Instrumento para complementar acciones en pro de la familia rural

Hace dos años, más precisamente en julio de 2021, el Movimento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir), presentaba el programa Pequeñas Grandes Obras Rurales, con un plan piloto a desarrollar para productores del departamento de San José con vistas a incorporar nuevas instalaciones, para contribuir a mejorar el rendimiento en el medio rural, como es el caso de perforaciones, tanques, bombas de agua, tambos, corrales, caminería interna y alambrado.
Enmarcado en el concepto de construcción de comunidad, Pequeñas Grandes Obras Rurales es un programa piloto orientado a mejorar las condiciones productivas y la calidad de vida de las familias rurales, a través de la ejecución de obras de infraestructura que optimicen el ejercicio de su labor, de acuerdo a los objetivos señalados por sus impulsores.
Es de destacar que desde el organismo creado por el Dr. Alberto Gallinal en la década de 1960 para contribuir a erradicar los rancheríos de los campos, además de la acción transformadora en esta materia que ha logrado desarrollar en seis décadas, haya incorporado al cabo de los años objetivos más ambiciosos, destinados no solo a mejorar la calidad de vida, sino a la vez de contribuir, mediante acciones complementarias de costo subsidiado o reducido, al arraigo de las familias en el medio rural facilitando y promoviendo las explotaciones familiares o de pequeños emprendimientos colectivos.

En el caso de este programa de pequeñas obras rurales, la primera experiencia se concentró en la zona centro oeste del departamento de San José y fue abordada de forma conjunta por Mevir, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la Intendencia de San José y asociaciones locales.
Una de las exigencias en esta iniciativa fue que los beneficiarios estuvieran inscriptos como productores rurales familiares en el Registro de Productores Familiares Agropecuarios, dependiente del MGAP. Un total de 24 trabajadores accedieron a la subvención, que se utilizó para realizar perforaciones, trazar caminería interna, instalar electrificación, colocar alambrado y construir salas de ordeñe, corrales y quesería; también para adquirir tanques y bombas de agua. La inversión total en esta fase fue de unos 9.000.000 de pesos.
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, consideró que “este enfoque va al encuentro de una solución” y que se trata de una “enorme obra” para la familia destinataria, ya que permitirá que su competitividad y sus condiciones de vida e ingresos mejoren y que se incrementen sus oportunidades en el medio rural.
Añadió que, con el trabajo realizado, se busca reducir la brecha social entre el campo y la ciudad, debido a que el productor rural debe erigir su propia infraestructura exclusivamente con su esfuerzo. La fisura se reduce de forma parcial mediante la aplicación de diferentes políticas que desarrolla el Gobierno a través de diversos organismos, expresó.
El presidente de Mevir, Juan Pablo Delgado, por su parte, consideró exitosa la concreción del plan piloto y resaltó la importancia de atender los planteos y las necesidades de los productores como parte del desarrollo de la iniciativa. Al respecto, informó que Pequeñas Grandes Obras Rurales ya ha trascendido su estatus de experiencia piloto y se está replicando en todos los programas de viviendas dispersas de Mevir.

En este sentido, a partir de ahora, además del acceso a la solución habitacional, existe la posibilidad de solicitar una mejora predial, ya que “una cosa va de la mano de la otra”, enfatizó el jerarca. En relación a esta novedad, subrayó la relevancia de “seguir haciendo viviendas, apoyadas en la infraestructura productiva”.
Este proyecto se enmarca en el lineamiento estratégico definido por la dirección de Mevir para el quinquenio 2020-2024, el cual apunta a “potenciar el apoyo a los participantes con necesidad de intervención mediante infraestructuras productivas”.
En tal sentido se busca mejorar las condiciones productivas de las familias participantes y promueve prácticas de manejo sustentable de los recursos naturales desde una perspectiva social y ambiental. La iniciativa, por su parte, será una contribución para el registro de los productores familiares.
El programa financiará productos de hasta 350 UR (aprox. $472.000), que podrán ser sugeridos por el productor. A modo de ejemplo están incluidas: salas de de ordeñe, perforaciones o recolección de agua y galpones, entre otros.

Por cierto, la fecunda obra de Mevir ha tenido altibajos, pero en mayor o menor medida durante los sucesivos gobiernos de todos los partidos se ha mantenido un apoyo significativo a la obra, que podría definirse como una política de Estado para contribuir a reducir la profunda brecha que subsiste entre el interior profundo y los emplazamientos urbanos, que concentran la mayor parte de los servicios en base a la exigencia derivada de una mayor población.
Estas mejores condiciones de vida desestimulan paralelamente la permanencia de las familias en el campo, las que siguen dejando el medio rural para generalmente radicarse en los cinturones de las ciudades, donde también carecen de servicios eficientes, pero siempre mejores que en el interior profundo.
Pero fuera de los elementos macro que refieren a política económica y acciones que acompañan la producción agropecuaria, a través de la gestión de los organismos nacionales de gobierno, la acción focalizada de Mevir, junto al trabajo de otras entidades relacionadas con el agro, es un factor decisivo a la hora de retener a la población rural en su medio, y por lo tanto toda inversión que se haga con este fin es una apuesta al futuro tanto en lo que refiere a la matriz productiva como a la socioeconómica, teniendo en cuenta el aporte a la calidad de vida en las zonas menos favorecidas del territorio nacional.

Desde Mevir se señala que durante el quinquenio que finaliza el avance obtenido a partir de la modificación de la forma de trabajar en el territorio permitió dejar en evidencia que el cambio de paradigma es posible y entre otros aspectos Mevir pasó de la lógica donde el accionar se centraba en la construcción de viviendas nuevas en núcleos, casi sin otra prioridad, a incorporar programas que apuestan a recuperar y mejorar las viviendas existentes, un mejor aprovechamiento del suelo ya urbanizado y la construcción de la infraestructura.
En suma, lograr que el organismo sea un instrumento de política pública que si bien está centrado en vivienda, potencie su proyección hacia el medio rural mediante articulación con las demás políticas públicas que operan en el territorio donde actúa, logrando así gradualmente contar con un instrumento removedor de apoyo a las pequeñas familias y emprendimientos del medio rural.