Si bien es una realidad que las ventas en Paysandú no están en los niveles deseados por los comerciantes, no todos los locales se han visto afectados. EL TELEGRAFO estuvo recorriendo la ciudad para conocer de primera mano la opinión de los protagonistas. Hay un consenso generalizado sobre que es mucho menor el movimiento de gente en las calles “haciendo compras”, pero también hubo coincidencias al reconocer que, debido al calor reinante, las personas optan por salir o muy temprano en la mañana o a última hora de la tarde, y los comercios no han adaptado su horario. Según varios transeúntes consultados, “no pueden abrir (los locales) a las tres de la tarde y cerrar a las siete, a esa hora recién se puede respirar un poco, pero si venís al centro de tardecita encontrás todo cerrado o te atienden mal porque se quieren ir”, es un resumen de lo que se escuchó.
Las ferias, en especial las nocturnas, se han visto beneficiadas con una importante concurrencia de público que además opta por comprar regalos originales y a precios accesibles.
Las empresas financieras que otorgan préstamos, siguen trabajando a buen ritmo, al igual que algunas regalerías y locales de venta de prendas de vestir y calzado consultados, que tienen sus clientes fidelizados.
En cuanto a las carnicerías, panaderías y locales de comidas elaboradas, sostienen que las ventas aumentaron como siempre en estas fechas, y trabajan principalmente con encargues, aunque nunca faltan los clientes de última hora. Al no contar con datos oficiales del Centro Comercial, el relevamiento ha sido visual –fotográfico y a través de entrevistas–, lo que permitió saber que sin duda algunos rubros de comercio han mermado sus ventas, seguramente por la beneficiosa diferencia económica del otro lado del puente, algo que se viene dando desde hace tiempo.
