Copay cumple hoy 70 años al servicio de los sanduceros

Texto: Marcos Rodríguez
Fotos: Gentileza COPAY

Cuando promediaba el Siglo XX, la situación del transporte de pasajeros en Paysandú era alarmante debido a los múltiples problemas de la Empresa Renacimiento (ERSA), encargada del transporte de pasajeros. Con el impulso de un grupo de entusiastas liderados por el edil Pablo Zunín Padilla, se formaría una cooperativa de transporte que a partir de marzo de 1953 se empezó a transformar en un ícono de Paysandú.

En las primeras horas del 5 de marzo de aquel año, los exempleados de ERSA y ahora Cooperativistas, fueron ocupando las instalaciones de la desaparecida empresa para constituir la que hoy, y desde hace 70 años, es sinónimo de Paysandú: COPAY.

Meses antes, se había generado una intensa discusión pública a raíz del proyecto cooperativista, pero la iniciativa del edil Zuni Padilla fue aprobada casi por unanimidad en la Junta Departamental.

Con una serie importante de dificultades, fundamentalmente por el estado de la flota (debe considerarse que los coches se encontraban prácticamente destruidos), los fundadores provenientes principalmente de la empresa antecesora, con el respaldo del gobierno departamental de turno y el esfuerzo sin límites de los flamantes cooperativistas que se integraban, fueron superando gradualmente los problemas que se les presentaban.

Con el tiempo, cubierta la demanda en el ámbito urbano, se pasó a explotar un servicio regular de pasajeros entre Paysandú y el paraje Paso de la Cruz en el departamento de Río Negro, pasando por la ciudad de Young y la localidad Menafra. Esto se realizaba con tres frecuencias semanales y requería que los pasajeros se registraran previamente ya que se les pasaba a buscar a su domicilio.

Años después se inició el tránsito por una nueva ruta, la 26. En el servicio que hasta el día de hoy une Paysandú con Tacuarembó y Rivera, la joven cooperativa fue acercando parajes, localidades, pueblos, establecimientos, comercios. Transportaba pasajeros, encomiendas y todo lo que fuera necesario. En primera instancia se llegó hasta Tambores, luego a Tacuarembó y finalmente a Rivera. Copay fue avanzando primero por la ruta 26 dentro del departamento, luego hasta Tacuarembó para finalmente recorrer un tramo de ruta 5, junto con el esfuerzo de los pobladores, fieles testigos del esfuerzo por tamaño emprendimiento y para quienes “tenemos un especial reconocimiento de gratitud”, afirman desde Copay.

Dado el estado de la Ruta 26, los ómnibus quedaban literalmente enterrados en el barro, y fueron los vecinos con sus tractores, camiones e improvisados guinches los que ayudaban a superar cada trance. Los neumáticos recién salidos de fábrica, llegaban destrozados luego de cada viaje por esas zonas.

UN HITO: EL SERVICIO INTERNACIONAL

Al inaugurarse el puente Paysandú-Colón, Copay se expandió al ámbito internacional, siendo el primer servicio por carretera entre Uruguay y Argentina, con la ciudad de Concepción del Uruguay como destino final, pasando previamente por nuestra vecina más inmediata, Colón. El 2 de enero de 1977 se realizó el primer viaje y el servicio se volvió cada vez más útil para una cantidad de sanduceros y de entrerrianos que comerciaban, estudiaban y trabajaban cruzando el charco. Para los estudiantes sanduceros fue particularmente importante el poder contar con un servicio de ómnibus a Concepción del Uruguay, sede de dos importantes universidades públicas. Actualmente el servicio se encuentra suspendido, en parte como consecuencia de la pandemia; la nueva directiva de Copay, que asumió en los últimos días, evaluará qué futuro tiene esta línea sobre la que aún habría demanda.

LA IMPORTANCIA DE LA LÍNEA A LA CAPITAL

En diciembre de 1981 Copay obtuvo el permiso para comenzar a brindar el servicio que cambiaría la historia de la empresa. Los viajes a Montevideo pasaron a ocupar un lugar central en la vida de Copay, y con la supresión del transporte de pasajeros por ferrocarril, la empresa asumió la responsabilidad de absorber esa demanda, brindando un servicio que al día de hoy se destaca por su eficiencia, la calidez en la atención y la comodidad que brinda al viajero.

