El cierre de la soja en el mercado semanal para nuestro país fue de U$S 493 la tonelada, con primas que oscilan en el entorno de menos 19, confirmando que el mercado local corrigió con primas las subas que se produjeron en Chicago, manteniéndose en valores cercanos a los 500 dólares, confirmando la estabilidad para el grano.
El ingeniero agrónomo Luis Simean señaló a EL TELEGRAFO que durante la semana la soja llegó a U$S 504 y luego tuvo una baja “pero que no demuestran cambios importantes, sino que evidencian que hay una firmeza muy importante en el mercado”.
El gerente de Copagran filial Paysandú precisó que “hubo una fuerte corrección fuerte en el mercado de Chicago, debido a la demanda que supera la disponibilidad de stocks de Estados Unidos, y a pesar de que creció mucho el área de siembra, la demanda es muy superior a la oferta, entonándose el mercado de Chicago”.
Los números del informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) del mes de febrero defraudaron un poco las expectativas de los analistas. Si bien volvieron a reducirse los stocks finales de soja y maíz en Estados Unidos, la baja no fue de la magnitud que esperaba el mercado.
De acuerdo a Carlos Sánchez Negrete, asesor de Mercado de ADP-Agronegocios del Plata, las miradas estaban puestas en el aumento de demanda proyectada, sobre todo en las exportaciones. El USDA aumentó las exportaciones estimadas de soja de Estados Unidos en más de 540.000 toneladas, lo que redujo los stocks finales en la misma cantidad, dejando los stocks a finales de la campaña en apenas 3,3 millones de toneladas, lo que implica una relación stocks-consumo de 2,6%, la más baja de la historia y similar a la campaña 2013-14.
“Recordemos que Estados Unidos lleva vendido el 97% de sus exportaciones anuales y todavía faltan 6 meses para el final de la campaña. Asimismo, el ritmo de molienda viene siendo récord y de no bajar en los meses venideros, veríamos una disminución mayor de los stocks”, sostuvo el analista.
En el caso del maíz, el reporte de febrero aumentó las exportaciones proyectadas del forrajero en +1,3 millones de toneladas, lo que bajó los stocks finales en la misma cantidad, dejándolos en 38 millones de toneladas, es decir una relación stocks-consumo de apenas 10%. “Para encontrar una relación tan baja debemos retroceder a los años 2012, 2013 y 2014, años donde vimos los precios históricos más altos del maíz”, aclaró.
