Playas uruguayas bajo excesiva presión por avance del urbanismo

El investigador Omar Defeo, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, UdelaR, advirtió sobre la excesiva presión a la que están sometidas las playas de nuestro país, por el efecto simultáneo del avance de la urbanización y el aumento del nivel del mar. Defeo expuso en el marco de un conversatorio organizado por la Unión de Grupos de la Costa, y en una presentación que tituló “Servicios ecosistémicos y las amenazas en las playas arenosas”, mencionó casos como el de Costa Azul, en Rocha, donde la pérdida de biodiversidad y de la misma playa son evidentes. El investigador planteó que tenemos una concepción equivocada sobre la playa, “que es muy utilizado por los abogados”. Este error induce a la idea de que la paya se limita a la franja “donde tomamos sol”, cuando en realidad lo que deberíamos considerar es “una zona litoral activa”, que la componen las dunas, “que son claves, son el corazón de la playa y el sistema más frágil”, la playa como tal y, ya dentro del agua, una zona de barrido y una zona adyacente, donde empieza el movimiento de la ola. Defeo mencionó además una zona de transición entre las dunas y el monte o el matorral.

NO SOLO ARENA

Toda esta zona litoral activa –explicó– “se mueve en función del presupuesto arena, que varía con la acción del viento desde la tierra y la que llega por la acción del mar” y debería ser considerada como una unidad. “Las playas no son una pila de arena inerte, las playas arenosas albergan una enorme diversidad y aportan numerosísimos servicios ecosistémicos”, de los que mencionó una larga lista que incluye el bienestar humano, el valor espiritual y cultural de las playas, el patrimonio y bienestar, provisión de minerales, de arena. También integra esta lista la protección costera. No es un fenómeno exclusivo del Uruguay, la demanda por los servicios ecosistémicos de las playas está creciendo exponencialmente en todo el mundo, a la vez que disminuye su capacidad de brindarlos.

Así, se está perdiendo biodiversidad, calidad recreativa y disponibilidad de playa. Defeo señaló que hay “una imponente extracción de arena, en su mayor parte ilegal, que es uno de los problemas más importantes a nivel mundial en este siglo, con millones y millones de toneladas extraídas anualmente, y una pérdida flagrante de dunas, que deja sin protección costera a estas playas”.

Lo que definió como “compresión costera” se está dando por el impacto simultáneo “del incremento del nivel del mar y el desarrollo urbano” y mencionó como un ejemplo de esto el caso de Costa Azul: se aprecia “la ausencia de dunas, el agua penetra, y eso genera reducción de playas y dunas, donde el retiro urbanizado no es posible. Hay una pérdida de biodiversidad por la disminución de hábitats. Todo esto trae aparejado una pérdida de servicios ecosistémicos a nivel exponencial”. El investigador enfatizó en que es un problema local y que “no hay que echar las culpas al cambio climático de los excesos y fracasos en el manejo que realizamos nosotros”.

FRAGILIDADES

Considera que hay un problema de gobernanza y, a título personal, se dijo “defraudado con una democracia que es representativa pero que en este aspecto no es participativa”. Responsabilizó por estos problemas de gobernanza débil a “una institucionalidad inestable a nivel nacional y municipal, que genera una gestión fracturada; una ausencia de política ambiental total, aun con la creación de un Ministerio de Ambiente, con objetivos de corto plazo reñidos con la ciencia ecológica”. También señaló la “mercantilización de la costa y sus playas, con acuerdos intangibles, secretos y provistos de una gran cantidad de excepcionalidades, muchas veces inentendibles, y una ausencia de esquemas participativos de gobernanza”.

Las excepcionalidades son las autorizaciones que se logran a través de las juntas departamentales para llevar adelante proyectos que de buenas a primeras no encajarían con los planes de ordenamiento territorial. Hay muchos casos. Para Defeo no está alcanzando con esta barrera, que los proyectos excepcionales logran superar con poca dificultad y considera fundamental que haya participación ciudadana en los procesos. Esta participación, argumentó, está consagrada en el acuerdo de Escazú, del cual el Uruguay es signatario. Por ello es que reclama, como una acción fundamental, la formalización de un “espacio de acción vinculante para la toma de decisiones” para hacer frente a un problema que está ocasionando “actividades ilegales, sobreexplotación de recursos, ecosistemas deteriorados, y lo que nosotros llamamos colapsos sociales ecológicos, que llevan al desempleo y a la pérdida total de servicios”.

RESPUESTA

Defeo considera necesario promover “prácticas responsables”, porque “no se trata de no dejar hacer, se trata de balancear, conservación y desarrollo de toda la zona litoral activa –no solo de la playa donde vamos a tomar el sol–, a través de un manejo ecosistémico”. Ello incluye el establecimiento de pautas concretas para el manejo de las playas “integrando el conocimiento tradicional y el científico”.

Pero sobre todo afirma que se requiere “educación, educación, educación; promover educación, divulgación, para una toma de decisiones informada, que genere equidad intergeneracional, justicia social para un patrimonio nacional”.