Contratación de Escobar despertó rechazos, notas y comentarios en las redes

La detención de la banda de Escobar fue noticia a nivel nacional por los ribetes que presentaba.

La contratación por parte de la Fundación “A ganar” de Sergio Germán Escobar Mattos, de 53 años, conocido como “El Zorro”, para trabajar a las órdenes de la Intendencia de Paysandú, fue criticada ayer en un comunicado firmado por varios colectivos –aunque señalando equivocadamente que trabajaba en el área Social– y repercutió en muchos comentarios en las redes sociales y en notas realizadas también por medios de comunicación capitalinos, como El Observador y Caras y Caretas.
Es que Escobar lideró una banda de trata de blancas desbaratada en 2012 en Paysandú, que culminó con su procesamiento por “un delito continuado de proxenetismo, en reiteración real con un delito de contribución a la explotación sexual de menores, en reiteración real con un delito continuado de trata de personas con fines de explotación sexual, en reiteración, con un delito continuado de lavado de activos”, por lo que fue condenado a siete años y ocho meses de penitenciaría, según la sentencia Nº 8/2015 del juez Ernesto Valetti. También fueron procesados en aquella época cinco hermanos de Escobar –tres hombres y dos mujeres–, y otras mujeres que trabajaban para él por varios delitos, como proxenetismo y lavado de dinero.

Tenía millonarias propiedades

El juez ordenó también decomisar a “El Zorro”, “el inmueble (chalet) sito en Lucas Píriz (…) de la ciudad de Paysandú; dinero incautado; una camioneta Toyota Hilux, (…); armas incautadas; una lancha de color blanco (…), un motor marca Mercury, una batería y un trailer de lancha de color azul”. A la vez, dispuso el decomiso del “inmueble (chalet) sito en Joaquín Suárez (…) de Paysandú; dinero incautado; y un automóvil Volkswagen Vento”, los que fueron puestos a disposición del Fondo de Bienes Decomisados de la Junta Nacional de Drogas.
Escobar ya tenía varios antecedentes y había estado en prisión el 7 de marzo de 1986 por lesiones graves, luego el 24 de diciembre de 1990 por el mismo delito, y finalmente el 21 de junio de 1992 por hurto y daños en reiteración real, según el archivo del diario.
De las decenas de testimonios prestados por víctimas y testigos, mayoritariamente dedicadas al meretricio, surgió que “El Zorro” Escobar contaba con –por lo menos desde el año 2005– varias mujeres trabajando para él, algunas en Paysandú, otras en Young y Maldonado, y varias en España.
Se comprobó que las víctimas efectuaron giros individuales en euros por 1.782, 22.397, 8.546, 4.078, 15.890; en dólares por 3.460, 17.112, 3.335, 4.075 y 2.463; y en pesos por 510.838, 54.172,64, 1.000, 10.000, 331.939 y 3.000. Dentro del país, también remitían sus ganancias. Una de las víctimas llegó a girar 120.000 pesos.

Paysandú, Maldonado y Valencia

De las crónicas policiales publicadas en 2012 en el diario, se informaba que “algunas jóvenes debieron trabajar en las calles de Paysandú, otras fueron derivadas a España y a un reconocido prostíbulo en Maldonado. También surgió que algunas de esas jóvenes fueron iniciadas en la prostitución por “El Zorro” Escobar cuando era aún menores. A varias de ellas, las de mejor presencia, las enviaban a Europa, concretamente a Valencia. Tanto Sergio como Ramiro Escobar entablaban una relación afectiva con varias de las víctimas. Incluso en el caso del primero, con al menos dos de ellas, desde antes de cumplir la mayoría de edad, al extremo que se convertían en sus parejas y varias de ellas pasaban a convivir con ellos”.
La nota detalla que “al momento de ser detenido, Sergio Escobar tenía tres jóvenes mujeres como pareja, que trabajaban para él ejerciendo la prostitución; dos en Young y una en el local en Maldonado. Las tres ejercieron la prostitución en España y le enviaron importantes de sumas de dinero. Mientras que su hermano convivía con una de las víctimas, si bien se había relacionado antes con otras más con igual fin”.
Se indica que “cuando las jóvenes meretrices eran enviadas a España, eran recibidas, controladas y vigiladas por otras meretrices de mayor edad y experiencia, que eran leales a Sergio Escobar y que le comunicaban cualquier incumplimiento de las jóvenes al régimen de trabajo establecido, ocasiones en que éste se encargaba de llamarlas al orden mediante amenazas de represalias. Durante todo ese tiempo, “El Zorro” obtuvo importantes beneficios económicos, lo que le permitió adquirir un inmueble de elevado valor en Paysandú, varios vehículos, una lancha y caballos de carrera”.