Octavo congreso nacional de neurocirujanos centrado en nuevas técnicas operatorias

Tuvo lugar el VIII Congreso Uruguayo de Neurocirugía, en el Hotel Garden Inn, de Montevideo, cuyo temario central refirió a técnicas modernas para intervenciones con vistas a la remoción de tumores en el cerebro mientras los pacientes permanecen despiertos, habiéndose llegado a un promedio de diez intervenciones anuales de este tipo en el Uruguay.
Según se indica desde la Sociedad Uruguaya de Neurocirugía, la primera operación a un paciente despierto en Uruguay fue efectuada por el cirujano Ramiro Lima, en el año 2009, en uno de los blocks quirúrgicos del Hospital de Clínicas. El hecho, que marcó el primer precedente en este tipo de cirugías en el país, no obstante, no fue una práctica continua, pues recién en el año 2014 se retomó la experiencia que en la actualidad es llevada adelante por un grupo de trabajo de ese mismo centro hospitalario. Igualmente este fue el principio de las cirugías a pacientes despiertos o con “despertar operatorio” como la denominan los especialistas en neurocirugía, las que se han realizado en forma creciente en el país, tanto en Montevideo como en los departamentos de Colonia, Rivera, Tacuarembó y Canelones. En la actualidad, según el presidente de la Sociedad Uruguaya de Neurocirugía (SUNC), sociedad científica integrante de la Sociedad de Anestésico Quirúrgicos (SAQ), Dr. Fernando Martínez, se realizan entre 8 y 10 operaciones de estas características por año, que además de “permitir conservar las funciones cerebrales en un alto número de pacientes, permite entender la función del cerebro en tiempo real”.
El citado profesional es considerado un neurocirujano de referencia en Uruguay y la región en este tipo de intervenciones, y destacó que “la cirugía con despertar operatorio se hace en pacientes que tienen lesiones tumorales, ya sean tumores primitivos del cerebro o secundarios como, por ejemplo, las metástasis y lesiones vasculares”, entre otras.
Amplió que “básicamente las intervenciones consisten en hacer el abordaje quirúrgico con el paciente dormido, exponer el cerebro, y después que el cerebro queda expuesto, el paciente se despierta y se le hacen una serie de testeos, por ejemplo en lo que tiene que ver con las funciones del lenguaje”.
Durante el procedimiento los neurocirujanos y sus asistentes le pueden pedir al paciente que identifique imágenes que se le muestran, que las asocien entre sí, que mueva los brazos y las piernas, entre otros tests, que ayudan a identificar el estado de las funciones cerebrales durante la operación. Más allá de lo impresionante de este tipo de intervenciones que cada vez acumulan más reconocimiento y estudios en relación a las emociones, el estado de recepción, seguridad y características de la neurocirugía a pacientes con despertar, lo más importante es la ayuda de la neurocirugía a las funciones cerebrales y al bienestar de los pacientes que pasan por este tipo de cirugías, señaló el experto, al considerar que “la cirugía con despertar permite resecar las lesiones en el cerebro de forma amplia, preservando las funciones que se quieren preservar”.

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