Bandera roja. Mejor no ingresar al río Uruguay porque la lluvia intensa no es buena; de hecho peligrosa. Algunas chalanas, barcos a vela y lanchas a motor enfilaron hacia la bahía o la rampa para sacar la embarcación, engancharla en el vehículo y poner dirección a casa. Un sábado menos de disfrute en la playa.
Lo mismo hicieron algunas motos de agua. Sólo se atrevieron algunos deportistas “extremos” de la vela, en tablas de windsurf.
Un par de familias ya habían encendido el fuego para un asado al mediodía. Cerca la conservadora y el mate que se disfrutaba, aun cuando no era posible que fuera de mano en mano. Con esto de la nueva normalidad, un par de termos y un mate por cada consumidor.
“Cosa e’mandinga”, hubieran dicho nuestros abuelos. Así que los campamentos también tuvieron que ser rápidamente levantados y todo el mundo a casa. Esta vez el horno se encargaría del asado.
Un día de lluvia, justo en fin de semana. Pero el tiempo libre siempre es valioso para disfrutarlo. Las opciones son varias. Ponerse al día con las series que no se vieron en la semana, disfrutar del sabor inigualable de las tortas fritas, o leer un libro. El verano, aun con lluvia, se disfruta.