Un reciente informe difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), dio a conocer que 4 de cada 10 empresas sobreviven en Paysandú a su tercer año de actividad. Esto refiere a un estudio que evaluó en todo el país la supervivencia de empresas creadas en 2018. Este indicador del 42,99% que determinó el estudio para nuestro departamento, se encuentra por encima del promedio nacional, de 39,43 y lo posiciona en el sexto del país. Hay que añadir a este panorama que en los últimos años, que forzosamente entran en esta estadística, esta región litoral norte del país ha sufrido la incidencia de la situación cambiaria en Argentina, que ha fortalecido la conveniencia de cruzar el puente a abastecerse (de artículos de primera necesidad y de los no imprescindibles también) y hubo un gran desplazamiento del gasto hacia la vecina orilla a pesar de las medidas que se tomaron de apuntalamiento de las empresas locales y de fortalecimiento de los controles aduaneros. Recién parece haber comenzado a reducirse cuando el precio de la nafta, aunque todavía más bajo, se ha puesto en situación de competencia.
En realidad esto de la creación y desaparición de empresas, que en el informe del INE se presenta “demográficamente” en términos de “nacimiento” y “muerte” de empresas es parte de un proceso natural, en especial entre las empresas más pequeñas y forma parte de la lógica del emprendedurismo: intentar, fracasar, aprender en el proceso, y volver a intentarlo. Lógicamente, cuando más pequeña la empresa, más volátil, y esto queda revelado en el informe estadístico. “La menor proporción de sobrevivientes al primer año se encuentra en el tramo de las empresas micro (hasta 4 trabajadores) con un 74,60%. La proporción de sobrevivencia al nacer de las empresas pequeñas (entre 5 y 19 trabajadores) se sitúa en 88,44%, de las empresas medianas (entre 20 y 99 trabajadores) en 93,48%, en tanto en las empresas grandes (100 y de más trabajadores) es de 100%”.
Esto revela el por qué se hacen los esfuerzos que se hacen —en nuestro país y en el mundo— por apuntalar las micro, pequeñas y medianas empresas, creando ecosistemas que den soporte a los emprendedores para ayudarlos a salir adelante, crecer, de ser posible exportar, y generar más empleo, en definitiva. Ejemplo de ello son programas —por nombrar algunos activos actualmente a través de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE)— como SOS Pymes 2023, un instrumento que otorga apoyo técnico y económico, dirigido a emprendimientos, micro y pequeñas empresas (MYPE), para implementar proyectos con el propósito de potenciar capacidades en empresas e impulsar procesos de crecimiento; impulsar la readecuación o reactivación de empresas en funcionamiento; formalizar y poner en funcionamiento pequeños proyectos empresariales con potencial de generación de empleo. Otro programa que se está implementando es “ANDE en tu barrio”, que se implementa en la capital del país y que tiene como objetivo acercar instrumentos de apoyo a las empresas en su zona de acción. También se ha desarrollado en este período de gobierno una política de descentralización denominada Centros Pymes que tiene el mismo propósito de acercarse a las empresas y a los emprendedores a ofrecer soluciones.
Durante el Día de las Pymes del año pasado, la presidenta de ANDE, Carmen Sánchez, había referido a la vulnerabilidad de estas empresas en Uruguay, basándose en una serie histórica entre los años 2008 y 2021, con una alta rotación como característica saliente. “Una de cada tres no existía en el año anterior o no estaba operativa al siguiente” y “un bajo dinamismo, debido a que a los cinco años de creadas solo el 10% de las mencionadas micro se trasforman en pequeñas, y solo el 1% lo hace en mediana”. Además repasó que estas empresas son casi 190.000 en todo del país, lo que representa el 99% de los emprendimientos uruguayos, que en su conjunto aportan las tres cuartas partes del empleo en el país.
Sánchez señaló en ese momento que se comprometieron “casi 28.000.000 de dólares en apoyos reembolsables y no reembolsables, que beneficiaron a más de 26.000 empresas” y que a través de los 20 Centros Pymes, ubicados en 17 departamentos se atendieron a lo largo de un año, “a más de 10.000 empresas y emprendedores, en 344 localidades”. Asimismo abogó por “políticas públicas de impacto para las mipymes, de forma coordinada, con una comprensión profunda y sensible a la realidad”, aludiendo a las acciones que se han llevado a cabo para afrontar situaciones adversas como las emergencias sanitarias e hídrica y la situación económica de frontera, con planes específicos en cada ocasión.
En la primera mitad de diciembre se realizó el VI Foro Iberoamericano de la Mipyme, que organizó la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (Ceib), durante el que se suscribió el titulado “Compromiso latinoamericano con las Mipymes”, en el que se reconoce “el papel de las mipymes como motor de la sociedad”, y se enumeran algunas prioridades para fomentar su productividad y competitividad, de cuya firma participaron varios jerarcas del actual gobierno. En el documento quedaron planteadas aspiraciones como el fomento y la creación de fuentes de financiamiento, la promoción del diálogo para simplificar y armonizar el marco normativo en materia tributaria y laboral en busca de reducir la informalidad.
Del mismo modo se plantea la necesidad de visibilizar e identificar oportunidades comerciales en la región, fortalecer cadenas agroindustriales de pequeña escala, fomentar la asistencia técnica y la formación en materia de internacionalización, transformación digital e implementación de tecnologías para la productividad. Pero sobre todo se busca generar las condiciones para que las mipymes puedan participar en la Agenda de Inversiones para América Latina y el Caribe, de la estrategia “Global Gateway” anunciada por la Unión Europea y que supondrá en los próximos años una inyección importante de recursos para la región. De concretarse, puede ser una muy buena oportunidad para que las micro y pequeñas empresas uruguayas den un importante salto de calidad. → Leer más
El 2024 se hizo esperar en cuanto a los nacimientos en Paysandú y no fue hasta la víspera que se pudo celebrar la llegada de dos bebés, a diferencia de otros años en que han ocurrido el 1° de enero. El primer nacimiento se registró en Comepa.
Emilio y su mamá Lucía, junto al equipo médico de ASSE.[/caption]
El movimiento hacia y desde Paysandú en las fiestas tradicionales a través de las empresas de transporte interdepartamental ha experimentado un sustancial aumento respecto al año pasado, y en general se ha recuperado el nivel de la prepandemia, del año 2019, de acuerdo a los contactos que ha mantenido EL TELEGRAFO con responsables de las empresas Agencia Central y Copay.
