Apareció otra anaconda amarilla en Nueva Palmira

Una nueva anaconda amarilla fue encontrada en Nueva Palmira. Es el cuarto ejemplar que aparece en la localidad portuaria en un lapso de 8 meses.

El centro Alternatus, especializado en la cría de reptiles, que funciona en Piriápolis pero que es una referencia para todo el país, dio cuenta recientemente de un nuevo hallazgo de una anaconda amarilla en Nueva Palmira. En este caso el animal, de unos 60 centímetros de largo, fue hallado en el puerto, dentro de uno de los neumáticos que se emplean en los barcos para amortiguar los choques contra otras embarcaciones. Desde el centro se envió un voluntario a rescatar el ejemplar para trasladarlo a las instalaciones de Piriápolis.
Irasema Bisaiz, una de las responsables de Alternatus, indicó a EL TELEGRAFO que se trata del cuarto ejemplar de la especie que se detecta en Nueva Palmira y a ellos debe sumarse un quinto, que se encontró en Montevideo y constituye el registro más sureño documentado para la especie.

La anaconda amarilla o curiyú (Eunectes notaeus), en guaraní llamada mbói kurijú, es una especie de anaconda, de la familia Boidae, nativa del centro de Sudamérica.

“Hay varias especies de anacondas pero esta es la que tiene la distribución más al sur. No está tan reconocida como una especie nativa porque Uruguay como que nunca reunió todas las condiciones que necesita para poder establecerse en el país”, explicó. “Por ejemplo, no se conocen a estos ejemplares fuera del río, nunca se vieron en caminos, en campos, nunca se vieron por ejemplo ejemplares apareándose, nunca se encontraron crías, entonces siempre se sospechó que era una especie que venía accidentalmente después de algún evento climático”, agregó Bisaiz.

De todos modos observaciones más recientes, “tanto de ciencia ciudadana como de investigadores especializados, mencionan la sospecha de la presencia de una pequeña población en la ciudad de Bella Unión, en Artigas, porque digamos que ahí está el límite de su distribución entre Argentina y Brasil”. Estos indicios son “avistamientos o relatos de personas de la zona, pescadores, por dar un ejemplo, que mencionan que veían serpientes grandes mientras pescaban”, pero no es algo que se haya investigado a fondo.

Pero no sería esa la procedencia de estos ejemplares que han llegado a los puertos de Nueva Palmira y Montevideo, sino que son transportados accidentalmente en embarcaciones que llegan principalmente desde el río Paraná.
“Se asocian a los cuerpos de agua del río Paraná que vienen todos desde Paraguay, Bolivia, y atraviesan toda Argentina por el Paraná; ahí es donde están las poblaciones más grandes de la especie”, indicó la experta. Allí se suben “por ejemplo a la vegetación que está sobre el agua, se suben a descansar, a secarse, a tomar sol”, y de allí se pasan a los barcos que recorren los puertos.