Refuerzan Campaña Frío Polar; batallón se suma a los lugares de refugio nocturno

La Campaña Frío Polar que lleva adelante el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) con apoyo de la Intendencia, Jefatura de Policía y Ejército Nacional “vuelve a tener un fuerte impulso en la tarea de darle un espacio seguro a aquellas personas en situación de calle no resuelta; no siempre podemos porque no es posible obligarlas, pero se hace todo lo que está a nuestro alcance para que ningún sanducero duerma a la intemperie en estas gélidas noches”, anunció el director departamental del Mides, Ignacio Ifer.
Precisamente en la víspera dialogó con el comandante del Batallón “General Leandro Gómez” de Infantería Mecanizado Nº 8, teniente coronel Gustavo A. Negrín, desde que el Ministerio de Defensa decidió nuevamente poner a disposición unidades militares como refugio nocturno.
En Paysandú han unas 26 personas en situación de calle no resuelta “y es a ellas a quienes apuntamos en primer lugar, más allá que puede darse también la situación de alguna familia que viva en una vivienda extremadamente precaria y con las temperaturas muy bajas, aguanieve e incluso posibilidad de nieve que se anuncian, debamos atender”.
Actualmente el refugio a tiempo completo, con una capacidad para 34 personas (29 hombres y 5 mujeres) “está completo, por lo que ante la necesidad de dar refugio nocturno, lo que incluye una cena caliente y una ducha caliente, tenemos como prioridad uno las diez plazas que la Intendencia de Paysandú nos brinda en el Estadio Cerrado. Si no fuera suficiente, entonces contamos con el batallón, lo que nos da una tranquilidad muy importante. Nos asegura que podemos retirar de la calle a todas las personas que por muy diferentes razones viven a la intemperie. Una cosa es en verano –o el veranillo que pasamos hace pocos días– pero ante gélidas noches, salimos con el apoyo de Policía Comunitaria, que conoce prácticamente a todos, dónde están y otros detalles”, explicó más adelante Ifer.
No obstante, “la primera opción es contactar a un familiar. Es la solución menos traumática cuando un familiar es quien le da cobijo. O un amigo. A nosotros nos ha resultado muy buen sistema, porque hemos podido volver a conectar a familias, eso es algo que llena de satisfacción. A veces, después de todos los contactos, hacemos que las personas retornen a su ciudad natal, donde está su familia. Le damos el pasaje y Policía Comunitaria lo traslada a la terminal y cuida de él hasta que parte el ómnibus”.
Otro caso fue el de “un hombre con una patología siquiátrica que estaba alejado de su familia, de su madre. En coordinación con Fiscalía y el Ministerio del Interior, logramos el reencuentro y que se restableciera el vínculo. Nuestro equipo técnico resulta fundamental en esos casos”.
“Una noche me toca salir a mí, otra noche al director adjunto, Pablo Curbelo. Esto lo hacemos por un lado porque el funcionariado tiene un turno determinado. Nosotros, en tanto, somos trabajadores de tiempo completo. Pero además, el estar en contacto con esa realidad, conversar con esas personas, conocer sus historias de vida, nos da una perspectiva clave para mejorar nuestro desempeño en el lugar en que estamos”, aseguró.

FUE POR REFUGIO, AHORA QUIERE SER SOLDADO

En el batallón se vivió una situación particular. “Uno de los jóvenes que llevamos para el refugio nocturno, en los mismos dormitorios donde pasan los soldados, se sintió profundamente atraído por la vida militar. Un soldado lo encontró realizando ejercicios dentro de la barraca y ese fue el comienzo del proceso que espero termine con su ingreso al Ejército Nacional. Dependerá de varios factores, pero lo notable es que la manera de ayudar a las personas es realmente diversa”. En otra oportunidad “encontramos a una persona de nacionalidad alemana, que no habla español, bajo un puente en el arroyo Sacra. Lo llevamos al refugio y como medida preventiva lo aislamos del resto ante la crisis sanitaria que vivimos. No era sencillo comunicarse pero pudimos saber que hacía meses que estaba en la zona y determinar que no tenía el virus. No son casos de los más sencillos, pero sí aquellos que mueven a trabajar con ahínco y a pleno”, contó Ifer.
Pidió a “los sanduceros que cuando vean una persona en situación de calle llamen al 911, que es el número que todos recordamos perfectamente, más allá que el Mides tiene un 0800. Pero además, que como siempre lo hacen, tengan empatía con esas personas. A veces unos minutos de charla, una taza de café acercada en la calle, hacen una enorme diferencia”.
“Yo estoy feliz porque los sanduceros somos solidarios, es un enorme capital, que nos diferencia de poblaciones más grandes, como en Montevideo, donde yo veía a las personas pasar junto a los más desposeídos sin siquiera mirarlos. El frío polar está aquí.
Es una oportunidad más de demostrar por qué esta es una ciudad heroica, con gente generosa y dispuesta a siempre dar una mano”, concluyó Ifer.