López: “Es una edad fantástica para sembrar hábitos”

“La idea es empezar de a dos días, reconocer qué hay para hacer, ver cómo puedo ayudar a los entrenadores y jugadores, y después seguir avanzando lentamente”. La explicación de Pablo López sobre el proyecto que comenzará a andar la Liga de Básquetbol y la Intendencia, que apunta a potenciar las formativas y por ende al básquetbol sanducero, es el fiel reflejo de la idea del entrenador.
Nada de bombos y platillos, y menos de poner arriba de la mesa objetivos a futuro. López prefiere ir despacio, caminando un paso a la vez.
“Cuando se trabaja con gurises de esta edad es a largo plazo. Es una edad fantástica para sembrar hábitos”, destacó en contacto con EL TELEGRAFO el exentrenador de Paysandú BBC y de Malvín, quien comenzará a trabajar en el proyecto junto a los entrenadores locales y un centenar de basquetbolistas que fueron elegidos por sus técnicos para iniciar la tarea.
Hablar de trabajo a largo plazo no es común. Pero López tiene en claro que este proyecto tiene ese sentido. Y dice que todo se trata de “una pauta cultural”, a la hora de levantar la mirada y planificar a futuro. “En formativas no hay otro camino, y cuando uno trabaja la educación y sobre todo el deporte, que es una actividad que tiene trayectoria corta porque un jugador a los 40 años no juega más, se debe empezar bien temprano para poder explotar su madurez y poder vivir como profesional. Esa es la idea: gestionar esos hábitos de rendimiento y llenar de básquetbol a Paysandú”.
El objetivo es claro: potenciar las formativas, ir generando una formación integral y difundir y llevar el básquetbol a todos los rincones no solo de la ciudad, sino del departamento. Ir creando al futuro “pero afinando los objetivos, que sean chiquitos para ir alcanzándolos de a uno”.
“Habíamos hablado con Andrés (Piaggio, presidente de la Liga de Básquetbol) de hacer talleres con los entrenadores de todo el litoral, algo que me encanta y siento la obligación de hacerlo porque tengo el privilegio de vivir como profesional. Pero tras mi salida de Malvín me llamó para ver cómo podía colaborar, porque tiene un objetivo ambicioso que tiene que sembrarse consistentemente, porque de lo contrario se cae el castillo de naipes”, recordó. Y así surgió este proyecto que tiene una multiplicidad de objetivos, pero con la claridad de que se debe ir cumpliendo poco a poco cada uno de ellos.
“Hay una cantidad de objetivos posteriores, pero hay que cumplirlos paso a paso. Soy un colaborador en todo esto. La idea es que la gente que trabaja en la Liga derrame esto en los clubes, en los entrenadores y los jugadores. Esa es la pauta principal que me planteó Andrés”, afirmó, teniendo en claro que “vamos a tratar de generar una cultura deportiva de que se puede dedicar a esto, hacer bien las cosas con las condiciones que tenemos, y mejorarlas. Porque no todo es dinero”.
Más adelante se sumará la Intendencia, que aportará profesionales como deportólogo, nutricionista o sicólogo. “Primero queremos ver qué se necesita, para realmente aportar lo importante. La idea es colaborar con los entrenadores. Y en un segundo plano importante tenemos el compromiso de poder llevar el básquetbol a todos los lugares, y de a poco ir sumando a los árbitros, personas que están en la gestión, justamente para gestionar los recursos y poder maximizarlos”.
Está claro que nadie se equivoca a la hora de pensar que esta apuesta a las formativas puede ser la semilla de la que germine dentro de unos años un equipo profesional de básquetbol en Paysandú. López, que supo dirigir en sus comienzos al Paysandú BBC, con el que logró dos vicecampeonatos antes de hacer historia en Malvín, lo resumió sencillamente: “Ese es el sueño de todos”.
El entrenador fue un poco más allá, y remarcó que “lo que ocurre es que ese plan debería empezarse desde otros lugares, más con gente de la ciudad, con objetivos ascendentes. Fue lo que la vez pasada no ayudó”.
Y sumó que “con toda la ventaja que tuvimos por la manera en la que lo hicimos, y algunos réditos deportivos, era más importante representar a la ciudad que ganar campeonatos. En ese sentido el deporte de rendimiento es esencial, y no se aprovecha a darle la posibilidad de que los jugadores se desarrollen en su ámbito”.
Pablo López quiere ir despacio. Soñando, porque en definitiva es el motor de esta nueva idea, pero con límites.
“Es que todo va en cómo lo hagamos. La parte más importante es aterrizar todo esto, porque ideas tenemos todos”, confesó.
Entonces, reafirma su convencimiento de que “el deporte de rendimiento no permite atajos”, y opina que “si algún jugador perdura en el tiempo es porque es excelente profesional”. Y es lo que se pretende sembrar, con las dificultades lógicas de intentar masificar la disciplina de una vez por todas.
“El fútbol nos lleva ventaja porque recluta a decenas de miles de futbolistas con el baby”, estableció. Por eso, “una vez que establezcamos las pautas de entrenamientos y hábitos para los deportistas, habrá que sumar competencia. Se puede hacer con más calidad y darle oportunidad a una cantidad de chicos” para mostrarse.
En ese sentido, ve con buenos ojos que a través de la futura Organización Nacional de Deporte Infantil (ONDI) y de las escuelas de la Secretaría Nacional del Deporte se apueste al básquetbol, entre otras disciplinas, más allá del fútbol infantil. “Es que Uruguay está más que pronto para hacerlo, porque hay cientos de entrenadores disponibles, dispuestos a hacer ese trabajo. Cuando se hizo la clínica de habilitación se presentaron 500 entrenadores, y hay cientos calificados para desarrollar esa tarea”.
López vuelve hoy para encarar un nuevo proyecto en Paysandú, junto a los entrenadores locales. “El único trabajo que conozco es en equipo”, afirma. Vuelve a un lugar importante para él, tras formar parte de aquellos primeros años del Paysandú BBC que supo revolucionar todo.
“Es el único equipo de una ciudad que dirigí. Quizás lo que faltó fue, desde el punto de vista publicitario, reforzar el cómo lo hacíamos. Porque se marcaba mucho el resultado y no la profesionalidad, los jugadores que venían a reforzar al club y ese sentido de compromiso; el estar siempre dispuestos para hacer más y mejorar. Todos los jugadores aprovecharon su oportunidad para seguir mejorando. Eso es lo que conquistamos en aquel momento, pero se hacía demasiado hincapié en el resultado. Pero uno aprende. Paysandú BBC fue mi único equipo a nivel ciudad, lo que me permitió tener experiencias maravillosas con Malvín”.