Rotura de transformador fue “el siniestro más importante para Comepa en su historia”

La rotura de un transformador que alimenta la totalidad del edificio del nuevo sanatorio Modelo de Comepa, el servicio de Urgencia y los consultorios centralizados de la mutualista, dejó a la importante infraestructura con la energía imprescindible para la atención prioritaria a la salud, durante el sábado 11 y domingo 12 de marzo.
El director del sanatorio, Dr. Daniel Lijtenstein, la directora técnica, Dra. Verónica Laurino y el jefe de Mantenimiento, Carlos Vaucher, coincidieron en señalar que la empresa atravesó por la “peor catástrofe de su historia”.

“Queremos poner al día a nuestros usuarios y funcionarios, pero con especial relevancia a quienes se vieron involucrados en este evento que nos ocurrió durante el sábado 11 y domingo 12, sobre la emergencia que atravesamos con la rotura de un transformador. A través de este medio, informamos que se generaron dificultades varias que repercutieron en la gente que se encontraba en el sanatorio y a nuestros funcionarios”, recalcó Laurino.
Explicó que “se hizo como una ola de repercusiones en el barrio. Los vecinos nos consultaron sobre lo ocurrido en los servicios que, bajo el intenso calor, no teníamos ventiladores. Así como el ruido ensordecedor desde la noche del sábado hasta la noche del domingo, en una situación absolutamente impredecible”.

Reconocimientos

Lijtenstein enfatizó en que “es el siniestro más importante que ha atravesado Comepa en su historia. Es el fracaso de la subestación eléctrica con la que se alimenta toda Comepa. Más allá de las consecuencias, hacemos un gran reconocimiento a muchísima gente. A los afiliados que pasaron un fin de semana especial”.
El directivo relató que el hecho “comenzó el sábado a las 22 y recién se da por culminado con el inicio a la normalidad, el domingo a las 21. Es decir, fueron 24 horas de ansiedad y zozobra en muchos aspectos para quienes tratamos de solucionar el evento y aquellos que también sufrieron sus repercusiones. No podemos dejar de remarcar que un monstruo de vidrio como este, con pacientes internados, no estuvo sin ascensores ni aire acondicionado, con el calor de ese fin de semana en Paysandú”.

La rotura “complicó la normalidad de los servicios y, aún así, se pudieron hacer operaciones de urgencia con responsabilidad. Y también a los usuarios que se encontraban para una consulta y se sintieron molestos por la respuesta edilicia y de infraestructura que no es habitual en Comepa. Porque, si algo prestigia a esta parte del sanatorio es el reconocimiento absoluto a su funcionamiento”.
El generador, “de importantes dimensiones provocó ruidos de elevados decibeles y el barrio merece un gran agradecimiento porque fueron 23 horas continuas de una máquina y un motor que hizo ruido todo el tiempo. También el reconocimiento a todos los funcionarios que se adaptaron a la sorpresa de un sábado de noche hasta un domingo de noche en una contingencia de este tamaño. Y fundamentalmente, a los funcionarios de UTE que pusieron a disposición su cuadrilla para que lográramos subsanar el siniestro”.

Lijtenstein recordó que “en determinado momento había más de 30 personas trabajando al servicio de la causa, bajo el ruido, el calor y la ansiedad por la situación a la espera de la llegada de los repuestos. UTE ofreció un transformador sustituto que estaba en Salto, porque son instrumentos de una complejidad tal que, por supuesto, no se encuentra en el mercado. Es imposible tener en stock a la espera de estas situaciones”.
Subrayó que “a pesar de que es una maquinaria que puede romperse, paradójicamente había sido auditada y testeada veinte días antes del hecho, sin mostrar ninguna dificultad y estaba apta para su uso. Quince o veinte días después nos enfrentamos a esta situación que dejó a la institución, que tiene un consumo enorme de kilowatts, con lo mínimo imprescindible. Porque esa estructura no solamente atiende al edificio del sanatorio y al servicio de urgencias, sino a los consultorios centralizados. Así que realmente fue un caos importante”.

Lo peor

Vaucher señaló que “uno de los ingenieros consultados nos decía que esto que ocurrió es lo peor que le puede pasar a una empresa y peor aún, si está dedicada a la salud. La rotura de un transformador no es algo normal, y mucho más en dispositivos bajo constantes chequeos y controles periódicos”. Reconoció el aporte del “personal que se encontraba en su día libre ante una situación muy complicada, más que nada por el calor. Porque de los cinco ascensores que tenemos, dejamos uno operativo para usarlo en casos de extrema necesidad”.
Vaucher agregó que “los funcionarios estamos acostumbrados a participar en un ambiente colaborativo, es un grupo de trabajo muy unido. Pero destacamos el apoyo de UTE, con llamados en la madrugada durante un fin de semana. El servicio fue ciento por ciento profesional, con un trato muy humano y una terminación muy prolija en un tiempo récord para transportar un transformador de 2.500 kilos desde otro departamento, con una logística de grúas, camiones y personal”.
Reconoció al “gerente regional de UTE, el ingeniero Lauro López, los técnicos de las cuadrillas y a la gente del Centro de Maniobras y Distribución, quienes trabajaron con un nivel de riesgo importantísimo por los voltajes y todo conectado porque tiene que seguir funcionando con la electricidad, que es vital”.
El transformador actual “sustituye al dañado. Es de similares características y está en préstamo, con un contrato por parte de UTE. En el corto plazo estaremos con una nueva importación, con nuevos transformadores y eso será en unos dos meses. “Todo lo que se ha programado es para funcionar sin restricciones, eso significa que hasta que llegue nuestro nuevo equipamiento, los usuarios no notarán cambios ni vivirán situaciones similares”, dijo Lijtenstein.
Finalmente, Vaucher precisó que la maniobra para la instalación del nuevo transformador “será a la inversa. Habrá un poco de ruido, pero estará programado y el cambio será mucho más rápido”.