El futuro ya llegó: una influencer virtual

Cuando uno ve a Alba Renai ve a una mujer joven y bella, de esas que decíamos en el barrio que “no existen”, cuando se las veía en la pantalla, queriendo decir que, al natural, esa mujer tan arrebatadoramente bella no era tal. Pero ver al natural a la joven presentadora Alba Renai va a ser algo difícil porque directamente no existe. O existe en el mundo virtual solamente.

Trabaja –y sin quejarse– como presentadora en la televisión de Honduras en un programa llamado Supervivientes, y si bien sus apariciones son breves ya ha creado un gran revuelo tanto entre sus compañeros “reales” como fuera del ámbito televisivo.

Es aún mucho más joven de lo que parece porque nació hace solo un año, en el otoño del 2023, pero la fama real la ha conseguido ahora. La empresa Be a Lion, una filial de Mediaset España, orientada a la ejecución de estrategias de marketing en comunicación es su creadora.

Su apariencia física perfecta no ha molestado tanto a sus colegas reales masculinos, pero sí a las mujeres que trabajan en el mismo canal. Además, por supuesto, reinició el debate de los empleos que se van a perder de seguir por este camino de la hipertecnologización de todo lo que se ponga adelante.

El vaso medio lleno

“No es que no haya sustituido a nadie, sino al contrario, ha dado oportunidades de trabajo a mucha más gente”, explica Luis Movilla, director de Branded Content & Experience de Be a Lion. Claro, a más gente implicada en las nuevas tecnologías, detalle importante a no olvidar.

Un equipo de 32 personas trabaja directamente en el proyecto, expertos en inteligencia artificial, ingenieros, productores, realizadores, guionistas, creativos y community managers.

Para hacerlo se les preguntó a 350 jóvenes qué atributos de personalidad y de apariencia física valoraban en sus referentes humanos. El resultado; Alba Renai.

“No hay un solo material que salga de Alba que no esté supervisado por humanos”, aclara Movilla. Aunque más que una aclaración es una confesión para tranquilizar a los conspiranoicos que ya se ven arrasados por los Terminators por venir.

Pero ojo, el material con que está elaborada Alba Renai se encuentra en un código ético que la compañía elaboró con la colaboración de la Universidad de Málaga, una unión que dio fruto al primer informe del impacto ético de la IA aplicada a influencers virtuales y el primer código que guía su conducta. “Ayuda a que Alba tenga la capacidad de ofrecernos contenidos con una visión inclusiva, diversa, con respeto por todas las culturas”, añade Movilla.

Bueno, otra aclaración tranquilizadora ¿no? Pero en un mundo donde lo que hace muy poco tiempo se decía que era imposible, como que los ojos de las imágenes de personajes virtuales “nunca” iban a tener el brillo y la vitalidad de los reales y ahora ya la tienen, o que el nivel caótico del agua tampoco era posible de ser representado en un diseño de computadora y también se llegó a eso y hace rato ya, ¿cómo saber cuál es el próximo paso?
La aventura de la tecnología está abierta a un futuro impredecible. El que busque seguridad y predicción que se dedique a otra cosa.