio Mársico, destacó al equipo técnico que acompañó a la cooperativa –el Instituto de Asistencia Técnica Cooperativa de Trabajo Paysandú– así como a la empresa constructora “porque esta es una obra de calidad y a cualquiera de nosotros nos gustaría vivir aquí en una casa como éstas”.

El jerarca municipal abogó por la continuidad “de estas políticas en el tiempo”, en tanto “genera un desafío que cualquier administración tendrá que tomar porque estos procesos son lentos. Así como celebro las buenas decisiones, no importa quien las tome. Porque esta gran manzana podría ser muy buena para mucha cosa y sin embargo, se hizo un plan director para que sean viviendas”.
El presidente del Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop), Martín Fernández, resaltó “el significado de esta manzana para Paysandú que es sinónimo de trabajo, de construcción de una generación y que hoy empieza una transformación que no solo se da en Uruguay, sino en todo el mundo, que es la desindustrialización”. Fernández señaló que “la integración de mujeres al consejo directivo es un aspecto que se registra en todas partes del país, nos reconforta y nos obliga a seguir pensando la forma de aggiornar las normativas”.

Más comunidades

El integrante de la Dirección Nacional de Fecovi, Luis Llorca, destacó la serie de hechos históricos que convoca a la federación, tales como la presidencia de Mariana Galván y la presencia “por primera vez de Paysandú”, en dicho consejo, ante el desarrollo de dicha modalidad al Norte del río Negro. Recordó que “las federaciones luchamos por mayor presupuesto, por una tasa justa y por más comunidades”.

En representación del IAT, el contador Emiliano Molinari consignó que en la política de Estado destacada durante el acto se contenga la necesidad de la tierra para construir. “Que las cooperativas no tengan que estar necesariamente en los alrededores, sino que se mezclen en el corazón de las ciudades. Paylana es un ejemplo, pero puede haber más ejemplos. Invito a las autoridades actuales y futuras a pensar cómo continuar esta política de viviendas como una forma de integrar a la ciudad”.

En el cierre de la jornada y previo a la entrega de las llaves a los cooperativistas, hizo uso de la palabra el exintendente Guillermo Caraballo, quien recordó que el Inacoop –bajo la presidencia de Gustavo Bernini– hizo un llamado por el predio. “No se presentó prácticamente nadie y la Intendencia dijo que iba a pensar un proyecto de desarrollo para esta zona e iba a comprar el predio. No teníamos el dinero para hacerlo, pero teníamos el ingenio y lo hicimos. Esta construcción que se inaugura hoy muestra que el camino fue el acertado”. Caraballo recordó que “en un momento pensó en cómo llamar al barrio” y propuso el nombre del arquitecto Juan Carlos Siázaro. “Lo consultamos y su humildad fue tan imponente que dijo no merecer tal honor. Yo creo que lo merece” y pidió un aplauso para el referente del cooperativismo sanducero.