El conocido y muy valorado servicio a bordo, surgió en esos primeros años viajando a Montevideo. En una fecha cercana a las fiestas navideñas, un grupo de socios tuvo la iniciativa de esperar a uno de los ómnibus que llegaba de la capital con una botella de champagne que compartieron con los viajeros. La idea tuvo muy buena acogida y el servicio a bordo permanece como un sello distintivo de Copay hasta nuestros días.

Con el tiempo, se sumaron nuevos turnos y se abrió un amplio local en Montevideo, con espacio para los coches y áreas de descanso para el personal. Desde la empresa no dudan en admitir que la línea Paysandú- Montevideo es esencial para la salud financiera de Copay, pues la misma genera una rentabilidad que permite sostener otros servicios que a pesar de ser relevantes para mucha gente, son deficitarios y serían inviables de otra manera.

EL SERVICIO URBANO Y SUS COMPLEJIDADES

Desde sus orígenes Copay atiende el servicio de transporte urbano en la ciudad de Paysandú, y lo ha hecho en estos 70 años de forma ininterrumpida, agregando nuevas líneas y reestructurando otras, tratando siempre de acompañar el crecimiento, la fisonomía de la ciudad y sobre todo las necesidades de la población. En tiempos en los que Paysandú mantenía una pujante actividad industrial, Copay cumplía un servicio vital para miles de trabajadores de fábricas de la ciudad, como Paylana, Paycueros, Azucitrus, Ancap y Azucarlito.

Con una venta diaria que superó en algún momento los 20.000 boletos, el servicio era rentable y eficiente, pero por diferentes factores el declive que comenzó (según estiman desde la propia empresa) en la década de los ‘90, se ha sostenido y ha vuelto difícil la operativa de las diez líneas que, aún con sus dificultades, siguen siendo importantes para miles de sanduceros.

En la última compra de ómnibus que se hizo para el servicio urbano, se adquirieron 15 unidades nuevos más eficientes que permitieron abaratar los costos, pero lejos se está de que el servicio urbano sea rentable. Se desarrollaron además inversiones estratégicas en el área tecnológica, implementando un sistema de boleteras electrónicas a bordo, similares a las utilizadas en la capital del país, todo con miras a mejorar las líneas de la capital departamental, que se enfrentan a constantes desafíos, sobre todo en tiempos en los que el parque automotor de Paysandú ha aumentado considerablemente.

MIRANDO AL FUTURO

En estos días asumió una nueva comisión directiva, y algunos de sus miembros comentaron a QUINTO DÍA que “la situación de la cooperativa, sobre todo en lo concerniente a los servicios carreteros, se ha estabilizado. Hubo una tendencia postpandemia de retomar los niveles habituales de servicio, aunque hemos notado que todavía no estamos en el volumen pre pandemia. Seguimos por debajo y entendemos que eso es por los motivos que llevan a la gente a viajar. Durante y después de la pandemia, muchas actividades pasaron a ser remotas: trámites, actividades educativas y laborales, e incluso consultas médicas, se hacen de forma remota, y eso impacta en el transporte. Podemos considerar que la situación ha mejorado, pero el mundo del transporte colectivo ya no es el mismo después de la pandemia”.

Hoy, al cumplirse siete décadas de aquel jueves de marzo de 1953, vale recordar lo que publicaba EL TELEGRAFO en su edición posterior al día de la fundación: “los conductores, los inspectores, los mecánicos, saben que están laborando su propio bienestar, edificando un porvenir mejor para sí mismos y para los suyos, obteniendo la posibilidad de un medio de vida cuya mayor holgura estará en razón directa con la voluntad que cada cual ponga en la empresa [..] cuyo éxito, si como nosotros creemos, se alcanza, podrá servir de ejemplo y base para otras en distintos órdenes de actividades, tanto entre nosotros, como en el resto del país, adonde llegue con su aleccionadora experiencia, el eco del ejemplo sanducero”.

¡Salud Copay, y que sea por muchos aniversarios más!