Hablemos de Turismo

ONU Turismo dio a conocer formalmente que la apertura de destinos turísticos ha vuelto a los niveles previos a la pandemia. Así lo consigna en el informe Tourism Visa Openness, que refiere a las políticas mundiales de apertura del régimen de visados, que refleja los permanentes cambios en la normativa internacional de viajes.
El informe incluye el “índice de apertura a visados turísticos”, un instrumento que permite medir cuánto se facilita el turismo en los distintos destinos y el grado de apertura de los países en cuanto a la facilitación de visados con fines turísticos. También se incluyen allí puntuaciones de movilidad para indicar en qué medida los ciudadanos de cada país están sujetos a políticas de visado, así como un análisis en profundidad de la reciprocidad de las políticas de visado, según difundió la organización.
Entre las principales conclusiones, obviamente se destaca este logro de alcanzar los mismos niveles de apertura que había antes de la pandemia, cuatro años después que el mundo prácticamente se cerrase con la consecuente crisis que afectó al sector en todo el planeta. Otro punto que destaca es que “como consecuencia de la pandemia, también aparecieron nuevas formas de facilitar los viajes, como los visados para nómadas”. Recordemos que en estas mismas páginas aludimos a esta modalidad que Uruguay ya adoptó, que permite estadías prolongadas en el país, un instrumento pensado para personas que aprovechan las facilidades del trabajo a distancia y se establecen temporalmente, al menos en principio, porque este trámite abre la puerta a que después consigan una residencia.
Pero volviendo al informe de ONU Turismo, entre los datos que se presentan se muestra una reducción en la exigencia de visados tradicionales. “Cada vez menos personas necesitan un visado tradicional para viajar, desde el 77% en 2008 hasta el 59% en 2018, y el 47% en 2023”. Hay, además, más viajes exentos de visado. “El 21% de la población mundial no necesita ningún tipo de visado, lo que supone un aumento con respecto al 17% de 2008 y al 20% de 2018”. También han aumentado los visados a la llegada. “El 14% de la población mundial puede solicitar un visado al llegar a su destino, lo que supone un aumento respecto al 6% de 2008 y al 15% en 2018”. En cuanto a los visados electrónicos, el 18% de la población mundial puede solicitarlos y eso supone “un aumento respecto al 3% de 2013 y el 7% de 2018”.
Y en este contexto favorable de buenas noticias, ¿qué pasa en Uruguay, hablando de países en los que el turismo tiene un rol central en la economía? Basta recordar que el sector tiene una incidencia del 7% del PBI, cuando el promedio en toda América Latina y el Caribe es del 5,3, y que en países que asociamos mucho más a esta actividad, como Colombia, o Costa Rica, la incidencia es mucho menor (2,6 y 4,8%, respectivamente).
Nuestro país acaba de presentar, con el apoyo de ONU Turismo y de los organismos crediticios internacionales BID y CAF, una completísima guía de inversiones en el sector donde no solamente se alude a los atractivos en el país y las características del sector, sino que además se hace un repaso de todos los instrumentos de incentivo y de apoyo a la inversión que se han generado y las características de las inversiones que se han radicado. También se plantean varias posibilidades de inversión abiertas en el país, entre las cuales aparece en nuestro departamento un hotel de lujo y casino, que espera por quien esté dispuesto a afrontar una erogación de 20 millones de dólares. Mencionado esto como una particularidad de la guía referida a Paysandú.
Pero a lo que vamos es que, considerando ese rol central que el Turismo tiene en la economía uruguaya, no ocupe un espacio en la discusión de las políticas a instrumentar en un próximo gobierno durante la campaña electoral en la que ya estamos inmersos. Lógicamente, cada candidato y partido han de tener sus estrategias y tristemente en los últimos períodos –y este no será la excepción– el debate se termina convirtiendo en una constante pasada de factura, reproches y golpes bajos, eludiendo cualquier esbozo de proyecto puesto a discutir.
Después, cuando el siguiente gobierno asume, nos encontramos con cambios poco comprensibles, como el haber abandonado sin más un proyectos como el del Corredor Pájaros Pintados, después de haber concretado importantes inversiones durante varios períodos a través de programas que tuvieron el acompañamiento del BID, justamente, para volver a un Destino Termas que fue apenas una anécdota en este período, o el programa Turismo Social, reemplazado por un Turismo para todos que nunca terminó de despegar y que no logró conquistar el interés del sector privado.
Sería acaso mucho pedir que se plantee un acuerdo multipartidario, como los que se firmaron en 2012 en materias como Seguridad, Medio ambiente, Educación y Energía, pero sí sería deseable que se encontrasen algunas bases mínimas que permitan, si no tener una política de Estado, al menos una garantía de respaldo a quienes hacen una apuesta en destinos “alternativos”, como se engloba a los que quedan lejos de la playa.