Solicitada: Cuesta arriba

Es el aprendizaje online, difícil para los maestros y más aún para los niños.
He visto los deberes que deben hacer los alumnos, y me disgusta mucho. Porque parece que se han olvidado todos los preceptos que hemos aprendido: una enseñanza adaptada a la realidad, la necesaria motivación, tener en cuenta la etapa de desarrollo de los niños y sus intereses. Se proponen trabajos muy, muy complicados, se dan lecturas que no interesan, se les pide opiniones sobre temas que conocen muy poco. Y a su vez, otros trabajos demasiado fáciles. La enseñanza es totalmente teórica.
Respecto a la historia, por ejemplo, se pide a niños de 10 años, de quinto, que definan lo que es una revolución, digan cómo se realiza, quiénes la hacen, sin mirar ningún libro, ni video, ni nada, sus opiniones, sin ideas previas. Concepto difícil aún para mucha gente grande, que tiene poca escuela.
Se han olvidado que para enseñar historia hay que partir del presente, de la realidad actual, de un documento concreto, para después ir hacia atrás en la historia y buscar causas, investigar. Un trabajo que debería realizarse en equipo, no en la soledad individual, que está en contra de la necesaria socialización del aprendizaje.
¿Qué pueden interesarle al niño de quinto las Nuevas ideas del siglo XVIII, así de un texto inmóvil y frío?, cuando él necesita movimiento, necesita la motivación que lo lleve a sentir la emoción de aprender algo nuevo, la emoción del saber.
Si nos referimos al lenguaje, se insiste en las partes de un cuento, introducción, nudo, desenlace. ¿Qué cosa es más importante, que escriban respetando ese orden, o que aprendan a escribir, sin faltas, con coherencia y cohesión? Actualmente los escritores no siempre siguen esas reglas, hay narraciones que empiezan por el final, o son de final abierto, o no respetan el orden cronológico.
He leído también un texto largo y difícil, donde se trataba el tema del género, el feminismo y la discriminación. Creo que los niños, en general, no hacen distinciones. El tema es difícil para ellos. En todo caso, habría que buscar una manera más interesante de proponer estos temas, usando relatos adecuados a los niños.
Respecto a las matemáticas, el camino es súper cuesta arriba. Los niños con dificultades no aprenden nada, porque no entienden nada. Los padres u otras personas deben enseñarles, pero resulta que los padres no saben, no pueden o no quieren. Creo que los conceptos matemáticos, que son difíciles, necesitan ser enseñados en presencialidad, y con gran atención individual, cosa difícil de realizar con esta modalidad a distancia.
Si tratamos de Ciencias Naturales, no se pueden enseñar en teoría, hay que probar, experimentar, y partir también de hechos observables e interesantes. Por ejemplo, el sistema respiratorio, medir, en un experimento, cuánto aire se exhala en una espiración, como máximo, midiendo el agua que se desaloja en un recipiente.
¿Y las manualidades? Difícil de hacer, porque los niños no tienen, muchas veces, el material necesario y necesitan ayuda individual para sacar lo mejor de sí.
A todo lo mencionado cabe agregar las dificultades de algunos niños: no tienen conexión; no tienen un lugar adecuado para el estudio; se distraen, se aburren y dejan de hacer los deberes. Los que tienen grandes dificultades obligatoriamente necesitan ayuda individual.
En fin, termino mis reflexiones sobre la educación a distancia, diciendo lo mismo que decía al principio: cuesta arriba.

Sanducera