Restauraron fuentes en el Balneario Municipal

En los últimos meses, fueron renovadas y restauradas en su infraestructura las fuentes emplazadas en el Balneario Municipal. Tras una etapa de planificación, que había comenzado en 2021, los trabajos se iniciaron en febrero, “sabiendo que teníamos la fecha límite de la Semana Santa, por la Semana de la Cerveza”, informó la restauradora Cecilia Camacho. Las fuentes, recordó, forman parte de un proyecto diseñado por el arquitecto Oscar Garrasino, antes de ser intendente de Paysandú.

“Él proyectó las zonas A y B. Hizo el parador que ahora se llama Angelina, el barquito donde está la policlínica, el templete, las fuentes, el teatro de verano, los baños, la pérgola que rodea el parador, el murete que separa la parte de playa de la parte de paseo… Todo ese conjunto fue diseñado por el arquitecto Garrasino, recién recibido, a fines de la década de 1930”. Los edificios se contruyeron en estilo art decó, modernista. Pero otras piezas –como las columnatas del parador, el templete cercano a una de las fuentes, o las estatuas que dos de ellas tienen como eje–, son de estilo neoclásico. Estas dos fuentes se inauguraron en el verano de 1939 – 40, continuó Camacho. “Las esculturas neoclásicas como centro, y el templete detrás generan un espacio con diferentes puntos de interés, al gusto de la época”.

En cuanto a las estatuas, son muy diferentes. Según la cartelería que se colocó en el lugar, la que está en la fuente más cercana a La Angelina es una Venus Anadiomena, o Venus saliendo del mar. Fue realizada por el escultor sanducero Francisco Palermo, en mezcla de portland con pequeños trozos de ladrillo. Es una réplica de la escultura de mármol encontrada en el Templo de Isis, en Pompeya, que se encuentra en la sala dedicada a este templo en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

Un poco más al sur, antes del Teatro de Verano, se encuentra la Fuente de la Pescadora. La escultura muestra una mujer con un pez en su mano izquierda, y que sostiene una red a su derecha. “Esa estatua es de producción serial, digamos. Es una estatua comprada, que se colocó ahí, seguramente a pedido de Garrasino”, dijo la restauradora.

Otra vez en funcionamiento

Sobre el estado en que se encontraban las fuentes, Camacho dijo que desde hacía décadas “no les llegaba ni siquiera el agua. No tenían electricidad, no tenían bomba, no tenían nada”. En el caso de la estatua de Venus, “todos pensaban que era una Venus como la de Milo, que no tenía brazos. Pero en realidad, al principio los había tenido”. A partir de fotos antiguas, se pudo llegar a recuperar la forma de la estatua original. A la fuente “se le rehizo una red de chorros de agua, que estaba muy deteriorada –ya no la tenía, prácticamente–. Se le puso la entrada de agua, la entrada de electricidad, una bomba para que mueva el agua. Seguramente cuando la hicieron funcionaba solamente con la tracción del agua normal. Se abría y se cerraba, porque no tenía depósito para bomba, no tenía nada”.

La Fuente de la Pescadora, por su parte, contaba en su origen con un aro de chorros de agua a los pies de la imagen, y un caño de agua que subía y salía por la boca del pez, creando un efecto de lluvia.

“Eso lo sabemos por las fotos de los años 40”. Muchos años después, la escultura “tenía roturas en los pies y en la mano derecha, y había perdido el brazo izquierdo, y el pescado. Todo eso se rehizo. Y también todo el conducto para que el agua saliera por el pescado, que estaba obstruido”. Se le sumó también “un depósito para la bomba –una cisterna, digamos– para que nunca quede sin agua”, y se mejoraron los desagües. “Se hizo toda la instalación como si fuera una fuente nueva, para que funcione correctamente, y se agregó iluminación también”.

De la fuente restante, situada enfrente La Angelina, no se sabe cuanto tiempo pudo haber estado en funcionamiento desde su construcción hasta que comenzó a decaer. La restauradora recordó que hace algunos años “se intentó hacerla funcionar nuevamente, con algo más precario de lo que originalmente tenía, con caños de plástico y cosas así. Ahora se le hizo un arenado en profundidad a toda la estructura. Se curó la parte de hierro, se sustituyeron planchuelas, que estaban oxidadas, se le rehizo toda la parte de vitral. Porque esa fuente tenía luz desde adentro, y también desde arriba. Tenía 12 focos de luz que iluminaban el chorro central. Y eso se había tapado. Se habían tapado con portland los agujeros de las luces, el vitral había sido sustituido por chapa”.
Todo esto se había hecho hace ya varias décadas, aclara. Más cerca en el tiempo, “se habían puesto caños, como para volver a alimentarla y hacer algún juego de agua. Pero eran caños de plástico y los vándalos los rompieron enseguida. Ahora se volvió a poner todo un sistema de caños…”. La fuente “funciona con un depósito inferior de agua. Se inunda el sótano, y las bombas funcionan inundadas. Ahora se volvió a recuperar todo el sistema de las bombas, tiene mucha energía. Se volvió a recuperar toda la potencialidad de la fuente”.

Arreglos duraderos

Para Camacho, tanto este como otros trabajos de recuperación y reacondicionamiento de lugares y espacios “son posibles desde el momento que hay una Dirección de Paseos Públicos que tiene interés en que los paseos públicos sean dignos, y puedan ser usados por la gente”. Destacó que se apunta a que los trabajos sean duraderos, “que queden en condiciones de aguantar mucho tiempo. Que no sea un atado con alambre, una lavadita de cara, sino un arreglo de verdad, para que las cosas funcionen en serio. Eso es lo que se intentó”. A partir de muchas de estas intervenciones –citó como ejemplo la plaza Acuña de Figueroa–, “se ha logrado que mucha gente vuelva a disfrutar de los espacios públicos”, concluyó.