El sector citrícola del litoral sufrió por segundo año consecutivo heladas de gran magnitud. Las de 2024 fueron consideradas “fuertes” y se verificaron entre el 7 y 9 de julio. Este año fueron en los primeros días del mismo mes, y con registros de temperaturas negativas “de hasta -5, -6 grados en algunos lugares con una duración importante y eso genera normalmente daño en la fruta que todavía está por cosecharse”, precisó a EL TELEGRAFO el director de Azucitrus, Carlos Fraschini.
La característica de este año fue que se trató de una helada que se dio en casi todo el país. “Incluso en la zona intermedia en el departamento de Paysandú y también generó daño en el norte de Salto, una zona que normalmente es más cálida y de menos riesgo”, precisó el empresario sanducero. Incluso “las plantaciones de limón en Artigas también fueron afectadas”, dijo.
Fraschini sostuvo que “la diferencia con 2024, es que este año sí tuvo un efecto fuerte en fruta y no tanto en la planta, por lo que las plantaciones sufrieron un poco menos y ahora estamos empezando la primavera con un estado de plantas relativamente bueno”.
Por parte de Azucitrus se realizó una evaluación de la producción, “y algunas variedades se tuvieron que destinar a la industria, con trabajo diferenciado y el resto se ha ido evaluando y procesando con destino al mercado local y exportación”. Y acotó que la estimación en general “es de un 20 o 30% con alguna variabilidad dependiendo del lugar y la variedad, si estuvo afectado por el frío que básicamente genera que la fruta internamente se congele y al descongelarse y pasar los días se termina secando”.
Azucitrus tiene básicamente concentrada la producción en la zona de Cerro Chato y Gallinal, considerada “una zona intermedia en cuanto a riesgo de frío. Después tenemos parte de producción en Quebracho, una zona relativamente fría también, y algo de producción en el departamento de Soriano. Zonas sensibles a este tipo de evento. Este año en particular se suma también que en el verano tuvimos una tormenta de granizo que marcó la característica de la temporada en casi un 20% de nuestra producción, afectada por algún daño de piedra”.
EXPORTACIÓN A EUROPA
Fraschini indicó que “ya terminamos la zafra de exportación a Europa. En general es un año donde partimos con un menor volumen de cosecha, que de alguna manera se afectó por este evento de clima”.
Se terminó “todo lo que es mandarinas y ahora estamos trabajando en las últimas naranjas de ombligo, que también tiene mercado local, Brasil y algo Estados Unidos. Y acotó que “nos queda toda la parte de la campaña de Naranja Valencia que empezó en agosto; hicimos la temporada europea que termina ya, porque hay que llegar antes del 15 de octubre al mercado por un tema de aranceles”.
Fraschini agregó que “lo que nos queda de zafra, estamos trabajando principalmente para Brasil y algún otro mercado como Canadá y Noruega. Y pensamos que de a poco vamos a empezar a trabajar para el mercado local que normalmente abastecemos durante el verano”.
MENOR VOLUMEN Y MENOR ACTIVIDAD
La zafra que en general es de menor volumen, “obviamente tiene cierto impacto en lo que es la actividad tanto de zafra, de cosecha y de packing. Es lo que estamos escuchando y que se está viendo a nivel nacional, siendo parte de la realidad, ya que este es un año que va a estar marcado por menos volumen y menos actividad”.
Explicó que “tenemos que tener mucha precaución a la hora de cargar y de mandar un producto al mercado que normalmente está a 30 o 40 días de viaje”. Generalmente los meses de junio, julio y agosto se trabaja a plena capacidad en Azucitrus. “Y normalmente en esta época se empieza a reducir tanto el volumen de cosecha, como la actividad en packing, porque justamente hubo menos volumen en general al estar la producción afectada por el clima, esa reducción de actividad en campo y en packing se va a dar un poco más temprano”.
Se trabaja actualmente en Azucitrus “con dos turnos, y en la medida que terminemos las mandarinas naranjas tardías, seguramente va a desarrollarse la actividad con un turno que es normal para la época, pero en general, el volumen de la actividad se ha visto impactada porque es un año de menor producción, afectado por los eventos climáticos, básicamente”.
RECONVERSIÓN CONSTANTE
El sector citrícola tiene un ciclo de producción que puede ir entre 25 a 40 o 50 años. Depende en gran parte del cuidado de ese cultivo y además de la variedad que está en producción, sigue teniendo una vigencia a nivel comercial. “Si eso se da, se pueden mantener producciones o montes en producción, por más de 40 años, pero el proceso de reconversión es un proceso constante”, sostuvo.
En los últimos años “ha habido un auge fuerte de todo lo que es mandarina, con determinadas características de bajo número de semillas, buen color y buen sabor; se ha ido apuntando a plantar ese tipo de variedades”. En el caso de la naranja, “también se está viendo algún cambio, buscando algunas oportunidades de producciones más temprana, o más tardía con fruta de mejores características”.
En el caso del limón, “está existiendo una reconversión pensando por un lado en renovar plantaciones, pero por otro lado buscar algunas características diferentes, como por ejemplo el limón sin semilla, cada vez más demandado en los mercados”.
Azucitrus tiene planes de reconversión, explicó Carlos Fraschini, “arrancando montes viejos y plantando plantas nuevas, o en algunos casos como una modalidad que se llama cambio de copa, que si la base del árbol está sana, se puede insertar una variedad nueva y cambiarla”.
Es un proceso que se viene dando en Uruguay y en el mundo en general. “Son procesos de largo plazo, que algunas empresas lo hacen de forma más rápida y otras lo hacen de forma un poco más constante”.
NUEVAS VARIEDADES
El empresario sanducero manifestó que “actualmente hay oferta de materiales que vienen de afuera, patentados para reconvertir y también se está trabajando muy fuerte con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Consorcio Citrícola, y en un plan de desarrollo de nuevas variedades de cítricos, y a través de diferentes técnicas de mejoramiento, investigación que están dando sus frutos”.
Incluso, dijo que “hoy por hoy tenemos genética de INIA disponible, variedades nuevas que ya estamos plantando a nivel comercial. Además, el INIA está exportando más variedades a través de convenios con empresas para desarrollarlas en diferentes lugares del mundo”.
CUIDADO PERMANENTE DE PLANTAS
Consultado si es muy costoso el mantenimiento de una chacra de citrus, o mantenerla en condiciones para que la planta siga produciendo en buen estado, expresó que el trabajo a nivel de campo “implica un cuidado permanente de la planta, que se basa principalmente en planes de fertilización, podas, tratamientos fitosanitarios y riego. Actividades que en primavera son bastante intensas preparando los montes para la producción del año siguiente”.
Aclaró que las plantaciones cuentan “con sistema de riego casi en el 90% del área, lo cual es importante porque nunca se sabe como va a ser la temporada de verano”.
El mantenimiento del cultivo es parte de la actividad, “sobre todo en rubros donde tenemos que mantener plantaciones productivas durante todo su ciclo que puede llegar hasta más de 40 años”.
En paralelo, dijo que se está pensando en los planes de reconversión. “Hay que plantar pensando en lo que el consumidor va a estar demandando dentro de los próximos 30 años, lo cual es bastante desafiante”, finalizó.
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