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Cooperativas presentarán avance de proyectos en predio de antigua Paylana

Mañana domingo, las tres federaciones cuyas cooperativas se encuentran en distintas etapas de construcción o gestiones en el predio de la antigua Paylana, participarán de una jornada de integración entre Fucvam, Fecovi y el Plan de Vivienda Sindical. En Horacio Meriggi entre Setembrino Pereda y Luis Batlle Berres, de 14 a 18.30 horas, cada cooperativa presentará su proyecto, habrá juegos para niños y cerrará murga La Fulana. → Leer más

Opinión

Se suceden las coyunturas, pero sin las respuestas en sustentabilidad

Mientras en Europa se estima que recién en los próximos meses se podría llegar al nivel de la economía prepandemia, en nuestro país sigue dándose en forma sostenida una recuperación que todavía no alcanza esos niveles comparativos. De todas formas se está logrando una reactivación –aunque aún es parcial—gracias a que se adoptaron oportunamente medidas que no permitieron que la economía se derrumbara en forma catastrófica, como pudo haber sucedido de haberse establecido una cuarentena total similar a la que aplicó Argentina, y que en nuestro país era reclamada con vehemencia por algunos sectores políticos y sociales.

La diferencia con Europa, por ejemplo, es que no contamos con espalda financiera para atemperar el golpe sobre la economía, lo que sí se pudo hacer allá por la solvencia de las economías del viejo continente, por lo que evidentemente en perspectiva ha sido todo un acierto de las autoridades de gobierno el de haber resistido a las presiones de determinados sectores que apostaban a la catástrofe económica y social, para poder aprovecharse del descontento social y volcarlo a su favor.
Y no hay muchos misterios en economía respecto a lo que se debe hacer, solo que en medio de los condicionamientos político electorales, se suele optar por lo más fácil e inmediato, postergando lo que se debe hacer para darle sustentabilidad a las políticas económicas, sobre todo a partir de sanear las cuentas del Estado, el que absorbe enormes recursos sin devolverlos en servicios a los sufridos ciudadanos que aportan a sus arcas en base al esfuerzo de todos los días.

Es que pese al preocupante escenario sanitario vivido en los peores períodos de pandemia, la principal fuente de riqueza de nuestro país, el agro, no conoce de pandemias y han seguido cumpliéndose los ciclos biológicos para la producción de carne, lanas, granos y madera, entre otros rubros, lo que determina que pese al encierro parcial y reducción de actividades, en el incipiente período pospandemia que atravesamos muchas de las dificultades han sido allanadas en pro de mejorar la calidad de vida y atender las expectativas de los uruguayos.
Desde el punto de vista laboral, por ejemplo, tenemos que en el Interior y sobre todo en el ámbito rural, se ha seguido trabajando para acompañar y acompasar los ciclos productivos que nos han sostenido hasta ahora, porque lo contrario hubiera sido apelar a créditos y vivir de prestado a cuenta de que las futuras generaciones luego carguen sobre sus hombros el pago de la deuda.

Mientras tanto, en otros ámbitos de trabajo, como en el caso de los funcionarios del Estado, la afectación laboral prácticamente no existió, por cuanto es un costo del que se ha hecho cargo exclusivamente el sector privado, donde se genera la riqueza que luego se redistribuye a todos los demás sectores del tramado socioeconómico.
Y si hablamos de generación de riqueza y agro, más allá de las buenas performances de la carne y los granos, tenemos a un sector forestal que se ha sostenido y mejorado su desempeño, tanto en producción para la venta al exterior como generador de empleos directos e indirectos, factores claves para sostener la economía durante los peores meses de la crisis.

De acuerdo con Uruguay XXI, el fuerte desarrollo silvícola (gestión de bosques o montes de épocas anteriores), se encuentra actualmente en turnos de cosecha y habilitará un volumen muy importante de materia prima disponible, pero se requiere atraer nuevas empresas que trabajen en la promoción y el desarrollo de esta actividad.
Según datos del Banco Central del Uruguay (BCU), el sector forestal es uno de los más dinámicos en la economía nacional del presente siglo, ya que presenta una tasa anual de crecimiento del 7,7 por ciento en la última década, lo que es determinante para que el sector represente alrededor del 3 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que las exportaciones del complejo forestal, que incluye a la madera, celulosa y papel, representan casi una quinta parte del total de las exportaciones de bienes del país.

En lo que tiene que ver con el mercado laboral, el sector emplea directamente cerca de 17.000 personas sin contar por lo tanto los empleos indirectos que también genera el sector en infraestructura de apoyo. Como dato complementario, tenemos que el 15 por ciento de la población del país vive en los departamentos con mayor cantidad de hectáreas forestadas, lo que confirma la incidencia de esta actividad en territorios que no tienen otras opciones laborales, en el interior profundo sobre todo.
A su vez, el tejido empresarial presenta unas 1.700 empresas en el entorno de la actividad forestal, directamente vinculadas al rubro. Las empresas nacionales son en gran medida de pequeña escala, de los cuales unos ochenta aserraderos en todo el país.

Estas empresas son significativas fuentes de empleo y en algunas regiones son pequeños polos de desarrollo que han contribuido a retener la población en el medio rural, y por lo tanto su proyección real es mucho mayor que una fuente de actividad aislada, sino que forman parte de una respuesta más integral para la búsqueda de contener el éxodo desde nuestros campos hacia los cinturones de pobreza de las ciudades.

Sin dudas, como dan cuenta los análisis de institutos especializados, el sector forestal de nuestro país tiene volumen suficiente de madera de eucalipto y pino para captar mayores inversiones y continuar creciendo en la industrialización de esta materia prima. El instituto Uruguay XXI, por ejemplo, aclaró que para poder determinar los volúmenes de ambas maderas con miras a 2050, es preciso tomar en cuenta una serie de aspectos que refieren a la duración de los ciclos forestales, a los datos disponibles en la actualidad y las posibles líneas de desarrollo del sector forestal uruguayo.

Sin dudas es un puntal de apoyo muy significativo para la economía del país en todo tiempo, y cuenta con un potencial de gran proyección, pero todavía desaprovechado, por este déficit en industrialización y cadenas de valor que todavía se siguen dando fuera de fronteras, con la preciada materia prima que exportamos.
Este es solo uno de los sectores que son la apuesta indiscutida para la reactivación que recicle riqueza en el Uruguay, aunque en esta coyuntura daría solo para empatar las cosas tras el golpe asestado por la pandemia, porque están pendientes –lamentablemente– las grandes reformas estructurales –empezando por la del Estado– que permitan revertir el panorama de la falta de competitividad, que se agrava cuanto mayor valor agregado se dé dentro de fronteras, por los altos costos de la mano de obra, del Estado, de la energía, de los insumos, de los impuestos, todo ello inherente al denominado costo país.

Que es el gran desafío pendiente, para este y para los gobiernos que le sucedan, porque la gran mayoría de las acciones a desarrollar con este fin deben responder a políticas de Estado, en el marco de promover inversión y una austeridad de las cuentas fiscales que permitan asimilar los costos políticos iniciales de las reformas.
Es decir, el equivalente a malas palabras para el sistema político, y ello explica que el común denominador hasta ahora ha sido el de seguir haciendo la bicicleta, que es lo mismo que pan para hoy y hambre para mañana. → Leer más