Escribe Ernesto Kreimerman: Datos es a la información, como la ocurrencia a las ideas

Un dato es a la información, lo que la ocurrencia es a la idea. La anotación parece sencilla, casi parece una síntesis de origen matemático, pero en verdad se trata de una constatación de real significación para el desarrollo de un razonamiento, para la elaboración de una construcción conceptual, para una mirada crítica.
Y existe mucha confusión al respecto. Por lo cual, intentaremos hoy despejar dudas, recorriendo un camino inusual.

Un dato es…

Para abrir el juego, ¿qué es un dato? Una aproximación, usual entre quienes lo hacen desde la informática, podría sería la siguiente: “un dato no es otra cosa que una representación simbólica de alguna situación o conocimiento, sin ningún sentido semántico, describiendo situaciones y hechos sin transmitir mensaje alguno. Puede ser un número, una letra o un hecho”.
Quienes se paran desde esa perspectiva, definen la información como “un conjunto de datos, los cuales son adecuadamente procesados, para que de esta manera, puedan proveer un mensaje que contribuya a la toma de decisión a la hora de resolver un problema, además de incrementar el conocimiento, en los usuarios que tienen acceso a dicha información”.

Luego complementan: “los datos son utilizados, por lo general, para comprimir información con la finalidad de facilitar el almacenamiento de datos, y su transmisión a otros formatos o dispositivos. Ello, al contrario que la información, la cual tiende a ser muy extensa”.
De allí que deriven en esta conclusión: “la información o mensaje es mucho mayor que los datos, ya que la información se encuentra integrada por un conjunto de datos de diferentes tipos”. Así las cosas, es evidente que se han quedado muy cortos conceptualmente, y por ello, agregan: “otra característica destacable de la información, es que es un mensaje que tiene sentido comunicacional y una función social. Mientras que el dato no refleja mensaje alguno, y por lo general, es difícil de entender por sí solo para cualquier ser humano, careciendo de utilidad si se encuentra aislado o sin otros grupos de datos que generen un mensaje coherente”.

Y la conclusión: “la principal diferencia se centra en el mensaje que puede transmitir la información, y que un dato por sí solo no puede realizar. Se necesitan muchos datos para crear un mensaje o información”.
Es aceptable como aproximación muy básica, pero deberíamos aspirar a más, a sofisticar un poco el razonamiento. Elevar la mira.

Según Davenport y Prusak…

De lo que estamos hablando, en síntesis, es de la gestión del conocimiento. Dato, información y, a partir de aquí entra en juego, el conocimiento. Es un orden de asimilación correcta de ciertos conceptos, que incrementales, facilitan el entendimiento de las cuestiones.
Y aquí se entrelaza, una creciente sofisticación, que facilita la distinción entre datos, información y conocimiento. Aquí es donde aparecen Thomas Davenport y Laurance Prusak, con varios libros en su haber, donde van de lo más complejo a lo más básico; de definir conocimiento, a información, a dato. Y ellos definen el conocimiento como “una mezcla fluida de experiencia estructurada, valores, información contextual e internalización experta que proporciona un marco para la evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información”. Para estos autores, lo fundamental del conocimiento, es su proximidad a la acción y por ello permite la toma de decisiones. Ese conocimiento, se nutre de experiencia, de una “verdad experimentada”, no renuncia a su complejidad, y responde a criterios y reglas implícitas, de una racionalidad algo intuitivas, conformando o apropiándose de unos valores que le dan dimensión y sentido.

Davenport & Prusak asumen que los datos constituyen una mínima unidad semántica, el elemento más reducido o básico de información, cuya utilidad aislada es esencialmente nula. Y esa contundente minusvaloración es de fundamentación sencilla: si los datos constituyen conjuntos discretos (y recordemos que un conjunto discreto es un conjunto formado por números el cual entre cada número y el siguiente no hay ningún otro entre ambos) de valores que no indican nada sobre el porqué de las cosas ni tampoco impulsan a la acción.

Pero origen tienen las cosas. La palabra datos tiene su origen en datum, latín, lo que se da. Dicho de otro modo, es la representación simbólica, ya sea a través de números, palabras, incluso imágenes, acerca de hechos e informaciones. Aislados, por sí mismos, por condición no tienen la capacidad de transmitir ningún mensaje. Ahora bien, tienen una condición de potencialidad toda vez que se les ordena, que se les sistematiza, de acuerdo a unas condiciones/definiciones debidamente (pre)establecidas, de tal forma que si se los procesa en base a esos criterios, los datos se transforman, se empoderan, se ponen en perspectiva de valor y nos proveen de información importante para comprender e interpretar la realidad, y así contribuir a una mejor toma de decisiones.
Los datos, con un método de captura, con una sistematización para darle valor, pueden ayudar a diversas lecturas conjugadas con otras bases de datos.
Volviendo a lo básico; información se compone de los vocablos latinos “in” y “formatio”, que se relacionan con la acción de formar, generar o dar forma a algo. Yendo un paso más, aventuremos decir que se trata de un recurso que puede dar significado o sentido a una realidad.

Así, información es el conjunto de datos (y elementos, para mayor rigor) que dan significado a objetos, situaciones, hechos o entidades. Si habláramos de informática, diríamos que la información es un conjunto de datos sistematizados o procesados de forma tal que forjen un significado. Y en lo que más nos apasiona a los uruguayos (encuestas), en las ciencias sociales, se entiende por información un conjunto de elementos que una vez sistematizados o procesados e interrelacionados entre sí, dan significación y valor a un concepto o entidad determinada, en una circunstancia temporal definida.
Entonces, para ser específicos, la información debe ser entendida como un conjunto de datos sistematizados/procesados, que denuncian un significado (relevancia, propósito y contexto), y por consiguiente, es una herramienta necesaria y útil al momento de tomar decisiones, de acotar incertidumbre.
Pero una cuestión no menor: los datos, todos y siempre, son independientes de la información. Sin embargo, la información depende de los datos para generar un significado. Los datos se empoderan y construyen información cuando se les contextualiza, se los categoriza, se revisa sus cálculos, se corrigen sus inconsistencias y se condensa.

Así las cosas, la información es la comunicación de “cierta inteligencia” (información=datos+contexto (agrega valor)+utilidad (acota incertidumbre)), capaz de generar una reflexión crítica, valorativa.
Finalmente, el dato, por sí solo, no refleja mensaje ni significado alguno. La información, o sea los datos ya sistematizados, ya pasados por el tamiz de la revisión crítica, que ya ha generado un significado, es lo que tiene un valor comunicacional.
Volvamos al inicio: datos es a la información, como la ocurrencia a las ideas. Discutamos de información y no de datos. Abramos el debate de ideas, no de ocurrencias.
Recordemos algo de esto cuando aparezca la próxima encuesta.