Productor a la cárcel al comprobarse estafas, operaciones con cheques sin fondo y violación del contrato de prenda

Según el auto de procesamiento, el productor operó valiéndose de su “fama deser titular de un establecimiento agrícola ganadero de extensión en Paysandú,propietario de gran número de ganado, esposo de una hacendada conocidaen el medio y titular de importantes líneas de crédito”.

Cinco años después de haberse recibido once denuncias, la Justicia procesó con prisión preventiva a un productor rural del departamento que emitió cheques sin fondo, estafó a algunos colegas y cometió violación del contrato de prenda. El hombre, según la resolución penal, operó “valiéndose de sus acreditaciones: fama de ser titular de un establecimiento agrícola ganadero de extensión en Paysandú, propietario de gran número de ganado, esposo de una hacendada conocida en el medio, titular de importantes líneas de crédito, adquiriendo gran cantidad de ganado que luego rápidamente enajenaba”.
De acuerdo al auto de procesamiento 481/2020 al que accedió EL TELEGRAFO, a partir del 24 de abril de 2015 se presentaron 11 denunciantes damnificados por la conducta de F. S.G., por haber librado cheques sin fondos, haberlos estafado e incumplido las obligaciones de un contrato de prenda sin desplazamiento celebrado con el Banco Itaú.

LAS DENUNCIAS PRESENTADAS

El 6/5/2015 se presentó denuncia por libramiento de cheques sin fondos al entregar uno por 18.000 dólares. Se trataba de la compra de ganado. El denunciante agregó que no se formuló propuesta de pago, habiendo iniciado la ejecución ante el Juzgado. Igual denuncia fue radicada el 8 de mayo en perjuicio de una firma que le vendió un lote de 139 vacas preñadas, compra que fue abonada con el cheque de pago diferido por 95.250 dólares. Según declararon, del monto total el hombre entregó ganado, restando abonar 60.000 dólares. En ese sentido, el productor admitió que el cheque librado obedecía a la compra de ganado. “Fue compra de vacas preñadas, creo que alrededor de 100. El cheque no tenía fondo, porque pasó una seguidilla de cosas. Yo trabajaba en la compra y venta, le vendía el 90% de mis compras a una empresa. Y él me suministraba el capital para poder cumplir con los cheques. Hice varios negocios de los cuales fueron incumplidos en su pago, en el 2014 tuve un feedlot de corderos, empecé a engordar y vender, y se me mueren como 5.000 lanares”.
“Sobre ese cheque, yo les vendo terneros y terneras, que la firma se lo acreditaba, los iba cobrando y el cheque se iba cubriendo. Pagué 42.000 dólares de ese cheque de 90.000 dólares”, declaró el acusado.
El 24 de abril de ese año se recibió la tercera denuncia en su contra. Se trató de un cheque sin fondo por 25.877 dólares contra el banco HSBC. En la oportunidad, se amplió la denuncia al indicar de otro cheque de pago diferido que fue librado por el denunciado y no fue abonado, por 25.878 dólares. Ambos cheques fueron rechazados por el banco por carecer de fondos. El 16 de octubre fue denunciado por una veterinaria por haber pretendido pagar una deuda 37.404 dólares y otra de 215.596 dólares, presentado al cobro fue devuelto por el banco Itaú con la constancia: “Falta de fondos- Cuenta suspendida”.
En efecto, los cheques entregados no fueron abonados por los Bancos Itaú y HSBC, por carecer de fondos. Según el auto de procesamiento, “el denunciado reconoce y admite haber librado los cheques y no haber podido cubrirlos”. Y manifiesta que: “Yo libré los cheques en compras de semovientes en enero y febrero de 2015, cheques de pago diferido, para comprar semovientes, llega el ganado a mi casa, se seleccionaba y se vendía nuevamente, para hacerme de efectivo y poder pagar otros cheques que venían de atrás. Es un sistema que funciona en el sistema agropecuario para cubrir cheques y lo que podía engordar se engordaba y lo otro se vendía para la cuota 481, uno le daba valor agregado a los animales”.
El Banco Itaú informó que F.S.G. era efectivamente el titular de una cuenta corriente en dólares desde 2012. y que fueron devueltos cheques librados por éste por falta de fondos, brindando un listado de la nómina de los cheques devueltos; habiendo sido suspendida la cuenta el 24/4/2015 por 6 meses y clausurada con fecha 31/7/2015 por el término de un año.

