Ante la baja correspondiente a la temporada de verano, y la situación determinada por la pandemia, con una caída general de actividad y restricciones en cuanto a eventos de todo tipo, la empresa Copay ha racionalizado sus frecuencias y líneas del servicio urbano, con la expectativa de una posible normalización a partir de marzo, ante una realidad económica que no se puede soslayar y tratando de adecuar los costos a la demanda.
Asimismo, al escenario deficitario que se viene dando desde hace muchos años en el servicio urbano, se agrega una reducción en la venta de pasajes del servicio interdepartamental, que actualmente ha caído al 50 por ciento del 60 por ciento que se ha dado durante la pandemia, teniendo en cuenta que la empresa amortiza el desfasaje económico financiero del servicio urbano con los ingresos provenientes del servicio nacional.
Así lo indicó a EL TELEGRAFO ante nuestra consulta el directivo Fabián Moreira, vicepresidente de la empresa actualmente en ejercicio de la presidencia, quien a su vez explicó que en el caso de la línea 104, en el que se ha recortado el recorrido para llegar hasta Nuevo Paysandú en forma más directa, se ha dispuesto la medida para evitar el mayor costo de utilizar dos ómnibus, y mantener igualmente la frecuencia de una hora para este servicio.
Destacó Moreira que “estamos en baja temporada, sobre todo en estos meses de enero y febrero”, lo que determina menor demanda de pasajes y por lo tanto se trata de adecuar los costos, en un servicio deficitario, a los ingresos.
Trajo a colación que en el servicio de la línea 104 hasta Nuevo Paysandú debió recortarse un “codo” que extendía la duración del recorrido, para poder mantener la frecuencia de una hora haciéndolo con un solo ómnibus, desde que con el anterior trazado, para poder atender cada hora, la demanda de ida y vuelta se dispuso de dos ómnibus, pero sin que esta mayor disponibilidad de coches se tradujera en mayores ingresos.
Por lo tanto la solución por estos dos meses, ante esta retracción en la demanda y la relación con los costos, fue apelar a este recorte de un codo del recorrido para poder cumplir el horario de una “pasada” cada hora.
Estudio en comisión
Amplió que en Copay “tenemos una comisión de tránsito, que está integrada por tres choferes, quienes estudian el movimiento de las líneas, e inclusive tenemos la boletera electrónica, que nos da un dato más certero del movimiento de las líneas”.
Uno de los temas que ha tenido en carpeta esta comisión “es el de la línea a Nuevo Paysandú, que es la línea más larga que tenemos, y que desde la cárcel hasta el puente demora cuarenta y cinco minutos en un solo sentido”. De mantener el recorrido con un solo coche, la frecuencia quedaba en una hora y media –explicó– lo que resentía evidentemente el servicio, y se optó por acortar el trecho para poder mantenerlo en una hora.
“Se estaba recaudando un 20 por ciento de lo normal, al no haber clases, al estar todo cerrado” en su momento, por cuanto los usuarios se atendían telefónicamente tanto en el Hospital como en Comepa. Acotó que el servicio cada hora y media no le servía a los usuarios, por lo que la única forma de poder atender la línea con un solo ómnibus para evitar mayores pérdidas, era establecer el recorte en el recorrido, que se dispuso a partir de fin de año.
Por lo tanto se suprimió el recorrido por 33 Orientales, para hacerlo por Zorrilla de San Martín, es decir desde avenida Soriano hasta avenida Dr. Roldán. De esta forma, se dejó un solo coche cumpliendo con la frecuencia de una hora, amplió el entrevistado, aunque “sabemos que cualquier cambio, cualquier movimiento que se hace en el recorrido perjudica a algunas personas. Pero no tuvimos más remedio porque los números mandan y no es posible ahora en enero y febrero sin clases, con escasa movilidad y encima un rebrote, mantener los dos coches, porque no hay demanda. Tuvimos que elegir el mal menor”.
Un año complicado
“Es cierto que todos los años en estos dos meses se reducen mucho los servicios, y la recaudación, pero este año la caída ha sido tremenda”, apuntó Moreira al explicar el escenario del servicio urbano de pasajeros “en pandemia y en vacaciones”, teniendo en cuenta el perfil de los usuarios habituales del transporte en la ciudad.
“En las otras líneas se sigue manteniendo en enero y febrero, como veníamos durante todo el año, un coche por línea, excepto la línea 110 Barrio Norte y 102 Bella Vista. En esas dos líneas se optó por dejar dos coches, pasando cada media hora, porque la recaudación es un poquito mejor que las otras líneas”, precisó.
“Se ha hecho un esfuerzo en mantener estos dos coches por línea, sabiendo que vamos a pérdida, para que el servicio no se resienta y no se termine abandonando el servicio de ómnibus por los usuarios”, reflexionó el directivo de la empresa cooperativa de transporte sanducera.
Servicio interdepartamental
Asimismo, tampoco es bueno el panorama en el servicio interdepartamental de pasajeros de Copay, que con sus ingresos sostiene el déficit del servicio urbano: “desde hace tiempo con el servicio de ruta hemos venido sosteniendo las pérdidas del servicio urbano, porque se ha estado trabajando bien, hasta la pandemia. Desde marzo se venía trabajando al 60 por ciento de lo normal, pero hoy en día estamos trabajando a un 50 por ciento de lo normal o menos a veces. Este es por lo tanto el gran problema, que no está entrando el mismo nivel de recaudación por los servicios de ruta como para poder cubrir los déficits en el servicio urbano. Evidentemente, el esquema se ha venido abajo por la pandemia”.
“Copay ha apostado siempre mucho al servicio urbano, porque la empresa se debe a Paysandú, se inició con el servicio urbano en Paysandú y está muy agradecida con la gente de Paysandú, tanto en la ciudad como en el transporte interdepartamental, por lo que tratamos de atender la situación de la gente en cada cambio que hacemos en el servicio. Pero tenemos que evaluar los números, porque no se puede ser ciego a la realidad, a los costos de lo que es poner en servicio y mantener un ómnibus”, apuntó Moreira.