En lo que es una primera aproximación a un estudio de caso, fue presentado en el marco de la 26ª jornada anual de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), por parte del ingeniero agrónomo Pedro Simeone Beretta, el desempeño técnico – económico de un feedlot de escala reducida.
Este estudio de caso en un establecimiento comercial evaluó la viabilidad técnica, operativa y económica de un sistema de alimentación a corral de escala reducida. El modelo se fundamenta en “minimizar el uso de fibra larga y eliminar la necesidad de maquinaria compleja, y realizar el engorde en sistemas bajo techo para maximizar la eficiencia operativa”, dijo Simeone Beretta.
El modelo de negocio evaluado fue de un engorde de vaquillonas para el mercado doméstico con un peso mínimo de 360 kilos. El resultado económico promedio fue de U$S 42 por cabeza, con resultados que oscilaron entre -5 y 122 U$S/cabeza. La variable más determinante del margen neto fue la eficiencia de conversión del alimento, asociada fuertemente al peso de ingreso de los animales, enfatizó.
Estos resultados, si bien preliminares, “evidencian el potencial de incorporar el feedlot como subsistema productivo en emprendimientos de escala reducida, generando ingresos adicionales sin competir con otras actividades del sistema agropecuario”, expresó el profesional, quien se encuentra actualmente en Nebraska, Estados Unidos, realizando su maestría, pero que retornó por unos días a su Paysandú natal para exponer en la jornada de la UPIC.
Indicó que “tradicionalmente, se ha considerado que el negocio del feedlot está reservado a empresas de gran escala con alta disponibilidad de capital. Esta percepción se basa en la supuesta e inexorable necesidad de realizar inversiones significativas en infraestructura: corrales extensos, galpones, áreas de acopio de alimentos y maquinaria especializada para el manejo, mezclado y distribución de raciones. Así, el modelo del ‘gran corral a cielo abierto’ se ha consolidado como la alternativa predominante en sistemas de confinamiento bovino”.
Los resultados generados por la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC) en Uruguay han demostrado que es factible formular raciones completas con fibra incorporada, sin necesidad de utilizar forrajes voluminosos. Este enfoque permite repensar el modelo convencional, simplificando la operativa, reduciendo la dependencia de maquinaria compleja y habilitando sistemas de menor escala. En particular, los corrales bajo techo y con piso de hormigón –que permiten aumentar la densidad poblacional de animales por unidad de superficie– reducen las distancias de distribución de alimento, mejoran la eficiencia operativa y mantienen un buen desempeño productivo.
En este contexto, “se abre una oportunidad concreta para diversificar el modelo de feedlot, incorporando alternativas accesibles para pequeños y medianos productores, alineadas con principios de intensificación sostenible, eficiencia operativa y uso racional de los recursos humanos en el marco de la empresa familiar”, sostiene Simeone.
Con el objetivo de validar esta concepción en condiciones reales, precisó que “se diseñó un sistema de engorde a corral de escala reducida, basado en dos pilares: confinamiento bajo techo con piso de hormigón y suministro manual de una ración formulada para minimizar el uso de fibra larga”.
El sistema fue instalado en el establecimiento Villa Haydee (familia Simeone Beretta), en el departamento de Paysandú. El feedlot está inserto en un sistema agrícola-ganadero (75% agricultura, 25% ganadería), donde la ganadería está representada por una cabaña de raza Senepol. A diferencia de una integración estructural con la fase agrícola – ganadera, el feedlot se concibe como un negocio independiente. Sin embargo, existen sinergias puntuales (uso de fardos de cola de trilla, ingreso de animales de refugo del rodeo), las cuales eventualmente han sido utilizadas”.
INSTALACIONES E INFRAESTRUCTURA
Se trabajó con un sistema de alimentación a corral, techado con piso de hormigón, respetando los siguientes coeficientes técnicos: Feedlot de 120 animales de capacidad instalada. Corral techado con estructura de perfiles metálicos y chapa galvanizada. Techo a dos aguas de 3 metros de altura en la parte más alta. Piso de hormigón con una pendiente de 2%. Tres corrales contiguos de 16 metros de frente por 10 metros de fondo. Máxima cantidad de cabezas por corral: 40. Espacio por animal: 4 m2 / animal.
Además, cuenta con bebederos en cada corral a razón de un frente de ataque de bebedero de 7,5 cm /animal. Frente de acceso al comedero de 40 cm/animal. Sistema de tratamiento de residuos en base a canal de recolección y un centro de acopio de estiércol con piso de hormigón y techado. Sistema de recibo a granel en base a un silo de acopio con capacidad para 23 toneladas.
Embolsado en bolsas de 25 kg en el propio establecimiento en base a una boca de salida con una guillotina, para cortar el flujo de ración. Corrales contiguos con mangas, embarcadero, tubo, cepo y balanza.
