Dueño original de lancha afirma que astillero se la compró con “la intención de sacar el molde”

Ernesto Machado Frade, en una foto del invierno 2020. El dueño de la lancha que al menos en los papeles, es la misma que fuera rematriculada como “Pájaros Pintados III” por la Intendencia de Paysandú en 2017.

Ernesto Machado Frade, el “Chino” Machado, confirmó al ser contactado por EL TELEGRAFO en su residencia en José Ignacio, que “importé de Argentina, en forma legal obviamente, la lancha” que inscribió en Maldonado, con el nombre de “Tape Tory”. La misma –al menos en los papeles– que en 2017 fue matriculada como “Pájaros Pintados III”, tras ser adquirida por la Intendencia de Paysandú con dineros aportados por el Ministerio de Turismo y contraparte municipal.
“La lancha puede ser la misma, pero también es probable que sea nueva; cuando se la vendí (al Astillero Sioux) la intención era sacar el molde”, aseguró Machado.
No obstante, opinó que “no varía que sea nueva o que sea la misma, la usada. Si la recuperaron bien de la pintura, con la cabina y demás, para mí no varía nada”.
Precisamente, destacó que “tuvieron que gastar bastante, porque para empezar no tenía cabina, no era cabinada sino lisa. Después comprar el motor. Por el precio en que la vendieron, no me parece que hayan obtenido gran ganancia”. Indicó además que “antes de 2017 –cuando se hace oficialmente la venta– ya se la habían llevado. Tengo una buena relación con ellos, siempre cumplieron”. Por la venta Machado recibió una lancha y determinada cantidad de dólares.
Machado hizo hincapié que si bien a la lancha se le podía sacar el molde, la parte más importante del negocio fue “los permisos de cabotaje, de tráfico con personas, que se los di gratis. Tenían mucho valor, pero no lo tuve en cuenta porque el astillero siempre se ha portado muy bien conmigo. Pero realmente, si hubieran tenido que hacer los trámites desde cero, iban a pasar uno o dos años haciendo trámites. Tenían gran valor”.

DESPUÉS DEL INCENDIO DEL MESÓN LA GAMBA

Machado, nacido en San Carlos, es óptico –como su padre–, gastronómico y pescador “por placer”. A lo largo de los años estuvo “muchas veces” en Paysandú “participando en campeonatos nacionales de pesca en el Club Pescadores. Tengo muchos amigos allá”, dijo. Antes de comprar la lancha que originó uno de sus negocios, en los años 80 fundó en San Ignacio el Mesón la Gamba, que durante dos décadas fue punto de reunión de empresarios y artistas. Pero en 2002 el restaurante se incendió. No tenía seguro así que “el sueño terminó”.
En 2005 importó la lancha “con la cual comencé a transportar personas a pescar; toda mi vida he pescado, pero por placer. En aquellos años con aquella lancha que tenía permiso de cabotaje para el tráfico de personas, me dediqué a eso”, contó a EL TELEGRAFO.
Hasta que “me di cuenta que se estaba convirtiendo en una obligación, comenzaba a perderle el gusto a la pesca, por lo que decidí dejar de hacer esa actividad”.
Actualmente “tengo una lancha que vale algo menos del precio por el que vendieron la lancha a la Intendencia, pero más manuable, de mayor calidad. Pesco por placer, cuando quiero”.

COINCIDE CON LO INDICADO POR EL ASTILLERO

El 10 de setiembre de 2020, en una entrevista con EL TELEGRAFO, Gonzalo Ugolini, del Astillero Sioux declaró que “el casco se fabricó en una parte y se lo modificó para agregarle la cabina”. Agregó que “no es un casco usado, no lo usamos nosotros. Lo teníamos fabricado y lo que hicimos fue modificarlo a las necesidades, a lo que nos pidieron. Con las medidas solicitadas y el agregado de cabina, tomando en cuenta la cantidad de personas”.
“Ya lo teníamos fabricado, lo que es un procedimiento común, normal. Lo hacemos habitualmente”, subrayó entonces.