La implementación del Programa de la Mosca de la Bichera se atrasa

Ingeniero agrónomo Romeo Volonté.

Podría retrasarse, complicando los planes sanitarios de Uruguay, la primera suelta de moscas estériles, en el marco del Programa de Combate y Control de la mosca de la bichera o gusano barrenador del ganado, Si bien estaba prevista para marzo de 2024, la reinfestación de Panamá y el posterior avance de esta parasitosis en Centroamérica pusieron a la planta de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg) –la única en el mundo que produce las moscas irradiadas (estériles) que se usan en el combate a esta problemática–, en una producción al límite.

El ingeniero agrónomo Romeo Volonté, coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera que impulsa el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), señaló a diario El País que “el comienzo de la dispersión se atrasaría”. Las autoridades de este programa sanitario mantuvieron una reunión con las autoridades de Copeg y constataron que es “poco esperable” que se pueda cumplir con la primera dispersión de las moscas estériles que vienen desde Panamá en marzo 2024.

Cada dispersión insumiría 20 millones de moscas por semana. “Eso sería un cuarto de la producción actual de la planta de Copeg y hoy en día están precisando la totalidad de la producción para controlar el problema en Panamá y otros países que se reinfestaron”, explicó Volonté.

“Hoy están con mucha incertidumbre, porque ni siquiera pueden tener buenos sistemas de monitoreo y vigilancia”, agregó el jerarca uruguayo. Es que un conflicto interno en Panamá, con cortes de ruta y falta de combustible, está impidiendo el desarrollo de controles efectivos para evitar que el gusano barrenador siga ganando terreno.

LA SITUACIÓN

En julio, Panamá (que estaba libre del gusano barrenador) declaró la Emergencia Sanitaria tras constatar un caso fuera de lo que es la barrera de dispersión, que está ubicada en el límite entre Panamá y Colombia. En el marco de esa medida, la planta de Copeg comenzó a producir al máximo para incrementar la cantidad de moscas estériles en las dispersiones.

Con los días la situación se agravó, porque surgió otro caso a 23 kilómetros de la frontera con Nicaragua. Eso generó una alarma especial, porque si bien es un caso aislado, siempre está la inquietud de que puedan aparecer más casos, incluso dentro de Nicaragua, donde no hay sistemas eficientes de monitoreo hoy como para reportar casos.

“Tratamos de ser optimistas porque hace 60 años que este programa de Copeg tiene éxito, pero esta es la reinfestación más grande de toda la historia. Hemos tenido muy poca suerte. La situación de Copeg es compleja, ya que hoy la prioridad es que no se meta el gusano barrenador en los países que están libres del problema”, explicó Volonté.

Los tratamientos utilizados hasta ahora en Uruguay para combatir las bicheras (miasis) se basan en la aplicación de insecticidas de acción preventiva o curativas, pero en el mundo se han desarrollado técnicas para el combate de la mosca en su etapa adulta, a través de la utilización de trampas o la aplicación de la técnica del insecto estéril (TIE o su versión en inglés, “SIT” (Sterile Insect Technique)), que se han utilizado exitosamente en programas de erradicación en diversos países.