Tres décadas de desarrollo

En los últimos 30 años, Uruguay ha construido un nuevo sector de su economía. Este es, el complejo forestal maderero, que en la actualidad da trabajo a unas 25.000 personas en todo el país y explica un 20% de las exportaciones totales de nuestro país.
En el marco de la Estrategia de Desarrollo 2050, promovido por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el complejo fue priorizado como estratégico en función de dos tendencias globales:
El desarrollo global de la bioeconomía y la tendencia a la sustitución de la matriz productiva basada en petroquímica por producto de base biológica. Eso implica grandes oportunidades para la madera en el desarrollo de viejos y nuevos productos: fibras textiles, materiales para packaging y bioplásticos, materiales de construcción, energía y biocombustibles, y bioquímicos de alto valor.
También apunta a atender la crisis ambiental y el cambio climático. A partir de la madera se generan productos biodegradables, reduciendo enormemente el consumo de energía en comparación con los tradicionales productos dependientes de combustibles fósiles y además en el proceso, los bosques se transforman en sumideros de carbono, reduciendo la presencia en la atmósfera de gases de efecto invernadero. Esto implica enormes oportunidades para Uruguay en el desarrollo de las distintas cadenas productivas asociadas a la madera, ya que este complejo cuenta con grandes oportunidades de escalamiento hacia productos de mayor valor agregado.