La caída del precio de la lana provoca que los ovejeros chicos dejen el sector

El bajo precio que se consigue por las lanas hace que mes a mes varios productores pequeños bajen la cortina de su establecimiento.

La revista Negocios Rurales, con la firma de Luis Silva, publicó una nota sobre la situación de los productores ovinos del Norte del país, específicamente en la zona salteña de Mataojo.
Comienza ubicándola al este del departamento de Salto, sobre el arroyo del mismo nombre, campos de basalto superficial del norte del país que históricamente se han compartido entre ovinos y vacunos, pero con predominancia de los primeros. Sin embargo, se observa que esta especie va disminuyendo cada vez más rápido, lo que para algunos pobladores de la zona y los técnicos podría ser un problema a largo plazo, tanto a nivel del campo natural como también en la propia economía de los productores.
José Rodríguez, integrante de la Sociedad Fomento Rural de Mataojo, entiende que la baja del stock ovino tiene varias aristas; sin embargo, la más importante es la pérdida de rentabilidad que ha tenido el rubro. En diálogo con la revista de la ACG, Rodríguez explicó que la caída del rubro comenzó con el jabalí, “acá tenemos el Arapey, el Mataojo Grande, el Mataojo Chico, el Mataojito, son todos arroyos bordeados con un monte espeso que es el hábitat preferido por los jabalíes” y luego remarcó la realidad del tema de la lana, “su valor, la incertidumbre en los precios, no es como la carne que vale tanto el kilo y se sabe que acá o donde sea el valor es prácticamente el mismo; con la lana no, acá vienen a comprar una lana y como son lotes chicos, que no tienen grifa o si la tiene es poco volumen, entonces te bajan el precio y el productor se va desanimando”.
Rodríguez, quien además de productor de una escala media es maestro, dijo que este año se sumó el tema de las grifas en el acondicionamiento de las lanas, “ahora con el tema de la grifa amarilla, ha hecho que algunos productores que esquilaban con grifa ahora han desistido y esquilaron y, si bien han realizado la clasificación como siempre, lo han hecho sin grifa”. En este sentido explicó que los valores de la cosecha de la lana significan un peso importante para este tipo de productores, “de aquella esquila de 80 o 90 centavos de dólares, ahora estamos casi a dos dólares por cabeza y eso dado el precio de la lana, según la finura se va de medio a un kilo de lana para pagar la esquila”.
El productor indicó que desde la gremial están preocupados con esta situación, con el abandono del rubro, porque “si se acentúa la sequía, nos va a agarrar en esta zona con menos lanares y muchos más vacunos que hace 10 años. Hay muchos productores chicos, familiares, que se han jugado más al vacuno y eso los hace más susceptibles a los impactos de la sequía”. Rodríguez agregó que “hay muchos productores que están en situaciones complejas por el valor de la lana. Algunos han realizado negocios de arrendamientos hace dos años, con los precios altos de la lana, y hoy en día se están agarrando la cabeza”.