Rutina
Se realiza sanidad completa al ingreso al período de engorde, respetando siempre las ventanas recomendadas previo a la faena. Se suministra el alimento cuatro veces por día (dos de mañana y dos de tarde). Se limpian los corrales manualmente, una vez por mes en invierno y cada 45-60 días en verano.
El estiércol producido es utilizado en un esquema de integración con una empresa tercerizada a un proyecto de formación de humus de lombriz californiana (Vermicompost), creando un fertilizante orgánico de alta calidad producido por la lombriz roja californiana (Eisenia fetida) a partir de la descomposición de materia orgánica. La integración esta basada en una forma de pago basado en el 10% del humus generado.
El alimento concentrado, que constituye el 96% de la dieta, consiste en maíz, grano entero de avena, DDGS, afrechillo de trigo y un núcleo mineral vitamínico, en proporciones variables según las relaciones de precios.
El alimento voluminoso, en caso de utilizarse, tiene un máximo nivel de inclusión del 4% de la dieta (en base seca), y hasta ahora ha estado constituido por paja de trigo.
Modelo de negocio
Se montó un modelo de negocio basado en un acuerdo de proveeduría de vaquillonas alimentadas a corral con 390 kg de peso vivo al momento de la faena. La planta de faena es una planta Frigorífico Ciclo I, ubicada en el departamento de Paysandú.
Para alcanzar ese objetivo se compran terneras o vaquillonas que ingresan directamente al corral, de tal modo que cada mes se vende un lote de animales para faena y se compra un lote de animales para ingresar al feedlot. El precio de compra está asociado al precio de mercado y es el resultado de la negociación lote a lote.
El precio de venta está basado en un acuerdo utilizando el precio de la categoría “vaquillona gorda especial” en 4ta. balanza, de la tabla de la Asociación de Consignatarios de Ganado, al que se le agrega una bonificación por ser una vaquillona proveniente de corral y por continuidad en la proveeduría. La forma de pago es al contado.
Registro y procesamiento de datos
El período evaluado fue de ocho meses, yendo desde diciembre de 2024 hasta julio de 2025. Todos los animales se pesan individualmente al ingreso y a la salida del feedlot. Al momento del ingreso al corral, cada animal es sometido a una identificación subjetiva por parte de un observador experto, según biotipo.
Los precios considerados en la evaluación son los precios netos, o sea incluyendo en cada caso, gastos de comercialización, flete (si corresponde), y pago de impuestos. La generación de información sobre el consumo de alimento en el Feedlot de Villa Haydee está basada en un estricto registro diario, realizada en forma manual en base a planillas prediseñadas. No se dispone de un software específico a tales fines.
Los datos fueron tabulados en planilla Excel y analizados en base a las estadísticas descriptivas. Las relaciones entre variables fueron analizadas con modelos de regresión simples.
El resultado económico fue calculado para cada lote de animales, considerando los respectivos precios de compra y venta, los gastos involucrados en términos de alimentación y sanidad, así como los gastos fijos, incluyendo la amortización de la inversión inicial.
Resultados
El resultado económico logrado promedio por embarque fue de 42 U$S/cabeza (mínimo: -5 U$S/cabeza y máximo: 122 U$S/cabeza). Estos resultados se lograron con un peso promedio de embarque de 344 kg/cabeza, lo que representa un 95% del peso planteado como objetivo inicial. El tiempo promedio de permanencia en el corral fue de 77 días (mínimo 44 días y máximo 105 días).
La cantidad de vaquillonas en cada embarque fue en promedio 24, representando el 60% del objetivo planteado inicialmente, considerando la capacidad instalada del corral (3 corrales para 40 animales cada uno). Esto se debe a una lógica de razonamiento empresarial ex ante, de minimizar el riesgo en las transacciones compra/ventas realizadas durante el período, a través de una reducción en el número de cabezas compradas cada mes. No obstante, el análisis ex post, a través del cálculo del precio implícito promedio logrado en los ocho embarques, fue de 2,24 U$S/kg PV, lo que puede ser considerado como bueno. Esto permite inferir que la estrategia de haber maximizado la capacidad instalada hubiera sido más conveniente. La performance animal promedio de los ocho diferentes embarques estuvo caracterizada por una ganancia de 1,350 kg/día y una conversión del alimento de 5,46 kg MS por cada kg de peso vivo ganado. La conversión máxima de equilibrio3 en promedio, considerando el precio implícito y el costo de la ración fue de 8,13 kg MS/kg PV ganado, lo que pone de relevancia el objetivo de lograr una eficiencia de conversión por debajo de ese valor algebraico, para lograr un resultado económico positivo.
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