Grafeno en las vacunas: cómo la mentira que nos convierte en un imán ha recorrido el mundo

Un mensaje en Facebook nos advierte de que “se está inyectado grafeno” a los vacunados y que esas “nanopartículas” están “en todas partes”, como muestra un video con las supuestas pruebas de la conspiración. Esa mentira se ha propagado en decenas de países de los cinco continentes a lo largo de 2021.

La teoría se ha compartido y desmentido en español, inglés y francés, pero también en chino, árabe, ruso, indonesio, noruego o albanés, entre otros muchos idiomas. Ha motivado videos en Estados Unidos, preguntas en el Parlamento Europeo o se ha manifestado como una de las preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas en encuestas de Nueva Zelanda. También en Uruguay el diputado César Vega, fundador del Partido Ecologista Radical Intransigente ofreció una conferencia de prensa donde “demostró” como a personas vacunadas se les “pegaban” tenedores y cucharas al cuerpo.

Se trata de una fabulación que tiene su origen en 2020, cuando las vacunas solo estaban en estudio, y se relaciona con otras conjeturas fantasiosas sobre la inoculación de nanobots, antenas o microchips de 5G con el fin de controlar la voluntad humana.

El grafeno es un material de átomos de carbono, obtenido del grafito, con unas condiciones extraordinarias de dureza y flexibilidad, además de ser conductor del calor y la electricidad.

Estas cualidades proporcionan grandes posibilidades de uso en aplicaciones tecnológicas, desde las telecomunicaciones 5G hasta las pantallas y carcasas móviles flexibles, y médicas.

Pero su producción industrial es compleja y extremadamente cara, lo que ha ralentizado la generalización de su uso.
Aparte de lo costoso que sería llevar a cabo un plan para inyectar nanopartículas de grafeno a la población mundial, que lo hace inviable aún para el satánico Dr. No, tampoco tendría ningún sentido práctico, según expertos consultados por EFE Verifica y otros numerosos verificadores internacionales que han desmentido estas especulaciones infundadas.

Básicamente, en el supuesto caso de que una persona fuera inoculada con grafeno a través de una vacuna no podría adquirir propiedades magnéticas ni atraer objetos metálicos con la insignificante cantidad de que podría introducirse en la mezcla. Serían porciones ínfimas sin ningún efecto. Además, de ocurrir eso buena parte de la población mundial estaría “magnetizada” y por ejemplo no podrían someterse a un estudio de resonancia magnética, bajo riesgo de ver licuada su sangre al ingresar al aparato, cosa que obviamente no le ha ocurrido a nadie hasta la fecha.
De todas formas cabe aclarar que este material no forma parte de los ingredientes de las vacunas de la COVID-19, como queda claro por las fichas técnicas de los fármacos o ha garantizado la Comisión Europea.

ANTECEDENTES Y PRIMEROS DESMENTIDOS

El grafeno, como ha ocurrido con el 5G y otras tecnologías pioneras, ya había sido demonizado antes de que se afirmara que convertía a los vacunados en imanes andantes.

En España, por ejemplo, el canal de Telegram de La Quinta Columna, especializado en la difusión de contenidos falsos y teorías de la conspiración, había publicado mensajes alertando de la presencia de grafeno en las mascarillas o contra investigaciones que estudian extender el uso de este material.

En lo que se refiere a su asociación concreta con las vacunas, ya había publicaciones con origen en Estados Unidos en los primeros meses de la pandemia.

Así, el 8 de junio de 2020 se difundió un video en YouTube protagonizado por la negacionista Celeste Solum, que advertía sobre el uso de “hidrogel de grafeno” en las inminentes “vacunas obligatorias” de la COVID-19.

La grabación fue citada en Facebook junto a una advertencia de que dicho elemento se utilizaría en las vacunas para generar “implantes necesarios” con el fin de conectar a las personas con el “Internet de las cosas”.

Aunque el video fue retirado de YouTube, otro con el mismo título fue publicado el 12 de julio del año pasado. Las afirmaciones engañosas sobre la pandemia de Solum han sido desmentidas por verificadores internacionales en diversas ocasiones.

También en 2020, en setiembre, trascendió un video en Argentina de una supuesta “profesional de la salud” que vinculaba el ARN mensajero (ARNm) al grafeno y lo asociaba a “la vacuna de Oxford”, aunque este preparado de AstraZeneca no utiliza el ARNm sino que se basa en una versión modificada del virus que es inocua. Estas declaraciones fueron refutadas por el verificador argentino Chequeado.

Video falso

La última novedad ha sido la aparición de un video en el que una odontóloga asegura que encontró grafeno en la vacuna contra la hepatitis B, pero, para probarlo utiliza técnicas y equipos que, en realidad no sirven para detectar tal sustancia. Por ejemplo utiliza un microscopio de la marca Starware que es ideal para el estudio de pequeños desarrollos pero no para detectar grafeno ya que sus dimensiones son muy reducidas.

Utilizar un microscopio óptico para hacer esa denuncia “no tiene sustento” observó el doctor Omar Troncoso, investigador de Polímeros y Materiales Compuestos en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Y aclara que muchas de las denuncias aparecidas en videos similares sobre la presencia de grafeno en vacunas también estaban “comprobadas” con microscopios ópticos, que no tienen la capacidad suficiente para “ver” el grafeno.