PRESUNTAS ESTAFAS

En mayo de 2016 fue denunciado como presunto autor de un delito de estafa. Se dio cuenta que la empresa denunciante mantenía una relación comercial por F.S.G desde 2013 y que en octubre del mismo año se hicieron operaciones por montos que no superaban los 250.000 dólares. El productor se excusó de cumplir el pago acordado y solicitó reestructura de plazos, refinanciación y libró nuevos cheques. Luego explicó que seguiría adquiriendo ganado por la sociedad de su propiedad.
A días de las fechas de vencimiento de los cheques, pidió más refinanciación, y en el entendido que actuaba de buena fe, la empresa le propuso utilizar el sistema de “Fideicomiso Un siglo”, para garantizar la deuda. La primera operación con el Fideicomiso implicó la suscripción de un título valor y se le depositaron U$S 41.600. Sin embargo , el cheque fue devuelto por falta de fondos.
A fin de buscar una solución, se tuvo una entrevista personal con el productor, quien dijo que un escritorio rural le había retenido el pago por U$S 300.000, quedando imposibilitado de cubrir los cheques. Igualmente entregó guías firmadas por transferencia de ganado, con las que instrumentaría la cesión del mismo y ofreció hipotecar tres inmuebles. Si bien se empezaron los trámites, la escribana de la empresa encontró que los inmuebles ya estaban hipotecados. En tanto, el ganado abonado con los cheques impagos habría sido enajenado a terceras personas. El 16 de marzo de 2015, se trasmitió la propiedad de 512 vacunos y 6.000 lanares, los cuales aún se encontraban en sus campos.
En cuatro ocasiones más, se presentó una denunciante (que lo había denunciado por cheques sin fondo) para dar cuenta que fue víctima de una estafa. Señaló que F.S.G compró 204 novillos de dos a tres años por la suma de 114.467 dólares. La compra se abonó mediante el cheque de pago diferido antes identificado. El cheque presentado al cobro el 29 de abril de 2015 el Banco Itaú lo devolvió por falta de fondos. Afirmó, asimismo, que el productor –antes de comprar el ganado– estaba en conocimiento de que no podía pagar ese ganado y “se valió de sus acreditaciones, o sea, de la fama de ser titular de un establecimiento agrícola ganadero de alrededor de 700 hectáreas en Paysandú, propietario de un gran número de reses, esposo de una productora reconocida y titular de un importante crédito bancario con el Banco Itaú, para que los vendedores accedieran”.
El negocio se dio entre productores rurales, “donde el prestigio y el buen nombre bastan para construir la confianza, donde la costumbre indica que cuando un productor entrega a otro ganado se honran las deudas”. Es más. F.S.G. concurrió personalmente a la estancia donde estaban los novillos, evaluando y justipreciando cada uno de ellos, lo cual contribuyó a generar confianza y a otorgar la operación. El 20 de marzo, traspasó 69 vacunos de su propiedad a la empresa de la cual era el único accionista y utilizó el dinero que tenía en la adquisición de 404 vacunos en su beneficio; todo en perjuicio directo de los productores.
Según información que brindó la Superintendencia de Servicios Financieros, en el mes de enero de 2015 el denunciado adeudaba al Banco Itaú la suma de U$S 376.315; al Banco República U$S 205.746; al Scotiabank Uruguay U$S 105.453; y al HSBC Uruguay la suma de U$S 94.051, haciendo un total lo adeudado de 781.567 dólares. Esto, por su parte, “demuestra el cabal conocimiento de que no tendría fondos suficientes para cubrir el cheque entregado”. Pero además, al comprar el ganado, éste lo vendió a otros dos productores haciéndolo circular fuera de su campo. En esos días, fue nuevamente denunciado por haber realizado ventas de ganado, novillos entre dos y tres años, por un monto U$S 209.676.
Si bien la operación fue realizada por F.S.G, las guías del ganado enajenado estaban a nombre de otro. El ganado, en tanto, fue trasladado hacia el campo de su suegra en la zona de Constancia. Como esa, hubo otras denuncias con prácticas similares.
Desde 2013, el productor estaba suscrito como fideicomitente. En virtud del contrato de Fideicomiso transfirió en garantía una determinada cantidad de ganado, transfiriendo las guías de propiedad y tránsito de Dicose del ganado al Fiduciario y quedó en posesión del ganado en carácter de depositario; debiendo permanecer en el campo, no pudiendo ser trasladado sin el consentimiento de la Fiduciaria. El ganado permanecería en el establecimiento rural de la zona de Paraje Buricayupí. El 27 de abril de 2015 se le informó al Banco que habría movimiento de ganado en el campo donde debía permanecer el ganado del fideicomiso, lo que la institución financiera denunció ante la Bepra. Días después se informó que el ganado se había retirado de manera ilegítima. Consultado en esa instancia, F.S.G. admitió el traslado a un campo que arrendaba en Araujo, que parte murió y otra la vendió.

VIOLACIÓN DE CONTRATO DE PRENDA

El Banco Itaú denunció al productor por otra maniobra que había cometido. En 2014 se le otorgó un préstamo de U$S 250.000 documentado en un vale a seis meses. Éste garantizó su crédito celebrando un contrato de prenda sin desplazamiento respecto de 340 vacas de cría ubicadas en diferentes padrones.
Al no haber abonado el préstamo, el banco hizo uso de su potestad de inspeccionar los bienes prendados, constatando que en los padrones no estaba el ganado. En tanto, en uno de los padrones, donde debía haber 127 vacas, únicamente había 30 vacas de cría, 20 terneros y 20 novillos. Ningún vacuno encontrado coincidía ni correspondía a los bienes prendados, según información que arrojó el lector de caravanas. En los otros padrones se constató la existencia únicamente de 6 vacas, 3 novillos y 13 terneros. En definitiva, no se halló el ganado prendado, el que fue trasladado o enajenado sin comunicación ni consentimiento del Banco.
Contando con variados elementos, se realizó la audiencia con el denunciante, a cargo de la doctora Rossana Martínez, titular del Juzgado de 2º Turno Aduana, Adolescente y Penal, quien resolvió el procesamiento y prisión del productor F.S.G. por “la presunta comisión de reiterados delitos de libramiento de cheque sin fondo en reiteración eal con reiterados delitos de estafa y un delito de disposición de cosa prendada especialmente agravado, en calidad de autor”.